Hablan los hechos

En la actualidad, Republica Dominicana es un país que cuenta con una buena comunicación vial de acuerdo a su area de extension, su economía y densidad poblacional. Desde las principales ciudades, hasta los pueblos mas remotos se enlazan de manera eficiente en todo el territorio nacional.

El mapa tal cual lo tenemos ahora de carreteras troncales, regionales y locales, ha venido entretejiendo su historia en la última centuria, sustituyendo los viajes en goleta o a caballo, acortando distancias, acercando productos y consumidores, acelerando el desarrollo.

La comunicación vial, un requisito imprescindible para garantizar el acceso al desarrollo, es una de las insignias de la gestión peledeista.

La primera carretera en construirse en este país es la Duarte, que une la región Norte o Cibao con la capital, y se inició en el 1917. Antes de eso, un viaje de Santo Domingo a Santiago tomaba tres días y dos noches, y de Santiago a Puerto Plata seis horas y media en el ferrocarril que cruzaba la cordillera. Los viajes por tierra desde Santo Domingo hacia y el Este o el Sur, eran igual de complicados, según cuenta el historiador Frank Moya Pons en una de sus entregas al Diario Libre.

A partir de la intervención norteamericana, los gobiernos siguientes continuaron conectando el país con la construcción de las carreteras Sánchez y la Mella, que conectaron al Sur y al Este, respectivamente, con Santo Domingo. Desde entonces las carreteras se convirtieron en uno de los principales motores del crecimiento económico del país impactando la economía y el intercambio comercial entre las diferentes zonas.

En su devenir, los gobernantes de República Dominicana han entendido tambien el desarrollo vial como una forma de dinamizar la economía, no solo por el impacto a largo plazo, sino también por el inmediato, el que beneficia directamente a los obreros e indirectamente a toda la economía que les circunda.

En otras entregas de esta serie, se abundará sobre los detalles de ese trecho que hemos recorrido como nación hasta llegar a contar en la actualidad con una red vial de aproximadamtne 5,400 kilómetros de carretera, y que Pedro Delgado Malagón, ex secretario de Obras Públicas (período 1982-1986), considerada adecuada en cantidad y en distribución geográfica.

Desde el primer gobierno del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), con el presidente Leonel Fernández, que comenzó en el 1996 fueron iniciadas, a través de Obras Públicas y las instituciones afines un cambio drástico en el esquema de las infraestructuras en la República Dominicana. No solamente en lo referente a infraestructura vial de carreteras y puentes sino también en temas de acueductos de presas y viviendas.

Desde 1996, la política de construcción del presidente Fernández fue darle un cambio a la vialidad del país, pero priorizando la ciudad de Santo Domingo, que para ese momento ameritaba de soluciones urgentes.

Con Diandino Peña, como secretario de Obras Públicas, el gobierno de Fernández le pudo dar soluciones viales a la avenida John F. Kennedy en todas sus intersecciones hasta la Winston Churchill. En tanto que a la avenida 27 de Febrero se le dio soluciones parciales.

Luego, con Víctor Díaz Rúa en esa cartera, y consciente de que ese tipo de obras nuca termina, en su segundo mandato, Fernández dio inicio de la construcción del Corredor Duarte 1.

Esta obra incluyó soluciones viales en la avenida Kennedy, con elevados desde los Alcarrizos, en la 27 de febrero se hicieron túneles a cielo abierto en la intersecciones de la Núñez de Cáceres, Carmen Mendoza de Corniel y Doctor Defilló.

Este corredor también incluyó el elevado Charles de Gaulle con Autopista San Isidro. Por igual el paso a desnivel y complejo de obras en avenidas José Ortega y Gasset y 27 de Febrero, con túnel de giro a la izquierda y túnel hacia la Universidad Autónoma de Santo Domingo, una obra innovadora donde se utilizó un método de excavación austríaco.

De acuerdo a las explicaciones ofrecidas por el Ministerio de Obras Publicas, la empresa constructora a cargo de esta obra realizó los trabajos de excavación de manera cuidadosa, debido a que hay poca cobertura de roca encima del túnel, esto obligó a trabajar de forma lenta, pero garantizando la seguridad.

El método austriaco es una forma de excavación completamente subterránea, que permite minimizar todas las interferencias de la superficie. Para los trabajos de excavación se utilizaron fresadoras de 60 toneladas en dos frentes para agilizar la construcción.

El corredor Duarte 1 con un costo de 260 millones de dólares, tiene un retorno de la inversión de 4 años, de acuerdo a los estudios realizados por la compañía de estudios viales Louis Berger Group. De acuerdo a este estudio, el ahorro de combustible que implica estas soluciones viales ha impactado directamente en la reducción de la factura petrolera.

En cuanto a las carreteras, se destacan obras de envergadura como la carretera

Santo Domingo Samaná que es una concesión privada donde el usuario puede utilizarla por un precio más alto de peaje pero se lo ahorra en combustible. La carretera del Coral con la circunvalación de La Romana y el tramo San Pedro La Romana.

Esta autovía del Este pone a los puntos turísticos más importantes del país a un paso de Santo Domingo, permitiendo la movilidad de los visitantes que ya no tendrán que quedarse confinados en su hoteles.

Yendo hacia el Sur, el desarrollo vial ha llevado la tan esperada solución vial San Cristóbal Baní, donde se hizo una carretera a cuatro carriles con ampliación para seis lo que ha puesto Baní a menos de media hora de la capital.

En el Sur también se hizo la carretera San Juan Barahona y se rehabilitaron las carreteras que iban de Baní a Azua y Azua Barahona.

En cuanto a mantenimiento, el gobierno del PLD ha rehabilitado muchos puentes en Puerto Plata remplazándolos por puentes metálicos traídos de Inglaterra. Se rehabilito y terminó la carretera Dajabón Montecristi.

En cuanto a asfaltado en la pasada gestión se realizaron cuatro grandes planes donde se asfaltaron en promedio 2,000 kilómetros en todo el territorio nacional y en todos lo pueblos.

La comunicación vial, un requisito imprescindible para garantizar el acceso al desarrollo, es una de las insignias de la gestión peledeista. Este es un proceso que no se detiene y en la actualidad numerosos proyectos de carreteras y soluciones viales continúan en ejecución.

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