El desplome de la estructura física del centro de espectáculo Jet Set, con el trágico balance de muertos, heridos, traumatizados y un pueblo adolorido y acongojado, ha dejado innumerables lecciones a la sociedad.
Mientras se contaban los fallecimientos, las escenas de dolor se adueñaban de los medios de comunicación con la transmisión servidas por reporteros desde los diferentes puntos en los que se concentraba la tragedia: El edificio que colapsó, los hospitales y clínicas y, el más lúgubre y sombrío, el Instituto Nacional de Patología Forense, en donde el dolor y la frustración de los dolientes se describía en los reportes o declaraciones.
Un saldo que sobrepasa en gran número las doscientas personas fallecidas e igual número de traumatizados es para el registro en la historia de la peor de las tragedias de esta naturaleza en nuestro país.
En solo segundos un icónico centro de diversión y de celebraciones se transformó en la tumba de empresarios, profesionales, artistas, deportistas, trabajadores, mujeres y hombres sencillos y de personas destacadas por sus aportes a la sociedad.
En las páginas de los periódicos y en los tiempos en radio, televisión y canales sociales han abundado las hipótesis y recomendaciones sobre el doloroso suceso.
Las autoridades, que concluida las primeras fases del trágico hecho, se comprometieron con la realización de un estudio técnico transparente y especializado para determinar los pasos a seguir en el ámbito de la justicia, saben que la responsabilidad debe imponerse al luto y que más adelante están obligadas a actuar para prevenir futuras tragedias evitables.
Esa tragedia está marcando una línea para que las inspecciones de edificaciones sean obligatorias y rigurosas sobre todo en los edificios que alberguen concentraciones humanas.
Del sentimiento de Demetrio Lluberes, un padre adolorido por la pérdida de su hijo Víctor Manuel, y las lesiones que dejó en su esposa, la exalcaldesa de Yaguate, Rosa Peña, surgió una sugerencia atinada que debe sumarse a las lecciones del desplome del techo de la discoteca Jet Set.
Demetrio, quien fuera administrador de la Empresa de Generación Hidroeléctrica Dominicana (EGEHID), considera necesario que las autoridades nacionales se propongan como reto mejorar el abordaje de sucesos de emergencias en República Dominicana. Lo que vio en el lugar de la tragedia fue improvisación, desconocimiento y tardanza en los procedimientos de rescate.
Hemos vivido una experiencia terrible, con un gran dolor que permanecerá en el tiempo, sobre todo para los afectados de manera directa. Y si algunas lecciones podemos extraer, quizás los señalamientos hechos por Demetrio deben figurar en ellas.