Humberto Almonte

Transcurren tiempos muy afiebrados en circulación de personas, mercancías e informaciones, borrando no un plumazo sino de un teclazo, las fronteras del mundo como hasta entonces lo habíamos conocido.
La velocidad con que nos trasladamos a los antípodas del mundo es vertiginosa y pareciera una fantasía salida de los libros de H.G. Wells o de Isaac Asimov, los que en el momento de su salida, lucían como lejanos sucesos imaginativos, posibles solo como sueños del futuro.
En tiempos pasados, los controles migratorios y sanitarios eran relativamente fáciles de implementar dada la cantidad de limitadas rutas terrestres y marítimas, los muy focalizados puertos y aeropuertos que permitían en poquísimo tiempo cerrar a cal y canto esas vías de transporte, imposibilitando o disminuyendo en grado extremo los movimientos de los ciudadanos.
Las epidemias recientes originadas en remotos lugares de la geografía planetaria, han cruzado con relativa facilidad nuestro globo terráqueo de extremo a extremo a una velocidad pasmosa, infectado miles y millones de seres humanos en cuestión de días.
Nombres como gripe aviar y ébola se han convertido en lugares comunes, ocupando lugares destacados en los medios de comunicación, incluyendo las redes sociales.
Asistimos al encuentro de este tema con el cine en dos obras que pueden discutirse en calidad o tratamiento, pero no la pertinencia de analizarlas, y nos referimos a 28 Días Después (28 Days Later) y Contagio.
28 Días Después (28 Days Later- 2002), que dirigió Danny Boyle, trata sobre un virus que fue liberado de un laboratorio debido al ataque de un grupo de activistas defensores de los animales, desatando una epidemia de rabia que transforma a los seres humanos en violentos y acentúa su carácter al extremo de volverlos a sus orígenes prehistóricos.
Jim (Cillian Murphy) despierta de un coma en Londres a los 28 días de iniciarse el contagio, y tras varias peripecias se une a dos supervivientes, Selena (Naomi Harris) y Mark (Noah Huntley), buscando salir de la ciudad que se encuentra a merced de los infectados y lograr llegar a una zona segura.
Esta película se atiene a los parámetros de la expansión de los virus porque basta con entrar en contado de la sangre, la saliva u otros fluidos humanos, para infectarse y extenderse por vastas zonas a un ritmo casi imposible de detener.
Los primates escapados del laboratorio atacan los humanos y estos a otros humanos , en una cadena arrolladora que amenaza nuestra forma de vida como la hemos conocido y nos da una idea de la fragilidad de civilización que puebla este planeta.
Cualquier parecido con la epidemia del ébola no es pura coincidencia, pues Boyle se basó en los patrones de contagio de los virus y en los protocolos usados por la Organización Mundial de la Salud para combatirlos.
28 Días Después se ha convertido ya en un clásico por su realismo, por un Londres irreconociblemente desierto, y por conectar, tanto con los críticos como con la audiencia, además de ser filmada en formato digital, a lo que debe ese aspecto tan cercano a las imágenes trasmitidas en vivo.
Steven Sorderbergh logra en Contagio (Contagion-2011) seguir al pie de la letra y con un enorme verismo, la historia de Beth Emhoff (Gwyneth Paltrow), procedente de un viaje de negocios a Hong Kong infectada de un agresivo virus que provocará la muerte de millones de personas en el transcurso de varias semanas. Su marido Mitch (Matt Damon), descubre que él es inmune al virus, y junto al periodista metiche Alan Krumwiede (Jude Law) quien airea lo que las autoridades no quieren decir y el doctor Ellis Cheever (Laurence Firshburne), encargado de encontrar una cura a toda costa, conforman un colectivo actoral que sostiene el ritmo de este filme.
Contagio juega en su trasfondo con los miedos, el etnocentrismo, el manejo inescrupuloso de la información y los prejuicios de las sociedades altamente desarrolladas como EE UU, que desean mantener un control de la movilidad de las personas, y muchas veces, de los capitales financieros.
Con un ritmo tenso, es un filme inteligente, que usando los elementos más importantes del cine de desastres, busca aterrarnos amparado en el marco de un incierto realismo científico que va decayendo en el transcurso de su desarrollo hasta dejarnos casi indiferentes al final.
Si observamos el desenvolvimiento del agente Erin Mears (Kate Winslet), de la Dra. Ally Hextall, quienes buscan en Minneapolis (EE. UU), encontrar algo para detener la propagación, y de la Dra. Leonora Orantes (Marion Cotillard), enviada por la OMS a Asia a investigar el origen del virus, asistimos mas bien a una comparación perniciosa de dos sociedades, la norteamericana organizada y proclive a ser victima de los virus, y la otra, la asiática o china especialmente, como desordenada, peligrosa y con un lamentable sistema sanitario.
Contagio conecta con las audiencias desde los miedos para inocularnos un apoyo al status quo subido a un reparto multiestelar y adornado con toda la parafernalia para hacerlo creíble, cuando no es mas que propaganda disfrazada.
En las sociedades actuales, con unos medios de comunicación hiperdesarrollados, los espectadores pueden ser caldo de cultivo para histerias orquestadas como métodos de control y bellamente presentadas en un empaque cinematográfico.
Los avances científicos no han sido lo suficientemente agiles para detener las epidemias en sus lugares de origen, y mucho de esto tiene que ser con la locación geográfica de estas enfermedades, casi siempre en zonas económicamente no desarrolladas.
El cine ha reflejado las epidemias de manera consistente a lo largo de su corta historia como arte, con suertes desiguales en su tratamiento en su tratamiento artístico, pero con una enorme rentabilidad de cara al público. Por lo tanto, seguiremos contando con su presencia, siempre esperando mejores filmes de este genero.