Opinión

El sector artesanal nacional es un pilar en la generación de riqueza del país.

En la República Dominicana, actualmente existen algo más de 10 mil familias que se dedican a la elaboración de artesanias, con una calidad, variedad, belleza y elegancia que ha conquistado el gusto de criollos y también de extranjeros de diferentes continentes. Algunas obras artesanales han sido premiadas y reconocidas mundialmente por la UNESCO y otros organismos.

Una importante cantidad de piezas elaboradas por nuestros talentosos artesanos son exportadas cada año a Estados Unidos, Puerto Rico, Europa y diferentes islas. El grán mercado del sector está en el desarrollo y crecimiento del turismo dominicano. En 2017, el pais recibió unos 7.4 millones de visitantes extranjeros: 6.4 MM de turistas y 1.5 MM de cruceristas, procedentes en su mayoria de Estados Unidos, Canadá, Alemania, Francia, España, Inglaterra, Italia, Rusia, Argentina y Brasil.

Acorde con esa realidad insoslayable, el Estado ha entregado millones de pesos a miles de artesanos en infraestructuras, capacitación, promoción, apoyo logístico y económico, a través de los ministerios de Turismo, Industria, Comercio y Mipymes (MICM); Cultura y Administrativo de la Presidencia.

Ademas, por medio a la Vicepresidencia de la República, del Fondo Especial para el Desarrollo Agropecuario, del Banco Agrícola, de Banca Solidaria, del Instituto Nacional de Formación Técnico Profesional y de la Procuraduría General de la Republica, a través del Nuevo Modelo Penitenciario.

Así como también, de la Fundación Banreservas, de Contrataciones Públicas, del Centro de Desarrollo y Competitividad Industrial, del Consejo Nacional de Competitividad, del Centro de Exportación e Inversión, del Centro Nacional de Artesanía, de la Oficina de Gestión Senatorial de la Senadora Cristina Lizardo, del Fondo para el Fomento y Desarrollo de la Artesanía, de ProArtesaniaRD (Desarrollo y Competitividad Artesanal), del Instituto Postal Dominicano y de varias alcaldías, entre otros organismos oficiales.

Inequívocamente -aunque falta muchisimo por hacer- en los últimos años, son incontables las acciones que ha impulsado el Estado en favor de la comunidad artesanal dominicana, generando confianza y fortaleciendo las relaciones gobierno-sociedad, es decir, artesanos-ministerios y otras dependencias oficiales.

Entre esos logros inocultables se destacan la construcción y equipamiento de la Escuela Taller y Museo de Larimar, a un costo de 31.5 millones de pesos, en el Distrito Municipal Bahoruco-Barahona, el cual consta de una escuela de formación de artesanos y una tienda show-room permanente.

El apoyo sin precedentes dado por el gobierno a los artesanos de la provincia de San Cristóbal, a quienes el presidente de la Republica ordeno se les construyera una moderna Plaza Artesanal, con tiendas de ventas y talleres de producción, a un costo de 12 millones de pesos, así como capital de trabajo y recursos para la adquisición de equipos y maquinarias.

El levantamiento de la Aldea Cultural Santa Rosa de Lima, en La Romana, que contempla nuevos talleres y otros espacios para los artesanos de la región, y el respaldo a la Cooperativa de Mujeres Hacia el Desarrollo de Samaná que producen aceites de coco de manera artesanal, así como a otros proyectos contactados a través de las Visitas Sorpresa del Presidente en toda la geografía nacional.

También hay que destacar, el lanzamiento del Programa Exporta Fácil del INPOSDOM, mediante el cual se otorga facilidades de créditos a los artesanos en el envío de sus obras al extranjero, la elaboración de un Plan Estratégico para el sector, la importante promoción que se le viene dando y las jornadas de capacitación implementadas por varias instituciones públicas.

De igual manera, la ejecución, en Jima, Monseñor Nouel, de un novedoso Proyecto artesanal en base a bambú, a un costo de 200 millones de pesos, tras un acuerdo entre el gobierno dominicano a través del FEDA y la Republica China de Taiwán.

En los últimos años se han firmado una serie de acuerdos para fomentar, desarrollar y garantizar la competitividad de la artesanía nacional, entre los que se destacan, el Acuerdo rubricado por el Ministerio de Turismo y la Dirección General de Contrataciones Publicas, el firmado entre Industria, Comercio y Mipymes e INFOTEP, el de CEI-RD y FODEARTE y UASD y FODEARTE.

Así mismo, la organización y participación de artesanos en ferias nacionales e internacionales, en la «Semana MIPYMES» organizada por el MICM, y el mantenimiento y fortalecimiento de la Feria Nacional de Artesanías Dominicanas (FENART), la entrega cada año del Premio Nacional de Artesanías, y la Convocatoria Nacional de Proyectos Culturales a través del MINC.

Hay que resaltar el programa regular de capacitación permanente que lleva adelante el CENADARTE, con la colaboración del programa Progresando con Solidaridad de la Vicepresidencia de la República, el cual ha alcanzado los 940 beneficiarios capacitados en técnicas de tallado en madera, modelado en arcilla, torno en madera, alfarería, repujado en piel y fibras naturales.

Además, el entrenamiento en certificación de calidad, manuales de exportación y en diseño y elaboración de joyas en ámbar y larimar ofrecido a más de 100 artesanos orfebres; la asistencia técnica para el diseño curricular y el equipamiento de la Escuela Centro del Larimar en Bahoruco, Barahona.

El país precisa con urgente de reglas claras a favor del sector, de la organización y capacitación de los artesanos para que aprovechen al máximo los mercados nacional e internacional, sobre todo el hecho de las visitas de más de 7 millones de turistas al año, entre los que vienen por vía aérea y los cruceristas.

Hace falta una activa campaña oficial en contra de la «artesania basura» o «engañosa» importada y un programa de creación de puestos de ventas oficiales de artesanías en puntos turísticos estratégicos, por ejemplo, aeropuertos, hoteles, etc. (Paradores Turisticos Oficiales de Artesanias).

Un gran reto por delante, entre otros no menos importantes, es la aprobación en el Congreso Nacional de una Ley de Fomento, Desarrollo y Competitividad Artesanal, mediante la cual se relanzaría el sector, se acabaría con la pirateria y garantizaría que las piezas que compren los millones de turistas que nos visitan cada año sean originales y elaboradas por artesanos dominicanos.

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