Opinión

El oro, una vez más: oportunidad y desafío para la República Dominicana

Por: Víctor Manuel Grimaldi Céspedes | La semana pasada recordamos la oportunidad perdida durante los últimos 50 años con la producción y exportación de nuestros minerales, especialmente oro y plata.

Con la ayuda de ChapGPT me atrevo a presentarles este nuevo artículo con motivo del reciente análisis publicado por Andy Dahuajre en El Caribe (29 Septiembre de 2025) confirma lo que muchos economistas ya advertían: el oro ha vuelto a colocarse en el centro de la economía mundial y dominicana.

Con un precio récord que alcanzó los US$ 3,775 la onza, el metal precioso ha disparado tanto las exportaciones como la recaudación fiscal en el país.
Los números hablan por sí solos.
Según el análisis de Dahuajre en El Caribe, las exportaciones de oro pasaron de US$ 1,122 millones en 2023 a US$ 1,461 millones en 2024, y de mantenerse la tendencia de este año, podrían cerrar 2025 en torno a los US$ 2,400 millones, un crecimiento cercano al 64 %.

El impacto se refleja también en las cuentas fiscales.
Los ingresos tributarios derivados de la minería —Renta Neta de Fundición (RNF), Impuesto sobre la Renta (ISR), Participación de Utilidades (PUN) e Impuesto Mínimo Anual (IMA)— crecieron de US$ 132 millones en enero-agosto de 2024 a US$ 326 millones en igual período de 2025, lo que representa un salto de 147 %.

El reto ahora es claro: aprovechar esta coyuntura histórica para que el oro no se convierta en otra oportunidad perdida.
Más que cifras de exportación, se requiere una política pública que traduzca esta bonanza en inversión productiva, empleo de calidad y diversificación económica. El oro está, una vez más, en el centro de la mesa; queda por ver si esta vez el país sabrá jugar sus cartas.
El comportamiento reciente del mercado internacional del oro ha situado nuevamente a este recurso como un eje estratégico de la economía dominicana. El artículo publicado por El Caribe en septiembre de 2025 ofrece un panorama revelador: tras permanecer entre US$ 1,161 y US$ 1,411 por onza en 2013-2019, el oro inició una escalada sostenida a partir de 2020, hasta alcanzar en la actualidad los US$ 3,775/oz.

Este aumento ha transformado las cifras nacionales. Las exportaciones de Pueblo Viejo Dominicana Corporation (PVDC) pasaron de US$ 1,122 millones en 2023 a US$ 1,461 millones en 2024. En 2025, de mantenerse la tendencia observada en los primeros ocho meses, se proyecta un total cercano a US$ 2,400 millones, el mayor volumen en la historia minera del país.

En paralelo, la tributación asociada a la minería de oro se ha elevado de forma significativa. El Caribe señala que los ingresos fiscales pasaron de US$ 132 millones (enero-agosto 2024) a US$ 326 millones (enero-agosto 2025), un incremento del 147 %. Este salto se relaciona con la aplicación de diversos instrumentos impositivos, entre ellos el Impuesto Mínimo Anual (IMA), concebido en el Contrato Especial de Arrendamiento Minero (CEAM) para asegurar que el Estado capture una fracción creciente de las rentas extraordinarias derivadas de precios altos.

No obstante, los registros muestran que la tasa efectiva de tributación se ha mantenido históricamente por debajo de la curva prevista en el IMA, lo cual abre un espacio de revisión contractual. Este hecho plantea interrogantes sobre la capacidad del marco fiscal para garantizar una redistribución adecuada de la renta minera.

En perspectiva, la coyuntura actual ofrece una oportunidad decisiva. La República Dominicana podría alcanzar en 2025 exportaciones por US$ 2,400 millones y una recaudación superior a los US$ 500 millones. La cuestión de fondo es si estos ingresos se traducirán en procesos sostenibles de industrialización y diversificación productiva, o si se repetirán los patrones de dependencia primaria que han marcado los últimos cincuenta años de exportaciones mineras.
Aprender de la Historia
Desde 1975 la República Dominicana exporta oro, ferroníquel, bauxita y cobre en grandes cantidades.
Sin embargo, cinco décadas después, seguimos siendo un país dependiente de la venta de materias primas sin haber desarrollado industrias manufactureras competitivas a nivel internacional.
El resultado: empleo limitado, poco valor agregado y alta vulnerabilidad frente a los vaivenes de los precios internacionales.
Es hora de que la República Dominicana diseñe una estrategia de industrialización que convierta los minerales en productos con mayor valor, generando empleo de calidad y soberanía económica.
La CEPAL y el BID han señalado que la exportación de materias primas sin transformación limita el desarrollo económico sostenible.
Ejemplos internacionales como Chile con el cobre, Botswana con los diamantes o Corea del Sur con la manufactura muestran que el valor agregado es la clave para el desarrollo.
La República Dominicana necesita políticas públicas que incentiven la inversión industrial y tecnológica en el sector minero.
Intercambio epistolar entre Rosario Dominicana, S.A. y el Partido de la Liberación Dominicana sobre la utilización del oro y la plata dominicanos (julio 1980).
Dos cartas cruzadas en julio de 1980:

1. 14 de julio de 1980 – Ramón Báez Romano, presidente de Rosario Dominicana, S.A., escribe al Profesor Juan Bosch, presidente del PLD, proponiendo un encuentro con los asesores económicos del partido para discutir la comercialización del oro y la plata.
2. 21 de julio de 1980 – Respuesta del PLD, firmada por Juan Bosch, designando como comisionados a Vicente Bengoa, Félix Jiménez y Víctor Manuel Grimaldi Céspedes, para dialogar con Rosario Dominicana sobre la propuesta de manufacturar joyas con oro y plata dominicanos.
Contexto histórico:
– En los años 1979–1980 el PLD, con apenas 18,000 votos en las elecciones, lanzó una campaña estratégica sobre el uso nacional del oro y la plata de la mina de Pueblo Viejo (Cotuí).
– Bosch planteó que el contrato con Rosario debía renegociarse para obtener mejores beneficios y, además, destinar parte de la producción a la manufactura de joyas en la República Dominicana.
– Esta propuesta buscaba industrializar el país, generar divisas, reservas para el Banco Central y empleo calificado.
Conexiones posteriores:
– En octubre de 1980, Víctor Manuel Grimaldi Céspedes formó parte de la delegación dominicana que visitó la refinería Valcambi en Suiza e Italia, conociendo de primera mano el proceso de fundición del doré de Pueblo Viejo.
– Décadas después, el gobierno dominicano nacionalizó la mina de oro de Pueblo Viejo, aunque la visión de Bosch sobre la manufactura nacional de joyería aún permanece pendiente.
Valor documental:
Estas cartas son evidencia directa de la incidencia del PLD en la política minera dominicana y del temprano rol de Víctor Manuel Grimaldi Céspedes como integrante de la comisión económica del partido, en diálogo con empresas estratégicas.

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