La expansión de autocines temporales en los estacionamientos de Brooklyn y Queens transforma hoy la experiencia cinematográfica en la ciudad, donde las pantallas inflables se convierten en elementos habituales de esas funciones al aire libre.
En medio de restricciones sanitarias, la adaptación de aparcamientos en salas de proyección, junto con la transmisión de audio por celular, impulsa la asistencia y dinamizado la economía local.
Se trata de un fenómeno que recupera una tradición del pasado siglo, y responde a la búsqueda de alternativas de ocio seguras y a la necesidad de reinventar el consumo cultural en entornos urbanos densamente poblados.
El resurgimiento de los autocines en estos distritos neoyorquinos no se limita a la mera nostalgia, la adaptación tecnológica fue clave y en lugar de los antiguos altavoces metálicos que se colgaban de la ventanilla, los asistentes ahora reciben auriculares inalámbricos o instrucciones para sintonizar el audio de la película a través de sus propios teléfonos móviles.
Dicha iniciativa permite que el sonido llegue de manera clara y personalizada, incluso, en medio del bullicio característico de la ciudad.
La logística de estos autocines urbanos se apoya en la utilización de pantallas inflables de gran tamaño que pueden instalarse y desmontarse con rapidez, facilitando la conversión de espacios de estacionamiento en salas de proyección improvisadas.
El modelo de autocine temporal encontró un público diverso: familias, parejas y grupos de amigos acuden en sus vehículos para disfrutar de una cartelera que suele combinar clásicos del cine con estrenos recientes.
Permanecer dentro del automóvil manteniendo la distancia social es uno de los principales atractivos de esta modalidad, una experiencia que comienza mucho antes de apagar las luces.
La sostenibilidad de estos autocines temporales depende en gran medida de la colaboración entre organizadores, autoridades locales y propietarios de los estacionamientos; la obtención de permisos, la gestión del tráfico y la limpieza posterior a cada evento requieren una coordinación minuciosa.