Los indiscutibles avances en el combate a la pobreza o de la desigualdad social por parte del gobierno están limitados por el hecho de que el país se encuentra en la cola de las 20 naciones de América Latina y el Caribe en la captación de ingresos fiscales para con ellos soportar las políticas públicas.
La pobreza general se situó en 35.5% de la población dominicana al mes de septiembre de 2014, logrando una reducción de 6.7% en relación con septiembre de 2012 cuando estaba en 42.2%, mientras que la tasa de pobreza extrema en 2014 se situó en 7.9% de la población, cifra inferior al 10.5% evidenciado en 2012 y al 10.0% de 2013, según cifras actualizadas por el ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo.
En 2013, los promedios de ingresos fiscales sobre PIB de los 20 países de ALC oscilaron entre el 35,7% de Brasil, que se sitúa por encima de la media de la OCDE, o el 31,2% de Argentina, y el 14% de la República Dominicana o el 13% de Guatemala, estos dos países los dos últimos en la escala.
Entre los países de la OCDE los porcentajes de ingresos fiscales sobre PIB quedaron comprendidos entre el 48,6% de Dinamarca y el 19,7%2 de México, según un informe, elaborado de forma conjunta por el Centro Interamericano de Administraciones Tributarias (CIAT), la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y el Centro para el Desarrollo de la OCDE, presentado en el marco del XXVII Seminario Regional de Política Fiscal que se celebró en la sede de la CEPAL en Santiago de Chile.
Después de un ingente esfuerzo gubernamental por asistir a los sectores medianos y pequeños del campo y la ciudad, más que duplicando las facilidades de crédito de agencias gubernamentales, el gobierno dominicano parece haber llegado al límite de sus capacidades para poder seguir combatiendo la pobreza heredada.
En el informe “Estimaciones oficiales de la pobreza monetaria y la desigualdad de ingresos mediante la Encuesta de Fuerza de Trabajo (EFT) del Banco Central marzo 2000-septiembre 2014”, preparado por la Unidad de Asesora de Análisis Económico y Social (UAAES), se explica que este resultado es el efecto positivo de lacombinación de “un aumento en el ingreso de los hogares y de una mejoría en la distribución del ingreso entre los hogares”.
Sostiene el informe que en todo el año 2014 el porcentaje de población en condición de pobreza general monetaria estaba en 35.8%, por debajo del 41.0 % existente en 2012 y del 41.2% del 2013.
“Esto significa que la incidencia de la pobreza en 2014 se redujo en 5.4 puntos porcentuales respecto a 2013”, puntualiza el informe explicado por el doctor Antonio Morillo, como parte de los actos por el noveno aniversario de la creación del MEPyD”, dice.
Dice el informe que el aumento en el ingreso tuvo una contribución de 2.3 puntos, siendo mayor el efecto del mejoramiento en la distribución del ingreso con una contribución de 2.9 puntos.
Luego de la última reforma fiscal en que la expectativa era alcanzar por lo menos un 17% de carga tributaria, exenciones impuestas por los compromisos de los acuerdos de libre comercio con Estados Unidos y Centroamérica, por una parte, y con la Unión Europea, por la otra parte, combinados con un incremento en el gasto tributario a favor mayormente de sectores productivos que ya superan los RD$200,000 millones, los ingresos públicos apenas incrementaron 1%, pasando del 13 al 14%.
El informe presentado en la sede de la CEPAL pone de manifiesto el considerable incremento experimentado por los ingresos fiscales en la región durante el período 1990-2013, que habría elevado la presión fiscal promedio en 7 puntos porcentuales, del 14,4% al 21,3% actual. Si bien este aumento de la recaudación tributaria ha dotado a los gobiernos de una mayor capacidad para incrementar el gasto en programas sociales e infraestructuras físicas, el promedio de ingresos fiscales sobre PIB se sitúa todavía 13 puntos porcentuales por debajo de lamedia de la OCDE, que es del 34,1%, según el informe.
Aún así los progresos en este punto de América Latina y el Caribe son muy lentos pues el informe sugiere que los ingresos fiscales sobre PIB correspondiente a los 20 países de América Latina y el Caribe objeto del informe1 fue del 21,3% en 2013, 0,1 puntos porcentuales por encima de su lectura de 2012. El promedio de ingresos fiscales sobre PIB se habría incrementado en el período comprendido entre 2009 y 2012 del 19,5% al 21,2%.
“La participación de los ingresos fiscales recaudados por gobiernos locales en América Latina es pequeña en la mayoría de los países y no ha experimentado incremento alguno, lo que refleja una autonomía tributaria relativamente limitada en comparación con los países de la OCDE”, dice el informe.
· En 2013, el promedio de ingresos fiscales sobre PIB aumentó en 12 de los 20 países de ALC, se redujo en 7, y se mantuvo sin cambios en uno, la República Dominicana.
· La diferencia entre el promedio de ingresos fiscales como porcentaje del PIB de la OCDE y el de los 20 países de ALC es actualmente de alrededor de 13 puntos porcentuales, frente a los 18 puntos porcentuales de 1990.
· Los países que registraron un mayor incremento del promedio de ingresos fiscales sobre PIB en 2013 fueron Bolivia (2,1 puntos porcentuales), Argentina (1,7), Costa Rica (1,2) y El Salvador (0,7).
El informe también resalta que “tras el fuerte crecimiento registrado en los últimos veinte años, los impuestos generales al consumo (principalmente el IVA y los impuestos sobre las ventas) representaron el 32,3% de los ingresos fiscales en los países de ALC en 2012 (frente al 20,2% en los países de la OCDE). El porcentaje que representan los impuestos sobre consumos específicos (como las excepciones y los impuestos sobre el comercio internacional) se redujo en 14 puntos porcentuales, hasta el 17,6% (en la OCDE este porcentaje es del 10,7%)”.
En 2012, los impuestos sobre la renta de las personas físicas y de sociedades representaron, en promedio, el 26,6% de la recaudación en los países de ALC, mientras que las contribuciones a la seguridad social supusieron un 16,5% (en los países de la OCDE, del 33,6% y 26,2%, respectivamente).
Hay avances notables en los últimos años en el combate a la pobreza, pero todavía estamos lejos de reducirla a la media latinoamericana y caribeña.
Una reforma fiscal de envergadura no está en la agenda para lo que resta del actual cuatrienio gubernamental, pero es una tarea pendiente de urgente necesidad.