Políticas

Por: Pedro Vicioso | Luego de la entrada de la administración de Donald Trump, en el gobierno
estadounidense, se creó el Departamento de Eficiencia Gubernamental, colocando
al frente al magnate Elon Musk. Entre los organismos que el magnate procuró
auditar se encuentra la USAID, la cual impidió el acceso al Departamento de
Eficiencia.
Tras el impase, Musk afirmó que «…la agencia ha tenido estos últimos años un
sesgo increíble y políticamente partidista, abrazando causas radicalmente de
izquierda en todo el mundo, incluidas cosas que son antiamericanas.»
Siendo la República Dominicana uno de los países donde la USAID posee oficinas,
los últimos días se ha colocado en la agenda nacional el debate sobre la injerencia
de organismos internacionales. Se han señalado a la USAID, como promotores y
financiadores de agendas contra gobiernos dominicanos.
El Secretario General del Partido de la Liberación Dominicana, Johnny Pujols, infirió
que las acciones desarrolladas por la USAID, son evidencia de las maniobras
desarrolladas en conjunto con sectores de la sociedad dominicana, para
desestabilizar las instituciones públicas, deslegitimar gobiernos, y socavar los
legítimos intereses de la población. En esencia, afirmó la ejecución de un golpe
blando al gobierno del expresidente Danilo Medina.
De inmediato salieron voces en contra, tildando de extremas, justificación, o
falacias, las afirmaciones del secretario general del Partido de la Liberación
Dominicana.
Surge pues, la interrogante, de si se cumplieron los elementos que definen un golpe
blando, para poder afirmar o negar si el PLD fue víctima de ello.
Concepto
El término «Golpe Blando o Golpe suave», es atribuido a Gene Sharp, quien en
1989 escribió el ensayo titulado «De la dictadura a la democracia». En este ensayo,
Sharp describe diversos métodos para derrocar mediante «Golpes suaves», un
gobierno.
Es así como podría definirse el concepto de golpe blando, como el uso de métodos
y técnicas no violentas, con el fin de desestabilizar a un gobierno para provocar su
salida, sin la aparente injerencia de otros poderes o planeación.
Fases de los Golpes Blandos
Los golpes blandos, a diferencia de los golpes de estado tradicionales, se
desarrollan en varias fases:
1. Creación de un clima de malestar: Se promueven acciones no violentas
para generar descontento social, como denuncias de corrupción, intrigas y
rumores.
2. Campaña de desprestigio: Se intensifican campañas en defensa de la
libertad de prensa y los derechos humanos, acusando al gobierno de
totalitarismo.
3. Manipulación de la protesta social: Se busca movilizar a la población a
través de manifestaciones y protestas, a menudo violentas, para presionar a
las instituciones.
4. Guerra psicológica y desestabilización: Se ejecutan operaciones para
crear un ambiente de ingobernabilidad y desestabilizar al gobierno.
5. Derrocamiento del presidente: Se fuerza la renuncia del presidente
mediante revueltas y presión en las calles, preparando el terreno para una
intervención militar o un conflicto prolongado, mientras se aísla
internacionalmente al país.
Otra característica identificada en los últimos años, es el uso de subterfugios
judiciales, para dar apariencia de legalidad a las acciones realizadas por grupos de
oposición.
Golpe blando en República Dominicana
Siendo los elementos constitutivos de un golpe blando, los siguientes:
1. Uso de métodos o técnicas
2. Que dichos métodos y técnicas busque socavar el poder de un gobierno
3. Ejecución de acciones graduales planificadas
4. Promoción y generación de descontento social
5. Pretensión de derrocar un gobierno
6. Sin intervención militar evidente
7. Enfoque en la deslegitimación de las instituciones públicas
En latinoamérica, se han denunciado golpes suaves a Lula Da Silva, en Brasil;
Manuel Zelaya, en Honduras; o más recientemente, en Argentina, contra Cristina
Fernández; y en Puerto Rico, contra Ricardo Roselló. Las características comunes
en estos gobiernos, fue la deslegitimación de las instituciones públicas
atribuyéndolas como autoritarias, gestionando el descontento popular, y un estallido
de dicho descontento en manifestaciones que consumaron la salida de gobiernos
democráticamente electos.
