Un 22 de Abril del 1970 el senador y activista ambiental estadounidense Gayrold Nelson inició una manifestación con el motivo de incentivar a las autoridades del mundo a crear una agencia protectora del medio ambiente, es por esto que celebramos hoy, el día mundial de la tierra, en el cual es propicio darles a conocer a los lectores cuales son los gases que están contribuyendo a desequilibrar el clima de nuestro planeta y afectando así el medio ambiente.
Según el programa de las Naciones Unidas para el cambio climático, “del total de energía radiada por el sol que alcanza el planeta, 30% es reflejada al espacio por las capas exteriores de la atmósfera y el 70% restante alcanza la superficie de la Tierra. El planeta a su vez irradia esta energía de vuelta al espacio en forma de radiación de onda larga o infrarroja, manteniendo así el equilibrio térmico”. Es decir para dar una explicación más llana, de toda la energía en forma de luz y rayos ultravioletas que emite el sol, solo una parte logra pasar nuestra atmósfera, choca con nuestra tierra y se devuelve al espacio.
Pero, ¿Cómo se produce el equilibrio térmico que mantiene estabilizada la temperatura global?
En la atmósfera existen unos “gases” (más abundantemente el dióxido de carbono y el metano) capaces de absorber parte de esa energía térmica o calor que poseen los rayos ultravioletas del sol que retornan al espacio después de haber impacto en la tierra. Esto crea pues, un traspaso de energía suave, no de manera brusca y así se mantiene una temperatura más o menos estable y cálida, que es lo que permite que sea habitable y se pueda vivir en nuestra tierra. A todo este proceso descrito anteriormente es lo que se denomina Efecto Invernadero.
Esos gases que están al nivel de la atmósfera se producen de manera natural en nuestra tierra. En el caso del metano, este emana de los pantanos, y puede generarse de la descomposición de los desechos orgánicos y heces fecales. El dióxido de carbono o CO2 que es su fórmula química, se genera al respirar donde nuestros pulmones toman el oxígeno del aire y expulsan dióxido, a partir del fondo de los océanos los cuales liberan grandes cantidades de este gas, por descomposición animal o vegetal y por erupciones volcánicas.
Ahora bien, eso es como se producen pero de manera natural. Sin embargo, a partir de la industrialización, la globalización y expansión de los mercados del mundo ha cambiado de forma drástica la manera en que se vivía siglos atrás y parte de los equipos y productos que consumimos y usamos hoy día para hacernos la vida más cómoda han contribuido a que se generen en demasía estos gases que ya le hemos mencionado.
En el caso del dióxido de carbono producto de la raza humana surge a partir de la quema de combustibles fósiles usados para generar energía y para mover vehículos de motor, se incrementa el nivel de dióxido de carbono por la deforestación porque son los árboles los que absorben este gas, surge de la producción de cemento y de muchos otros procesos creados por el hombre.
El Metano producto también de la raza humana proviene de la descomposición de desechos sólidos orgánicos en grandes vertederos, a partir de la utilización de fertilizantes en la producción agrícola industrial y de la producción de petróleo y gas natural.
Si adherimos todas esas emisiones de estos dos, los principales gases de efecto invernadero generados por la mano del hombre, más el volumen que se produce de manera natural tendremos una atmósfera sobrecargada de estos gases y por tanto de una mayor absorción de la energía térmica o calor que poseen los rayos ultravioletas que salen de la tierra. Esto entonces provoca que se aumente la temperatura del planeta y se altere el clima de la tierra provocando lo que se conoce como el cambio climático.
Usar menos el automóvil, utilizar eficientemente la energía eléctrica, producir menos desechos sólidos orgánicos, etcétera, son formas de ayudar a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Es por eso que hoy, día mundial de la Tierra debemos reflexionar sobre que tanto estamos ayudando a frenar el inmenso daño que le estamos haciendo a nuestro planeta, a nuestro hogar.