En los últimos días el sector salud está convulso, se quiere proyectar la imagen de estar descabezado. Sectores de oposición han pretendido sembrar la idea del fracaso de las líneas estratégicas que orientan la gestión de la Ministra de Salud, Dra. Altagracia Guzmán Marcelino. A esta percepción se puede llegar cuando solo se observan las aristas visibles de los componentes de los sectores que le han declarado la guerra en los medios de comunicación al Ministerio de Salud, pero al examinar las aristas invisibles llegamos a la conclusión contraria.
Uno de los sectores es el Colegio Médico Dominicano, su junta directiva, llama a una huelga nacional por 48hs en solidaridad a los colegas que laboran en los hospitales de la línea noroeste, los cuales, hace más de un mes se lanzan a un paro de labores indefinido para exigir la conclusión de la reparación de los centros, mueve a reflexión la rapidez con la que se toma una decisión de tal magnitud sin tener en cuenta que esta situación es una herencia de la gestión anterior del Ministerio de Salud y sin previamente crear las condiciones subjetivas en la población.
Por más argumentos, en el sentido de la precariedad laboral y de las condiciones de vida personal de quienes se dedican a esta noble profesión, existe una realidad, paralizar las labores en el sector salud tiene un efecto económico regresivo, pues penaliza a los más pobres al tener que buscar los servicios de salud que necesitaren pagando un mayor costo en el sector privado mientras dura el paro. Además, provocan un desperdicio financiero del gasto público de salud, pues, un hospital general gasta diariamente alrededor de 1.5 millones de pesos funcione o no. Y, por último, provoca un daño colateral en la deteriorada imagen del médico que la actual directiva del gremio prometió rescatar, la del profesional colegiado preocupado por la superación personal y, por ende, acompañante del Ministerio de Salud en el proceso de reforma del sector.
Es oportuno recordar que hace apenas tres meses el CMD sorprendió al sector salud y a la sociedad con un llamado a paro similar por lo abrupto y por penalizar a los servicios de salud debido a razones que escapaban a la posibilidad de solucionar, más bien, estaba relacionado con la protesta de los médicos residentes por el aumento del precio de la matriculación en la Universidad Autónoma de Santo Domingo, si a todo lo anterior le agregamos que la actuales autoridades del Ministerio de Salud tienen siete meses en su conducción y que son el producto del proceso de solución de una crisis generada en los servicios de salud, es natural concluir que no tenían planes previos para solucionar los problemas del sector salud, por lo que exigir resultados en tampoco tiempo mediante un llamado a paro nacional de labores obedece a causas no atribuibles al fracaso de las políticas ministeriales.
En el escenario preelectoral en el que se encuentra el CM, es lógico pensar que el llamado a paro obedezca a una estrategia de la dirección para lograr recuperar la imagen proyectada al electorado joven a través de la estrategia comunicacional de la oposición, de haber sido una directiva gris y carente de carácter en la defensa de sus nobles aspiraciones, de esta manera, lograr un posicionamiento estratégico en el mercado electoral que le permita pasar la dirección a un candidato de su litoral político gremial.
El otro sector que ha hecho ruido en la opinión pública es el de la empresa farmacéutica. Este, escudado detrás de las protestas de los pacientes beneficiados por el programa de medicamentos de altos costos, los cuales, estimulados por médicos que responden a los intereses de las empresas farmacéuticas, desprestigian los medicamentos genéricos introducidos por el ministerio para reclamar la inclusión de medicamentos de marcas de la misma calidad pero de mucho mayor costo, lo que vulneraria la sostenibilidad financiera del programa, rescatada por esta gestión, y limitaría la posibilidad de ampliar el acceso a otras personas que de seguro lo van a requerir.
Como se puede observar, existen razones para sostener que la intranquilidad del sector salud no es debida a un fracaso de las políticas ministeriales para conducir la reforma, más bien es ocasionada por la lucha de sectores que en el contexto preelectoral del Colegio Médico procuran el control del mismo y a sectores de la empresa farmacéutica que procuran recuperar el espacio perdido en el mercado de los medicamentos de alto costo.