En República Dominicana, se han utilizado los denominados «Movimientos de
colores», cuyo concepto surge en las revoluciones de medio oriente,
primordialmente en la Primavera Árabe.
El primer movimiento de color conocido en República Dominicana, fue la lucha por
el 4%, donde el color amarillo fue la principal insignia de las manifestaciones. En
2011, las manifestaciones contra la reforma fiscal, utilizaron el color negro como
insignia.
Ante lo eficaz de las manifestaciones del 4% en 2008, y la reforma fiscal en 2011,
así como, las campañas por Loma Miranda o los haitises, en República Dominicana
se creó una conciencia de movilización por causas sociales.
Es sobre la base de esta conciencia de movilización, que se germinó lo que más
adelante se denominaría «Marcha verde».
Las cinco fases de un golpe blando en República Dominicana
Creación de un clima de malestar. Sobre el legítimo reclamo de transparencia y
persecución de la corrupción, grupos de oposición, posicionaron la narrativa de que
todos los males sociales eran culpa del PLD, por actos de corrupción e impunidad.
Aún las políticas públicas o ejecutorias del gobierno fueran positivas, los medios
arremetían desaprobándolas, verbigracia, Punta Catalina.
Campaña de desprestigio. Se procuró asociar al presidente Danilo Medina con el
totalitarismo y la dictadura, al tiempo en que se enfatizó que todo lo que emana del
PLD es corrupto. Se popularizó la frase «Eso es culpa del PLD».
Gradualmente, se fue promoviendo la antipolítica, colocando en la agenda social la
despolitización de las instituciones, incluso las que por esencia son políticas.
Se atacó la legitimidad de poderes del Estado, como el Congreso y el Poder
Judicial, y se juzgó la credibilidad de instituciones autónomas, como la Junta Central
Electoral.
En todos los casos, se señaló al PLD como la causa de la pérdida de
institucionalidad.
Manipulación de la protesta social. Ante el desprestigio del gobierno, y su
desgaste natural, surgieron manifestaciones que la oposición no dudó en asumir y
dirigir. Es aquí donde nace Marcha Verde.
Sectores manipularon la legítima manifestación de la sociedad, apropiándose de las
exigencias y colocando su agenda en dichas manifestaciones.
Identificaron un partido y al gobierno como objetivo y enemigo, orientando las
manifestaciones contra un partido, y no en favor de causas sociales.
Guerra psicológica y desestabilización. Se generó la percepción de que el
gobierno atacaba a quienes protestaban, llegando a afirmar que se estaban
tomando represalias contra ciudadanos por manifestarse.
Al suspenderse las elecciones de febrero de 2020, se presentó al gobierno como
culpable, afirmando que era la evidencia de autoritarismo y deseo de perpetuidad en
el poder. Consumado el golpe, se demostró que el gobierno no tuvo incidencia
alguna.
Se generó la percepción de que sólo con mecanismos antidemocráticos, podría
quedarse en el poder el PLD.
Salida del poder del PLD. Se diezma el apoyo de ciudadanos adeptos al PLD,
mediante revueltas y presión en las calles.
Llamadas como la de Pompeo -Producto del descontento gringo por decisiones del
gobierno dominicano, como cortar relaciones con Taiwán, y crearlas con China-,
prepararon el terreno en caso de tener que justificar una intervención militar o un
conflicto prolongado, y se percibe la posibilidad de un aislamiento del país en caso
de continuar el PLD. Esto afianzó la estrategia del golpe blando.
El golpe blando se ejecutó, no sólo con la salida del PLD de la presidencia, esto fue
una consecuencia producto de la ola. El golpe se ejecutó en las elecciones
municipales, en febrero de 2020.
