El primer congreso de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) que reunió aquí a delegados de 25 países, encontró a la República Dominicana en disputa por el primer lugar del mundo en accidentes de tránsito, con una tasa superior a 40 muertes por cada cien mil habitantes, sólo rebasada por la isla de Nieu (con 68,3 muertes), según un estudio de la Organización Mundial de la Salud de 2013.
La mortalidad en accidentes de tránsito del país, duplica el promedio de 16 muertes por cada 100,000 habitantes de todo el continente y de 17 en América Latina. Se trata de «un reto de envergadura» para República Dominicana, según informaciones de organismos internacionales.
Indicadores de Siniestralidad Viaria destacan que entre los años 2011 y 2013 se produjeron 11,536 muertes, de acuerdo con datos de FundaRed.
Las estadísticas no deberían ser más catastróficas. En los últimos 36 meses, el país ha perdido unos US$4,090 millones por los efectos de los 14,717 accidentes de tránsito ocurridos de 2011 hasta 2013, medidos en vidas y propiedades, gastos en salud, destrucción de capacidad productiva, daños al medio ambiente, entre otras situaciones.
Cada tragedia de tráfico le cuesta al país 67 veces su PIB per cápita, porque no tenemos un plan integral concebido ni una ley de seguridad vial, aseguró Mario Holguín presidente de FundaRed al hablar en el Congreso Americano FIA 2014.
El experto destacó que parte del problema es la inexistencia de un marco legal, de una institución dirigida a planificar la seguridad en el tránsito.
Urge pues adoptar una política de defensa de la población contra la principal causa de muerte violenta en el país, que casi duplica las ocasionadas por hechos delictivos, cuya tasa es de 23 casos por cada cien mil.
“Miles de familias empobrecidas a consecuencia de los siniestros viales nos hacen pensar en la necesidad urgente de considerar para el 2015, el tema de la seguridad vial entre los Objetivos de Desarrollo del Milenio», opina Holguín.
Considera que el principal y más grande desafío de los poderes Ejecutivo y Legislativo es integrar la seguridad vial como un eje transversal a la Estrategia Nacional de Desarrollo, que sería la muestra más contundente de que alcanzamos conciencia social y política en este tema tan crucial.
El problema tiene solución
Por su parte el presidente del BID, Luis Alberto Moreno estima que la «violencia en los caminos es un flagelo que sí podemos combatir». «Necesitamos información y educación; que los gobiernos hagan cumplir las leyes, mejorar las infraestructuras y que los vehículos estén adaptados a las vías», agregó Moreno en el foro, al que también asistieron autoridades dominicanas del sector vial, de economía, Michelle Yeoh, Embajadora de las Naciones Unidas para la Década de Acción para la Seguridad Vial 2011-2020, y el director del principal hospital de traumatología del país, que recibe más de 100 víctimas de accidentes de tránsito al día.
De las 300 emergencias diarias que se tratan en el Ney Arias Lora, alrededor del 90% están vinculadas a accidentes de tránsito, y dentro de este grupo el 65% involucra a motoristas, según el director del centro, Félix Hernández. A las muertes, se suman también los heridos ingresados, en ocasiones llevados a cuidados intensivos, requiriendo procedimientos costosos y prótesis.
Hernández, comentó que los más de 2,000 decesos al año en accidentes viales representan la principal causa de muerte en los hombres, aunque la cifra muestra un subregistro, porque no contabiliza los decesos ocurridos días o semanas después como secuela de los accidentes.
En el ámbito de la reunión de la FIA, el Banco Interamericano de Desarrollo –BID- informó la donación de US$500 mil para iniciar el diseño de una estrategia nacional de seguridad vial que debería reducir los accidentes en 30% para 2016 y 50% para 2020.
Como parte del proyecto, la empresa de autopistas de Corea del Sur realizará una investigación para determinar las causas del alto índice de accidentes y su alta mortalidad, adelantó Víctor Ventura, representante del Ministerio de Economía.
El diagnóstico identificará los puntos de mayor accidentalidad para mejorar la señalización y el diseño de las construcciones, mientras que una segunda fase del plan incluirá campañas de información que se consideren urgentes y la creación de un consejo de seguridad vial y un observatorio para realizar evaluaciones. La compañía coreana fue seleccionada, ya que ese país redujo las muertes en accidentes de tránsito en 50% en una década, de 12,653 en 1996 a 6,327 en 2006.
Muy alto costo económico
Los accidentes de tránsito suponen un costo de 700 millones de dólares cada año para la República Dominicana, de acuerdo al ministro de Economía, Planificación y Desarrollo, Temístocles Montás, quien señaló que este costo es equivalente al 1.3% del PIB y 75% del gasto social en salud pública, lo que lo ha convertido en un problema serio y complejo que afecta al desarrollo.
Dijo que a estos elementos se suma la agravante de que casi la mitad de las víctimas fatales de accidentes son jóvenes entre 15 y 29 años.
El ministro Montás, también abogó por la aprobación de la Ley de Tránsito que cursa en el Congreso.
El presidente de la FIA, Jean Todt, expuso temas sobre seguridad vial comunes a todos los países, durante una visita al presidente Danilo Medina, quien acogió con agrado la presencia de delegados de 25 países que vinieron al encuentro auspiciado por el BID y la FIA.
Todos debemos ayudar
El presidente de la FIA, Jean Todt, señaló al Estado como el principal responsable de la situación, porque tiene las herramientas para introducir nuevas legislaciones y reforzar las existentes, aunque todo el mundo debe cumplir su rol.
También el presidente del Automóvil Club Dominicano, Álvaro Oliver, entiende que el país debe tomar correctivos a través de una educación vial iniciada desde el nivel básico, incrementar las exigencias para permitir la conducción de vehículos y realizar una persistente campaña sobre seguridad vial. En cuanto a las leyes vigentes, por antigüedad es necesaria su revisión.
Para matizar aun más las exposiciones, los medios nacionales tuvieron que publicar penosas reseñas sobre accidentes en los que murieron más de doce personas durante y en días previos al congreso sobre Seguridad Vial patrocinado por el BID y Federación Internacional de Automovilismo.
