Más allá de la tradición o de un asunto cultural, el inicio de un nuevo año es propicio para el desarrollo de expectativas alentadas por buenos deseos de progreso, estabilidad y prosperidad que lamentablemente en el caso actual de República Dominicana coinciden con una situación de desesperanza.
Las celebraciones se vieron opacadas por los altos precios de los alimentos que limitan las habituales cenas y las celebraciones en barrios, campos, lugares de trabajo o núcleos sociales, así como por la represión policial que mostró su peor rostro en sectores de nuestras grandes ciudades.
El 2024 resultó un año turbulento y de sobresaltos con una situación de inseguridad y miedo en la ciudadanía, tiempo en el cual colapsó la agropecuaria y se ha desplomado el sistema de salud.
Desde el Gobierno se celebran las cifras del crecimiento económico, insuficientes para enfrentar la desigualdad y fomentar la inclusión que brinda oportunidades para todos los ciudadanos.
El año pasado se registra ya en la historia como un periodo del gran engaño al pueblo en el que, basado en dádivas y compra de conciencia, torcieron el pulso a los electores para escoger por un segundo periodo a gobernantes improvisados, indolentes, que han hecho de la mentira, el engaño y la promoción del transfuguismo su modo de operar.
A los pocos meses de su instalación, y ya en un nuevo año, el panorama es sombrío con predominio de actos de corrupción, un alto nivel de endeudamiento, en quiebra la producción de alimentos, el desplome del sistema eléctrico, de salud y con la educación transitando de crisis en crisis con el invento de fusionar los ministerios educativos.
La transparencia prometida existe solo en la propaganda y anuncios oficiales, que se suple de la mayor cartera publicitaria que haya tenido gobierno alguno.
El deseo de un feliz año 2025 no impide que seamos realistas y denunciemos la amargura, sufrimiento, angustia y desesperación de una población cuyos gobernantes la tratan con apatía, indiferencia e indolencia.
Transitando los primeros días del nuevo año, Vanguardia del Pueblo, como vocero escrito del Partido de la Liberación Dominicana, reitera el compromiso partidario de fortalecer la unidad y, en alianza con los diferentes sectores nacionales, trabajar por un país en el que retornen el espíritu solidario y renazca la esperanza.