El pirata Francis Drake abandona la ciudad de Santo Domingo, tras un mes de ocupación y saqueos, y luego de cobrar un cuantioso rescate (25 mil ducados, equivalentes a 30 mil pesos). Además del rescate pagado, Drake consigue llevarse las campanas de las iglesias, la artillería de la Fortaleza y los cueros, azúcares y caña fístolas que encontró en los depósitos del puerto de Santo Domingo y en otros almacenes.