En el enfoque de la ciencia económica la idea de deuda pública coloca en contexto los compromisos financieros que un Estado mantiene frente a otro pais o particulares y organismos financieros internacionales, a lo que se le denomina comunidad financiera internacional. Se trata de los mecanismos utilizados para la obtención de recursos financieros mediante la emisión de instrumentos de valores.
Esa concepción de la Deuda externa permite establecer que esta variable resulta de la sumatoria del total de la deuda pública y privada contraída con no residentes reembolsable en divisas, bienes o servicios. Cifras estas que se calculan al tipo de cambio corriente, es decir, sin tomar en cuenta la paridad del poder adquisitivo para concretizar el monto adeudado y los plazos en que los mismos han de honrarse.
En tal sentido, el Estado, por lo tanto, contrae deuda pública para solucionar problemas de liquidez o para financiar proyectos a medio o largo plazo. Por tal razón la deuda pública puede ser contraída por la administración gubernamental mediante la emisión de títulos de valores y colocarlos en los mercados nacionales o extranjeros, por lo que el Estado asume cumplir en un futuro los pagos con intereses según los plazos estipulados por dicha emisión.
La emisión de deuda pública, al igual que la creación de dinero y los impuestos, son medios que tiene el Estado para financiar sus actividades. La deuda pública, de todos modos, también puede utilizarse como un instrumento de la política económica, de acuerdo a la estrategia escogida por las autoridades económicas de cada pais.
Las consecuencias de la deuda pública, contraída por un estado, y la deuda privada, contraída por una empresa, son básicamente las mismas, tanto si son positivas como si son negativas. El endeudamiento público es bueno siempre y cuando con él se logre un crecimiento económico suficiente para cubrir el costo financiero de dicha deuda y si el crecimiento económico del país no crece a la tasa suficiente como para que sea posible pagar intereses y amortizar capital sin tener que recurrir a un nuevo endeudamiento, estamos ante un verdadero problema creado por el endeudamiento, problema que agravará la balanza por cuenta corriente, déficit fiscal e incluso puede atentar contra la moneda local desequilibrando toda la economía.
Del endeudamiento debe surgir un incremento de la producción y la productividad y si eso no sucede habrá algo que se llama crisis económica. En ese contexto la deuda pública y al déficit fiscal van de la mano, puesto que la deuda pública surge en el momento en que se presenta déficit fiscal, esto es cuando los gastos del Estado superan sus ingresos, algo que siempre sucede.
El déficit fiscal y la deuda pública crean un círculo vicioso del que es casi imposible escapar, porque en el año siguiente hay que dedicar recursos para pagar lo que se prestó en el año anterior, y en consecuencia el déficit se incrementa haciéndose necesario recurrir a más deuda, y cada año el problema se repite y se agrava. Pero resulta que si la deuda pública no sería problema si esa deuda se invirtiera de tal forma que fuera recuperable, pero lamentablemente no es así.
Aplicando esos criterios para el caso de los EE.UU, nos encontramos que para el primer semestre del año 2011, la deuda pública total pendiente de ese pais ascendía a $14,46 billones, esto es, 14 000 000 millones de dólares estadounidenses, y correspondía aproximadamente al 98,6 % del PIB del año 2010. Estas cifras son las que han permitido proyectar que para el año 2047, la deuda pública de EEUU alcance el 150%.
Tales datos permiten establecer que EE.UU se ha convertido en el país más endeudado del mundo, afirmación que se sustenta en que para el 2016 la deuda pública de ese pais alcanzó el 107,11% del PIB superando el 105,2% del PIB del 2015, estando este entre los países con más deuda respecto al PÎB del mundo. Situación esta que se ratifica para el 2017 en virtud de que la deuda de Estados Unidos supera los 20 billones de dólares.
En los últimos años, EE.UU ha experimentado un significativo incremento en su pasivo fruto de que para el 2008, cuando estalla la gran crisis financiera, estos ascendían a US$10,6 billones y para el 2016 se colocaron en US$19,9 billones de 2016, para un incremento de un 87,7%. Pero resulta que esta cifra ya sido superada fruto de que la deuda estatal de EE.UU. registró un valor superior a 20,16 billones de dólares, en este 2017, lo que equivale a 62.000 dólares por habitante o 167.000 por contribuyente, derivado del hecho que la casa Blanca ha dado una nueva autorización permitiendo que el Departamento del Tesoro de ese país supere el límite de 19,94 billones fijado en 2016.
Este aumento de la deuda pública de EEUU se debe, en mayor parte, al incremento del déficit presupuestario, el cual, a su vez, crece a causa de la subida de gastos canalizados en seguridad social y asistencia médica. El crecimiento del déficit aumenta la carga de la deuda sobre el Gobierno de EEUU, el cual en un futuro tendrá que tomar más préstamos con intereses cada vez más altos para cubrir sus gastos, al tiempo que Japón se ha convertido en su mayor acreedor al tener 1.13 billones de dólares en bono y China ha reducido su incidencia como acreedor al caer en 1.12 billones de dólares a fines de octubre del 2017.