La discusión del “pacto nacional para la reforma del sector eléctrico” estrenará al recién surgido ministerio de Energía y Minas en procura de establecer las líneas centrales que dominarán al sector “energía”, que engloba al subsector eléctrico, y oficializará su condición de ente regulador.
Una vez se determinen los desarrollos para suplir de nueva generación al subsector eléctrico (plan de expansión ), acción aún bajo la responsabilidad del holding Corporación Dominicana de Empresas Eléctricas Estatales (CDEEE), corresponderá al ministerio de Energía y Minas autorizar la planificación y logística de suministro de las materias primas energéticas de esos desarrollos.
Entre estas últimas funciones está autorizar las nuevas infraestructuras de importación y almacenamiento de derivados del petróleo, gas natural, carbón mineral, atómica y no renovables a través de su dependencia la Comisión Nacional de Energía, tomando en cuenta, entre otros factores, posibilidad de desabastecimiento por concentración enzonas de alto riesgo como la costa Sur e igualdad de oportunidades para todas las regiones.
(Aunque es preocupación del ministerio de Energía y Minas la erección de una nueva terminal de gas natural en San Pedro de Macorís, a sólo 30 kilómetros de la única existente en Andrés, Boca Chica, de AES, se trata de un hecho cumplido mediante el cual empresas como Ege-Haina, Basic Energy, y otras generadoras, además de varias empresas comercializadoras de gas propano lograron la aprobación de la CDEEE para su instalación y suministro de gas natural a 1,000 megavatios ya instalados en la región de San Pedro de Macorís que se alimentan con derivados del petróleo y necesitan dar el paso hacia el gas natural).
La concentración de energía de base en la Costa Sur (generadoras de Haina e Itabo, generadoras de Los Mina y de barcazas en la ría del Ozama, generadoras de AES en Andrés, Las Quisqueyas I y II, el grupo Cogentrix y la barcaza Sultana del Este en San Pedro de Macorís) en donde se encuentran operando sus fuentes de suministro la terminal de gas licuado deAzua-Opuvisa, la Refinería Dominicana de Petróleo en Haina y la terminal de gas natural de Andrés, Boca Chica, en la ruta de los ciclones y tormentas tropicales que azotan históricamente al país, obliga a reubicar los nuevos desarrollos al otro lado de la isla, en la Costa Norte.
A esta situación de riesgo acumulada en las últimas décadas, se ha agregado una oferta insuficiente de energía eléctrica que causa enormes perjuicios a toda la región Norte, motivo de desigualdad en el desarrollo nacional.
Sólo una entidad del rango ministerial como Energía y Minas puede poner freno a esta indudable falta de planificación, guiada únicamente por la oportunidad de hacer negocios con la mayor rentabilidad posible sin reparar en los riesgos a que se expone la nación.
De hecho, el nuevo ministerio de Energía y Minas has escogido la zona de Manzanillo como destino de las infraestructuras de alta potencia que se desarrollarán en el futuro como energía de base. Iniciativas privadas erigen estructuras de almacenamiento de derivados de petróleo en la provincia de Puerto Plata, donde la Refinería Dominicana de Petróleo posee desde hace años un solar para una proyectada terminal del norte de derivados, de la que jamás se ha vuelto a hablar.
En Manzanillo, el Estado dispone de un puerto de profundo calado natural y de suficiente extensión como para dar albergue a centrales de alta potencia que se alimenten a carbón y gas natural, con sus correspondientes puerto carbonero y terminal de gas natural.
El actual gobierno del presidente Danilo Medina fue previsor, pues una de sus primeras acciones fue dejar sin efecto un contrato de arrendamiento del puerto de Manzanillo y sus anexidades a un grupo de empresarios santiagueros, para liberarlo de compromisos que pudieran no estar a tono con la prioridades del Estado. Junto con la decisión de anular el contrato, se dejó sin efecto también una extensión de más de 200 mil metros cuadrados que el grupo empresario adicionó al contrato original.
En esos 200 mil metros cuadrados, la CDEEE había proyectado erigir una central térmica a carbón o gas natural de alta potencia, para lo que realizó estudios de suelos y de impacto ambiental que ya fueron terminados.
Cuando el día 15 de este mes se inicien las discusiones del “pacto nacional para la reforma del sector eléctrico” está previsto que las mismas partan un de “Plan de Expansión” que no es más que el “plan integran de desarrollo eléctrico” que ejecuta la CDEEE, esta vez más actualizado y disponible para ejecución del Estado en asociación con el sector privado o de éste en forma individual.
El pacto deberá concluir con compromisos irrenunciable y señalados en el tiempo de los programas de inversión y desarrollos de nueva generación para ambos sectores, estatal y privado, lo mismo que los programas de inversión, ya muy avanzados, por parte de la CDEEE en los sectores de alta tensión y distribución.
Sin embargo, como también se habla de la “reforma del sector eléctrico”, es previsible que allí se conozcan iniciativas del sector privado que buscan descentralizar aún más al subsector eléctrico.
Se da por seguro que el sector privado y entidades de la llamada “sociedad civil” que en el país actúan alineadas con el sector privado, plantearán que el Estado vuelva a desprenderse de su decisión reciente de emprender por cuenta propia nueva generación, pues esa ha sido su prédica de los últimos tiempos, a pesar de que esperó más de 10 años para anunciar nuevas inversiones en generación alegando “falta garantías” como lo confesara hace unos días el presidente de la ADIE, Marcos Cochón.
Algo que se descuenta es que vuelvan a interesarse por participar en la distribución y cobro de la energía, ya que por efecto de la reforma del subsector eléctrico de 1997 la recibieron por entero, y confesaron su fracaso devolviendo las tres distribuidoras al Estado, a un costo altísimo para éste último
El gobierno, no obstante, ha sido obsecuente y abrió la posibilidad de una “reforma”, con lo que el propio Estado pone a prueba su condición de ente regulador del desarrollo nacional.