El PLD llevaba la delantera en el 60% de las alcaldías municipales, hasta que se
produjo el supuesto sabotaje de las elecciones municipales. Ante la credibilidad
desgastada del PLD, sumado a la deslegitimación de instituciones como la Junta
Central Electoral, el enemigo identificado, y a quien se culpó del supuesto sabotaje,
fue al PLD. Todo fue un éxito para los golpistas, el supuesto sabotaje encajó con la
percepción generada respecto al gobierno de que era antidemocrático, y con ello, se
incentivó el estallido de manifestaciones, se generó un malestar social, y colocó en
la agenda social un objetivo: hay que sacar al PLD.
No fue sólo la crisis la generada por la división del PLD, que llevó a la pérdida del
poder, ni la desconexión con las bases de la sociedad, sino, que tras la división, la
facción saliente se constituyó como uno de los principales promotores del golpe
blando.
Una etapa posterior, que se ejecuta al consumar el golpe blando, es la de generar
percepción de credibilidad, y la recuperación de la legitimación de las instituciones
-deslegitimadas por los golpistas- sumando figuras que están relacionadas
positivamente a los temas neurálgicos que sirvieron de sustento al golpe blando. Es
preciso resaltar, que su vinculación positiva a un tema no implicó la idoneidad para
desempeñar las funciones, pues lo que se procuró no fue la idoneidad para la
función, sino, la idoneidad para la apariencia y legitimación.
Es así como los artífices del golpe blando en República Dominicana, identificaron
los temas que generaban escozor en la población, como la corrupción, la
administración de los recursos públicos, la ética y la democracia.
En esta etapa, aprovecharon al máximo los cuadros políticos que cuentan con
valoración positiva, para promover la apariencia de transparencia, como Milagros
Ortiz Bosch, en la Dirección General de Ética e Integridad Gubernamental. Surgen a
su vez, nombramientos en el tren gubernamental de figuras identificadas como
apolíticas, como Miriam Germán Brito, en la Procuraduría General, o Carlos
Pimentel, en Compras y Contrataciones; de igual forma, intentan agregar prestigio al
gobierno, sumando íconos como Milagros Germán, como vocera de Presidencia, o
Roberto Ángel Salcedo, en Proyectos Especiales de Presidencia.
Todo lo anterior, va de la mano con favores a periodistas o sus afines, considerados
disidentes tradicionales, nombrados en el servicio exterior, o con pensiones
escandalosas. Las plumas que en un momento aparentaron servir a los intereses
del soberano, pasaron de un plumazo gubernamental, a ser parte de la legitimación
de los golpistas.
No debe confundirse ningún «favor» gubernamental, a la mera casualidad.
Si bien es cierto, un golpe implica la salida de un gobierno, sin cumplir el periodo
para el que fue electo, no es menos cierto que una estrategia no necesariamente
apuesta a un sólo objetivo. El golpe blando perpetrado en República Dominicana,
constituyó un ataque al sistema de partidos, sustentado en la anti política, donde el
fin único no fue tumbar el gobierno, sino socavar la institucionalidad, y disminuir al
PLD.
La salida del poder del PLD, fue multifactorial, pero su reducción como partido, es el
resultado de un esquema de ataques orquestados, desde dentro y fuera, en parte,
promovidos por el expresidente Fernández, quien se constituyó en aliado
estratégico de sectores de oposición, hasta su salida del PLD, con la cual sentó una
narrativa de totalitarismo e irrespeto a la institucionalidad por parte de la dirección
del partido. Fue Leonel Fernández, quien inició la promoción de la deslegitimación
de la Junta Central Electoral al perder unas elecciones internas frente a Gonzalo
Castillo, y de igual forma, quien afirmaba que el PLD no respetaba la Constitución y
las leyes.
Por otro lado, quienes se auto proclamaron independientes y sociedad civil, son
quienes hoy paradójicamente, en gran medida dependen del gobierno. Son esas,
las voces que hoy llaman al PLD a reflexionar, desviando el tema sobre el tapete:
conscientes o no, fueron parte de un golpe blando al PLD, al sistema de partidos, y
a la institucionalidad dominicana.

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