Grecia es un pais situado al Sur de Europa cuya población alcanza los 10.757.293 personas, en una superficie de 131.960 Km2, pero que desde el año 2009 ha transitado por una profunda crisis económica financiera causada por la deuda del gobierno, cuyo impacto inmediato ha sido una fuerte contracción en el PIB, aumento del desempleo y falta de credibilidad en el mercado internacional.
Por igual, esta nación ha tenido que recurrir a la ejecución de un fuerte plan de ajuste fiscal expresado en una reducción de gastos públicos para mitigar la pesadumbre de las consecuencias de la crisis.
La dimensión de la crisis ha sido tan contundente que en múltiples ocasiones se ha planteado la posibilidad de que Grecia pueda abandonar la Zona del Euro. Tal sugerencia ha estado en el tablero económico y político de la zona, fruto de que la crisis ha traspasado sus fronteras, alcanzando a los países integrantes de la Unión Europea ya que Grecia ha estado al borde del precipicio, incapaz de hacer frente a su abultada deuda exterior, amenazando así la existencia del euro, la moneda común europea.
La crisis de la deuda soberana en Grecia, conocida como la depresión griega, tuvo sus inicios a finales del 2009 como una de las primeras cuatro crisis de deuda soberana en la zona Euro. Entre los factores detonantes de la crisis de esta deuda soberana están el impacto de la gran recesión en la economía global, las debilidades estructurales en la economía interna, la crisis en el sistema financiero y el exceso de confianza mostrada por los acreedores internacionales.
Destacamos que el incremento exponencial de la deuda pública griega, desde los años ochenta, fue fruto del pago de tipos de interés muy altos a los acreedores, un excesivo gasto militar, pérdida de ingresos fiscales por flujos del blanqueo de capitales, la recapitalización estatal de los bancos privados y los desequilibrios internacionales impulsados por las fallas en el diseño de la eurozona.
En adición, los principales bancos privados europeos y los bancos griegos fueron expuestos a un aumento drástico de la deuda privada en Grecia, a raíz de la adopción del Euro como moneda de integración monetaria.
La desconfianza e incertidumbre sobre la capacidad de Grecia para cumplir con sus obligaciones de deuda, se incrementó luego de revelarse que los datos sobre los niveles de deuda pública y déficit fiscal eran poco creíbles e inexactos por el gobierno desde el año 2000, avalados por el banco de USA, Golman Sachs, el cual viabilizaba transacciones con instrumentos financieros desconocidos en su economía, como los Swaps, mediante el cual el gobierno de entonces lograba el ocultamiento de miles de millones de Euros en deuda a las autoridades europeas.
Tal situación degeneró en una crisis de confianza, el cual impulsó un abismal desplome en la bolsa de valores de Atenas, su capital, así como aumento en los riesgos financieros del pais.
Desde el momento que se dieron las primeras señales de que en la economía de Grecia algo andaba mal, hasta en la actualidad, la situación de ese pais ha sido un total desastre económico y político, lo que ha provocado hasta aceptar la humillación impuesta por la comunidad financiera internacional, en particular sus principales acreedores.
Para mitigar las consecuencias de la crisis y procurar la estabilidad macroeconomica y financiera de esa nación, se ha tenido que recurrir a múltiples rescates, ejecutando un primer rescate financiero internacional que se aprobó en mayo de 2010, un segundo rescate que se formalizó en marzo de 2012 y un tercer programa de asistencia que se acordó entre julio y agosto de 2015.
Se resalta que la incubación de la crisis de Grecia fue evidenciadas cuando a finales del 2009, los temores de impago de la deuda soberana se propagaron entre los inversores que veían difícil la capacidad de que el gobierno griego cumpliera con sus obligaciones de deuda, debido a un aumento considerable en niveles de deuda junto con la existencia continuada de déficits estructurales altos.
Sin lugar a dudas, esto llevó a una crisis de confianza, indicada por un spread de los diferenciales de rendimientos y el costo del seguro de riesgos de los Swaps de incumplimiento crediticio, lo que se agravó en enero del 2010 cuando la comisión Europea acusaba a Grecia de irregularidades permanente de las cifras fiscales, obligando al gobierno a ejecutar un plan de desmonte del déficit presupuestario del 12,7 % del PIB hasta el 2 % en 2013.
En virtud de la incapacidad del gobierno a enfrentar la situación de crisis de la deuda, la comisión Europea, el Banco central Europeo y el FMI procedieron en una ayuda y rescate financiero mediante un préstamo de rescate de 110 000 millones de euros para sacar a Grecia del default soberano, condicionada a ejecutar fuertes medidas de austeridad, reformas estructurales y privatización de los activos del gobierno. Como resultado del deterioro de la situación macroeconómica de ese pais e incumplimiento de las condicionantes asumidas para ejecutar el rescate, se recurrió a un segundo rescate por un monto de 130 000 millones de euros, mas un paquete de recapitalización de los bancos por valor de 48 000 millones de euros.
Pero resulta que debido al continuo deterioro de la recesión y el retraso de la aplicación de las condiciones en los programas de rescate, se procedió a la negociación para un tercer rescate a Grecia, en el cual los países de la Unión Europea aprobaron una financiación de urgencia de 7,160 millones a través del mecanismo europeo de estabilidad financiera, con fuertes imposiciones. Esta penosa situación de la crisis de Grecia es fruto de una deuda de alrededor de 320.000 millones que el país simplemente no está en condiciones de pagar.
El panorama económico de Grecia continua forrado de incertidumbre y sombras como resultado de que no se vislumbran progresos apreciables ya que el crecimiento del PIB en el 2017 apenas fue de un anémico 1,6 %. Tambien se proyecta que durante el presente 2018 el crecimiento de la economía griega tendría igual comportamiento, lo que se traduce en un estancamiento económico, el cual es desconsolador ante la potencialidad de que se podría financiarse en los mercados a partir del verano de 2018.