Opinión

La importancia de la lectura se encuentra en que permite al lector pensar en términos nuevos, es decir, elevar la complejidad del pensamiento. La lectura asidua amplía el vocabulario del que habla, ampliando sus posibilidades de comprensión y expresión de lo que intenta decir. Las palabras son para el parlante, las municiones con que dispara las ideas, adaptándolas al nivel lingüístico del público que le escucha. Las ideas se van empobreciendo por falta de lectura adecuada, el que lee supera la pobreza del lenguaje común que se deteriora en la vida diaria, cuando hablamos encuadrados en limitaciones de un lenguaje empobrecido por la falta de palabras adecuadas para expresar las ideas que argumentamos.

Cuando leemos el cerebro entabla una especie de diálogo con el texto, reflexiona sobre lo que lee, encontrándose con concepciones nuevas de la realidad, al pensar y analizar lo que está leyendo profundiza en el lenguaje, al nutrirse de las concepciones del autor. Al leer el lector puede estar de acuerdo con lo que está leyendo y al coincidir reafirma sus convicciones al establecer una relación continua con sus propias ideas, pero también puede entrar en contradicción con lo que está diciendo el autor que lee, entrando en un cuestionamiento que le hace crecer como persona.

Leer buenos libros no es una cuestión social, es decir no es exclusividad de algún nivel de la sociedad, que puede adquirir buenos libros, como dirían algunos individuos de simple razonamiento, tampoco es una cuestión de necesidad cultural. Leer es imprescindible como practica mental que eleva el pensamiento humano. Para muchas personas leer es una cuestión que trabaja la percepción positiva de los que te observan, que por demás añade elegancia a la existencia particular del sujeto. No sirve de nada para el léxico que los demás crean que lees, porque cuando el que no lee habla, se delata en las expresiones que utiliza. Desde la mirada actual de la neurociencia se confirma teorías sobre la conceptualización de las teorías del aprendizaje, pero sobre todo acerca de la plasticidad neuronal, al confirmar que nuestro cerebro no es una unidad estática, sino que está en un continuo proceso de cambio y adaptación de redes sinápticas, que organizan y reorganizan la cosmovisión percepción general del mundo en cada individuo. Se ha demostrado científicamente, que este proceso neuronal -por demás complejo- se motoriza en forma cualitativa cuando la lectura es un hábito, al catalizar en forma poderosa dicho proceso. Entonces, mejorar las condiciones para el proceso de pensar y poder explicar mejor el pensamiento, necesita de lecturas habituales de buenos libros. Leer permite el uso superior del lenguaje, evitando mudez en el expositor, al quedar agotadas las herramientas denominadas palabras claves.

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