El alcalde y demás autoridades del ayuntamiento de la capital golpean con la ignorancia y el desprecio los proyectos que benefician a la población dejados en carpeta por la pasada gestión, del Partido de la Liberación Dominicana, PLD (muchos de ellos iniciados), como la construcción de una ciclovía para incentivar el uso de las bicicletas con todos los beneficios que significa el ciclismo.
Las ciclovías son utilizadas en numerosas ciudades por millones de personas que la aprovechan para ejercitarse, por cuestión de salud, por economía y otras bondades que se logran al montar bicicletas, en lugar de utilizar vehículos de motor para determinadas diligencias.
En mayo del año 2015, el ayuntamiento del Distrito Nacional reveló que tenía en proyecto construir en ese mismo año la primera ciclovía con una longitud de 8 kilómetros, conectando campus universitarios, estaciones del Metro, parques, plazas comerciales, entidades financieras y la zona de instituciones públicas del Centro de los Héroes, según informó el síndico Roberto Salcedo.
La alcaldía peledeísta dio cuenta cinco meses atrás, en enero del mismo año, del inicio de una campaña de sensibilización para proponer la bicicleta como un medio de transporte en la ciudad de Santo Domingo.
Tres años después el proyecto está en el limbo, al igual que el de crear la “Ruta Turística de Santo Domingo” que sería lanzada en el aniversario de la fundación de la ciudad, ofreciendo al turista un recorrido por la zona colonial, la puerta Don Diego, Sans Soucí, Los Tres Ojos, y otros monumentos históricos, en un paquete ofertado en coordinación con la empresa hotelera.
Se recuerda que la alcaldía de la ciudad ha programado la remodelación del área del monumento a Fray Antón de Montesinos, y ha intervenido algunos tramos del Malecón de la capital, trabajos que sin embargo, no responden a los proyectos concebido para incorporar el Distrito Nacional como destino turístico.
Los proyectos de remodelación de la ciudad colonial también fueron enlazados con los planes de trabajo de la pasada administración del Ayuntamiento para consolidar el área como turística, pero se desconoce el nivel de la coordinación para concretizar tal propósito.
Continuidad de Estado
Dejando de lado el principio de continuidad del Estado en el tiempo, la actual alcaldía de la capital ha obviado esos y otros proyectos de mayor y menor importancia de la pasada gestión, con muy poco desarrollo de su propia agenda cuando está próximo a la mitad del período para el que fue electo.
Durante un encuentro del anterior alcalde con un grupo de reconocidos periodistas, le preguntamos por las pésimas condiciones en que se encuentra la parte alta de la ciudad, la avenida Duarte, a la altura del liceo Juan Pablo Duarte y sus inmediaciones; y respondió que había un proyecto para su recuperación, como se había hecho ya en la parte baja de la vía, desde la avenida Mella, Parque Enriquillo y hasta la calle París.
Residentes de sectores emblemáticos como Villa Consuelo, Villa María y otros, mantienen duras críticas al principal funcionario municipal de la capital, que los ha llevado plantear sus reclamaciones en los medios de comunicación y en el propio organismo edilicio.
Se quejan los ciudadanos de que el alcalde ha incumplido allí, como en los demás sectores populares, sus promesas de campaña para completar trabajos en la comunidad iniciados por su antecesor.
Tarantines y chatarras en las vías
Los capitaleños reclaman por todas las vías de comunicación existentes, las redes, prensa escrita, radio y televisión, que el ayuntamiento inicie un plan de limpieza de las calles y las aceras que están abarrotadas de tarantines y chatarras abandonadas, provocando situaciones de peligro para conductores y peatones.
En Vías como la José Martí, en Villa María; Moca y María Montés, en Villa Juana; Tunti Cáceres en Villa Consuelo, y otras, los peatones tienen que salvar obstáculos en las aceras e igualmente los conductores muchas veces se ven impedidos de avanzar en sus vehículos por vendedores que colocan sus mercancías en flagrante violación del espacio público, sin que sea siquiera advertido por las autoridades locales.
A ellas les corresponde aplicar las ordenanzas existentes, para impedir la arrabalización y la ocupación ilegal de los espacios públicos, “pero en la capital parece que las leyes municipales son letra muerta”, según le enrostran los capitaleños al alcalde y los regidores que eligieron.
En el Ayuntamiento de la capital no existe ningún plan para erradicar de las aceras los talleres de reparación de neveras, estufas, vehículos, las fábricas de muebles y cuantas cosas obstruyan el libre tránsito de los peatones, como tampoco existe ningún funcionario que preste atención a estas reclamaciones de la población.
Las alcaldías de Santo Domingo Este, Santo Domingo Norte y Santo Domingo Oeste, desarrollaron con éxito operativos de reubicación de buhoneros y vendedores ambulantes que obstaculizaban sus avenidas principales, logrando reducir allí a su mínima expresión la ocupación de esos espacios públicos, luego de llegar a acuerdos con los afectados.