El Miércoles Santo marca el final de la Cuaresma y el comienzo de la Pascua.
El Miércoles Santo es el día en que se reúne el Sanedrín con Judas Iscariote y el tribunal religioso judío.
En un principio, el Miércoles Santo fue el día determinado por la Iglesia para el ayuno; sin embargo, con el tiempo y la aparición de costumbres gastronómicas que se celebran solo durante esta semana, el ayuno ha perdido arraigo y ha pasado para el Viernes Santo, día en que Jesús muere en la cruz y, en conmemoración, no se come carne.
El miércoles santo Jesús no acudió al Templo. Fue aquí su expresión: «Sabéis que de aquí a dos días será la Pascua, y el Hijo del Hombre será entregado para ser crucificado».