Hablan los hechos

El pasado mes de septiembre se conmemoraba en la República Popular China el día internacional de la paz, y para tal ocasión su gobierno nos extendió una invitación en calidad de directora del periódico de nuestro Partido de la Liberación Dominicana, Vanguardia del Pueblo. El acto estuvo representado por más de 50 países y la participación de personalidades como el ex presidente de Costa Rica y premio Nobel de la Paz, Oscar Arias, el ex primer ministro de Japón, Yukio Hatoyama, el ex primer ministro de Nepal Pushpa Kamal (Prachanda), la presidente de MORENA Yeidckol Polevnsky, entre otros.

Partimos hacia el gigante de Asia, el 14 de septiembre al evento que estaría presidido por el vice presidente de China, Wang Qishan, en la ciudad de Nanjing, capital de Jiangsu, ubicada en la parte oriental de ese país.

Nanjing, es una ciudad con profundas raíces históricas que los chinos han sabido homenajear bajo el marco del respeto. Fue varias veces capital del país. Rodeada de antiguas murallas elevadas, edificaciones antiguas, museos que armonizan con la arquitectura moderna que también se logra apreciar.

Los exuberantes arboles emanan de Nanjing un espacio de encanto permanente.

El evento traía como tema central «promover la construcción de una comunidad con un futuro compartido para la humanidad y trabajar juntos por un mundo que ofrezca paz duradera y seguridad universal».

Los chinos entienden que la vía expedita para alcanzar la paz duradera y la seguridad en el mundo es erradicando la pobreza.

El vice presidente Wang Qishan dio apertura, invitando de inmediato a todos los países del mundo a comprometerse como defensores y practicantes de la paz.

Hizo esbozar su deseo como representante del gobierno chino de que «todos los países deben tratarse el uno con el otro con espíritu de respeto mutuo, equidad, justicia y cooperación ganar-ganar, para encontrar un nuevo modelo de interacción, caracterizado por el dialogo en lugar de la confrontación, la asociación en lugar de la alianza».

Wang, dejó claro que el gobierno de su país busca «crear un entorno pacífico y construir una comunidad de destino para la humanidad».

Hubo más de una decena de expositores de distintos países, así como representantes de organizaciones en el ámbito de la seguridad y la paz, algunos de ellos, llamaron nuestra atención.

Por ejemplo, el ex primer ministro japonés, Yukio Hatoyama, cuando advertía sobre la necesidad de eliminar los caminos de la guerra, entendiendo que la fuerza nunca traerá la paz. Por lo que hizo reflexionar sobre el mensaje enviado por el presidente de China, Xi Jinping sobre la consecución de la paz a través del respeto mutuo de los pueblos, concluyendo Hatoyama que «la amistad es un concepto respetable» y se debe buscar la vía para «eliminar la semilla de la guerra en Asia».

Manuel Carbonell Vidal, quien es miembro de la secretaria del Movimiento de Cuba por la Paz y la Soberanía de las Personas, aprovechó el escenario para denunciar el bloqueo económico que aún mantiene Estados Unidos a su país, lo cual afecta enormemente su economía.

En su discurso fue solidario con Nicaragua y Venezuela, sin ser crítico de ambos gobiernos, llamando la atención de lo que está pasando allí y las pretensiones de países extranjeros cuando intervienen en los temas internos de las naciones. Hizo la observación de la aprobación e incremento del presupuesto norteamericano en el área militar, lo cual aumenta sus acciones en el mundo y contradice la propuesta acogida a unanimidad de todos los países participantes en este esfuerzo por lograr la paz, respetando la soberanía de cada pueblo, el desarme de éstos y trabajando de manera conjunta para eliminar la pobreza, siendo la única vía, según China, a través de la paz duradera.

Escuchar a Enrique Lau, Presidente de la Sociedad de Estudios internacionales de Panamá, decir que el peor enemigo de la paz es la pobreza o a Yeidckol Polevnsky, presidente del Movimiento Regeneración Nacional de México (MORENA), hacer un llamado cargado de pasión, entusiasmo y convencida de lo importante que son las mujeres líderes del mundo en este proceso de alcanzar la paz, nos lleva pensar, que la semilla de la esperanza y la fe quedan sembradas en los participantes, y que todo cuanto fue planteado en el marco de este encuentro, puede prosperar a partir del compromiso que asuma cada pueblo.

El ambiente entre los participantes mandaba una señal clara de concomitancia en los discursos, tanto en los temas de paz como seguridad.

¿A que se debía tanta coincidencia en los planteamientos expuestos?… La respuesta era evidente, China ha logrado conectar con Latinoamérica y sus pasos no son tibios para la consecución del objetivo fundamental de Xi, la de relevar la primera potencia del mundo, Estados Unidos.

La gran renovación de la nación china, trae un discurso que agrada a los oídos de los gobiernos de América Latina. Casi todas las intervenciones hacían énfasis en un punto fundamental, el respeto de las políticas internas de cada nación, y es algo que China ha sabido manejar a la perfección. Este criterio ha sido clave para China poder entrar en nuestra región, además de haber duplicado su presupuesto en diplomacia en tan solo 5 años.

El gigante asiático está dispuesto a recuperar la primacía mundial que durante gran parte de la historia mantuvo, saliendo del escenario tras el inicio de la revolución industrial. Los pasos hablan por sí solos y los resultados no tardarán en verse.

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