Economía

La Cepal reiteró hoy sus propuestas para enfrentar la fuerte crisis sistémica que afecta a América Latina Y el Caribe, agudizada por la pandemia y que implica la pérdida de una década en su desarrollo.

Al intervenir en la apertura del 38 Período de Sesiones de esa entidad de la ONU, Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) explicó que en esas siete propuestas se han calculado costos y beneficios para «conectar la emergencia con la recuperación».

Entre estas figuran extender el ingreso básico de emergencia por 12 meses a toda la población en situación de pobreza, ampliación de plazos y períodos de gracia para las micro, pequeñas y medianas empresas protegiendo la relación laboral de los trabajadores, y una canasta básica para los hogares en peores condiciones.

También la aplicación de políticas fiscales y monetarias expansivas, impulsar la solidaridad internacional que implique un alivio de la deuda del Caribe, al pago de intereses de Centroamérica y creación de fondos regionales con ese objetivo; planes de recuperación e inversión en sectores de rápido crecimiento y alcanzar regímenes universales de salud.

Todas esas iniciativas, advirtió, precisan del concurso de toda la sociedad a partir de pactos sociales, más aun cuando en este panorama las desigualdades se profundizan en la región, lo que se convierte en caldo de cultivo para el descontento y el malestar social.

Bárcena aseguró que América Latina y el Caribe enfrentan la peor crisis, agravada por la pandemia, que profundizó las carencias estructurales, marcadas por las desigualdades, bajos crecimiento y productividad e insuficiente diversificación de las exportaciones.

El impacto y los costos de la Covid-19 se han vuelto insostenibles -dijo-, y la respuesta exige apreciar la recuperación posterior a la pandemia como oportunidad para transformar el modelo de desarrollo, fortalecer la democracia, salvaguardar los derechos y mantener la paz.

Recordó que durante este período de sesiones habrá un diálogo de cancilleres, precisamente para abordar los efectos económicos y sociales de la Covid-19 y las respuestas de los países.

Entre esos daños, enumeró el desplome del turismo en más del 50 por ciento, afecta al Caribe especialmente, la caída de la actividad económica del 9,1 por ciento y una contracción del comercio del 14 por ciento y del 11 en el intercambio entre los países del área.

Señaló Bárcena que se avizora una década perdida en que la desocupación afectará a 44 millones de personas con un aumento además de la informalidad laboral, cifras en las cuales mujeres, jóvenes, indígenas, afrodescendientes y migrantes llevarán la peor parte.

También se prevé un incremento de 35 millones de pobres llegando a 230 millones en esa situación y 28,5 millones más de personas en extrema pobreza hasta sumar 96 millones.

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