El país ha acogido con entusiasmo la puesta en servicio del importante Sistema de Emergencias 9 1 1.
Durante un buen tiempo, los dominicanos anhelábamos tener a nuestra disposición un servicio multisectorial con el que nos sintiéramos respaldados en forma efectiva ante cualquier emergencia.
Sobre el 9 1 1 conocíamos de sus magníficos resultados en películas o por la experiencia de compatriotas residentes en naciones que como los Estados Unidos mantienen desde hace años este sistema.
Armar, organizar y poner en práctica este importantísimo servicio, ha costado mucho esfuerzo, tiempo y cuantiosos recursos. Inversión que ha hecho el Estado, fruto del aporte de los contribuyentes.
Como se ve, se trata de una conquista del pueblo, hecha realidad por la voluntad expresa de la administración que encabeza el presidente Danilo Medina. Un Presidente que asumió con vehemencia ese plan. Y que hoy apela al concurso de toda la población para que le saquemos el mayor de los provechos.
Sin embargo, por más de una razón, ninguna justificable, ciudadanos desaprensivos han tecleado de mala manera esos tres vitales dígitos. Para bromear en forma abusiva e ilegal. Y provocar pérdida de tiempo. De recursos. Y poner en riesgo vidas y propiedades, distrayendo a un personal especializado para atender emergencias.
Ese bochornoso proceder de algunos, habla mal de todos nosotros como pueblo y sociedad. Lo que es inaceptable.
Por eso, Vanguardia del Pueblo llama la atención de las familias, las juntas de vecinos, las escuelas, las universidades y de todas las entidades sociales y políticas del país, para que asumamos el compromiso de constituirnos en salvaguardas de este importante sistema. Que orientemos en nuestro entorno sobre el respeto y la responsabilidad que debemos tener ante este mecanismo de Socorro.
Que las autoridades persistan en el despliegue de cuantos recursos sean necesarios para la campaña de orientación sobre el 9 1 1.
Pero que de la misma manera hagan recaer todo el peso de la ley sobre los que con lacerante burla violenten las normas establecidas para el buen uso de este instrumento de vida.
