Cuando estallaron los casos de corrupción en la compañía Brasileña Embraer, oí a Manolo Pichardo, presidente de la Copppal, decir que independientemente de que haya corrupción o no, a él le parecía más un tema de competencia de mercado.
Y es que había razones para pensar eso, puesto que, la empresa brasileña se había convertido en un serio competidor de Boeing, empresa norteamericana líder en el mercado de aviones. Es tanto el ascenso de Embraer que ha llegado a liderar la venta de aeronaves de 70 a 130 pasajeros, además de que ha logrado posicionarse como la tercera empresa más grande del segmento al cual pertenece.
Es evidente, que para un sector de los Estados Unidos era de suma importancia desacreditar a Embraer por dos motivos: el primero la empresa perdía parte de su prestigio y la debilitaba en términos de competencia; y segundo le permitía seguir su campaña de descrédito contra políticos que no respondieran a sus intereses.
En su momento, muy pocas personas dieron aquiescencia al planteamiento de Pichardo, pero, el anuncio de la posible fusión entre Boeing y Embraer anunciado este año, imagino que pondrá a muchos a pensar.
Y no es para menos, ya que esta negociación que implicaría la adquisición de más del 50% de las acciones de Embraer a la compañía estadounidense, evidencia que para quienes dirigen el país norteamericano no hay cosas buenas ni malas, sino, intereses.
En fin, América Latina se quedará sin representante en este segmento. Ojalá y algún día aprendamos que nuestra independencia real será cuando no nos dejemos manipular y miremos más allá de la curva.