Opinión

Un diálogo importante

Desde la lucha independentista en nuestro país, hemos forjado lazos fuertes con la hermana República de Venezuela. Fue la patria que acogió al Padre de la Patria durante su exilio y hasta su muerte, a la vez que fue escenario de manifestaciones de apoyo para la independencia del pueblo dominicano.

En el devenir nuestra historia, ambos pueblos hemos construido una relación basada en el respeto mutuo, la integración de los mercados, el intercambio cultural y de conocimientos entre ambos países. Esta relación de amistad solo ha tenido un episodio funesto, cuando el dictador Trujillo decidió atentar contra la vida de Rómulo Betancourt en 1960.

En las últimas décadas, especialmente desde la llegada al poder del extinto comandante Hugo Chávez Frías, la República Dominicana y Venezuela vivieron el punto más luminoso de sus relaciones, ya que se intensificaron los convenios y acuerdos entre ambas naciones, se consolidaron lazos de amistad entre los mandatarios y se reafirmaron los lazos fraternales entre ambos pueblos.

República Dominicana siempre estará agradecida de Venezuela por su ayuda en el momento más crítico de la crisis financiera internacional, al proveernos del preciado crudo a precios preferenciales, mediante acuerdos que promovieron seguridad energética en nuestro país.

Hoy en día, Venezuela enfrenta un gran reto: el de consensuar las aspiraciones de su ciudadanía que hoy se encuentra muy fragmentada. Los avances logrados por el hermano país bolivariano corren el riesgo de retroceder irremisiblemente, si no encuentra una salida a la situación actual, que podría causar una paralización del aparato económico y un estancamiento de los indicadores sociales.

Ante esa realidad, la respuesta de Gobierno y oposición debe ser apelar al diálogo franco y sincero, que en toda la historia ha demostrado ser más efectivo que cualquier otro método de lucha por reivindicaciones sociales. Como ha dicho el Presidente Danilo Medina, el diálogo es “la herramienta democrática por excelencia para la construcción de la paz, fraternidad y bienestar en toda sociedad”.

La participación de figuras políticas de alta relevancia en este diálogo, como son los ex Presidentes Leonel Fernández, Martín Torrijos y José Luis Rodríguez Zapatero, otorga garantías a los actores del sistema político venezolano, de que habrá un espacio objetivo y neutral para llevar a cabo conversaciones, que en el marco de organismos como UNASUR, CELAC y otros, podrán recibir el apoyo decidido de toda la comunidad de Estados de América Latina y El Caribe.

Todos recordamos con sano orgullo la exitosa mediación entre Venezuela, Colombia y Ecuador, realizada por el entonces Presidente Fernández, en el marco de la Cumbre de Río, que libró a esta zona de América Latina y El Caribe de un conflicto a escala mayor.

En ese tenor, es importante que en la Asamblea de la OEA que se realizará próximamente en Santo Domingo, se logre un voto de confianza hacia el diálogo que se está llevando a cabo, de manera que no escalen las tensiones existentes.

Los países de América Latina, que hemos recibido siempre el apoyo y la solidaridad del pueblo venezolano, tenemos un deber y obligación con los hermanos bolivarianos, de ayudarles en este momento de dificultad y guiarlos por el camino del diálogo hacia la concertación y el acuerdo mutuo.

Si no lo hacemos, el atraso no solo será para Venezuela, sino para toda América Latina, porque Venezuela es parte importante de este concierto de naciones que va desde el Rio Grande en el norte hasta Tierra del Fuego en el sur.

últimas Noticias
Noticias Relacionadas