Un choque de imperios que devoró a sus hijos
El pasado día 11 de noviembre en la gran mayoría de los países de Europa se puso en agenda la conmemoración del 95 aniversario del armisticio que puso fin a la Primera Guerra Mundial, donde se evocó la memoria de 20 millones de soldados y civiles muertos entre 1914 y 1918.
La guerra duró desde el grito de “los cañones de agosto” en 1914 hasta la firma del armisticio el 11 de noviembre de 1918. Es recordada por la brutalidad de las trincheras y su alto costo en vidas: nueve millones de personas.
La conflagración comenzó el 28 de julio de 1914 y el pretexto fue el asesinato un mes antes en Sarajevo del archiduque Francisco Fernando, heredero del imperio austro-húngaro.
En el enfrentamiento participaron alineados en uno u otro bando las principales potencias del momento, como Alemania, Francia, Italia, los imperios británico, ruso, otomano y austro-húngaro y, ya en la etapa final cuando casi todo estaba decidido, Estados Unidos.
Si bien el escenario principal fue Europa, el conflicto se extendió hasta las colonias de las naciones participantes, lo que le dio el carácter de mundial.
El asesinato de Francisco Fernando por el nacionalista serbobosnio Gavrilo Princip dio como resultado un ultimátum de los Habsburgo al reino de Serbia.
Las potencias europeas invocaron diversas alianzas formadas años y décadas atrás, por lo que sólo unas semanas después del magnicidio las grandes potencias estaban en guerra. A través de sus colonias, el conflicto pronto se extendió por el mundo.
Al final de la guerra cuatro potencias imperiales, los imperios Alemán, Ruso, Austro-Húngaro y Otomano, habían sido derrotados militar y políticamente y desaparecieron. Los imperios alemán y ruso perdieron una gran cantidad de territorios, mientras que el austro-húngaro y el otomano fueron completamente disueltos. El mapa de Europa Central fue redibujado con nuevos y pequeños Estados y se creó la Sociedad de Naciones con la esperanza de prevenir otro conflicto similar, dicha sociedad fue disuelta el 18 de abril de 1946, siendo sucedida por la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Los nacionalismos europeos afectados por la guerra y la disolución de los imperios, las repercusiones de la derrota alemana y los problemas generados por el Tratado de Versalles se consideran generalmente como factores del comienzo de la Segunda Guerra Mundial
Más de 70 millones de soldados fueron movilizados, de ellos 60 millones de Europa , y nueve millones de combatientes perdieron la vida.
Eric Hobsbawm, historiador, en su Age of Empire (Era del Imperio) sostiene que la Gran Guerra fue el producto del cataclismo de una lucha creciente por las posesiones coloniales, mercados, recursos y poder industrial entre los dos imperios europeos dominantes, Francia e Inglaterra, y el poder imperial creciente de Alemania que buscaba su “lugar bajo el sol”. En ese choque de imperios Europa devoró a sus hijos y a muchos de sus cautivos coloniales con ella.
Actividades
en Francia
Las actividades con motivo del centenario de la I Guerra Mundial se realizaron el día 11 de noviembre en todo el territorio francés conmemorando el armisticio de 1918, que puso fin a ese conflicto.
En nombre de la República, el presidente François Hollande depositó una ofrenda floral ante la estatua de Georges Clemenseau, llamado el «padre de la victoria» por su papel en la negociación de los acuerdos para cesar las hostilidades con Alemania.
En el Reino Unido
El Reino Unido celebró el aniversario 95 del armisticio de la Primera Guerra Mundial, en homenaje a los miembros de las Fuerzas Armadas que murieron en ese conflicto bélico y otros ocurridos posteriormente.
Con ese propósito, el país hizo dos minutos de silencio, y se desarrollaron ceremonias en bases militares, iglesias, escuelas, oficinas, y demás centros públicos, reportó la cadena británica de radio y televisión BBC.
En Bélgica
Entre los muchos actos celebrados en el Viejo Continente se destaca el que ha tenido lugar en Bélgica, a donde ha acudido el duque Felipe de Edimburgo para recordar algunas de las batallas más sangrientas que libró el Ejército británico. Tras la ceremonia, decenas de sacos de arena procedentes de cementerios de guerra belgas han sido enviados a Londres para que formen parte de un jardín dedicado a la memoria de los caídos en la que entonces se llamó “la Gran Guerra”.
En Estados Unidos
Al otro lado del Atlántico, el presidente estadounidense, Barack Obama, ha rendido homenaje a los veteranos de guerra en el Cementerio Nacional de Arlington. (En Norteamérica se conmemora como el Día de los Veteranos de Guerra). El acto ha estado precedido de la publicación de unas estadísticas escalofriantes: los exsoldados estadounidenses sufren más paro y marginación que la media nacional.