Opinión

AUMENTO DEL 30 % AL SALARIO A LAS TRABAJADORAS DEL HOGAR: ¿UN CARAMELO ENVENENADO?

Todo aumento salarial en favor de los trabajadores, en cualquier lugar del mundo, siempre
será bien visto y aplaudido por los distintos sectores sociales. Así mismo ha sucedido con el
aumento del 30 % al salario de las trabajadoras domésticas o trabajadoras del hogar,
anunciado por el presidente dominicano, el empresario Luis Abinader Corona, el lunes 14 de
abril del año en curso.

Sin embargo, dentro de la algarabía y las expresiones de alegría y solidaridad en favor de este
importante sector laboral del país, no han faltado aquellos escépticos que siempre le ven “una
quinta pata al gato”.

El refranero popular dominicano suele decir que cuando se le regala algo a una persona con la
intención de agradarle, pero que a la larga le hace daño, ese regalo es “un caramelo
envenenado”. Así se han expresado distintas personas sobre el aumento salarial anunciado por
el presidente Luis Abinader Corona, calificándolo como un caramelo envenenado que
terminará afectando a una buena cantidad de trabajadoras del hogar, al ser despedidas por
sus empleadoras ante la imposibilidad de asumir dicho aumento.

En un sondeo telefónico realizado por el autor de este artículo a un centenar de empleadoras
de trabajadoras domésticas, aproximadamente el 80 % respondió que procederían a cancelar
sus servicios, pues no están en capacidad de asumir el incremento del 30 % al salario mensual.
Es importante reconocer que la mayoría de las empleadoras de trabajadoras del hogar
pertenecen a familias de clase media, que también viven —por lo general— de un salario
estático, muchas veces por debajo del costo de la canasta familiar. Asumir ese aumento
implicaría una reducción en igual proporción de su ya deteriorada calidad de vida.

Otra opinión que circula en las calles, plazas comerciales y redes sociales —que podríamos
catalogar como una teoría conspirativa— es que el presidente Luis Abinader, con este
aumento salarial a las trabajadoras domésticas, habría intentado generar un “ruido mediático”
que mitigue y aplaque las críticas surgidas a raíz del suceso ocurrido en la discoteca Jet Set.
Este evento ha llenado de luto a cientos de familias dominicanas y extranjeras por la pérdida
de vidas humanas en ese trágico incidente.

Son innumerables los comentarios expresados a través de los medios de comunicación
—radio, televisión, prensa escrita—, así como en redes sociales, que cuestionan al gobierno de
Luis Abinader al vincular la caída del techo de la discoteca Jet Set con la falta de supervisión
por parte de los organismos públicos encargados de esas tareas. Esto, a pesar de que en más
de una ocasión se había hecho público que dicho establecimiento presentaba fallas
estructurales que requerían atención urgente.

No quisiera coincidir con quienes opinan que el gobierno del PRM, dirigido por el presidente-
empresario Luis Abinader Corona, ante la imposibilidad de responder adecuadamente al
creciente descontento popular —debido a la caída en la calidad de los servicios públicos, la
crisis en salud, transporte, energía eléctrica, el alto costo de los alimentos y medicamentos, el
aumento de la tasa del dólar, la desatención al sector agropecuario, y los escándalos de
corrupción de muchos de sus funcionarios—, ha optado por ofrecer “circos mediáticos” a la
población para distraerla.

Y todo ello, con la esperanza de que no se les ocurra hacerle lo mismo que se le hizo al extinto
expresidente Salvador Jorge Blanco luego de la Semana Santa de abril de 1984, una fecha de
triste recordación por la cantidad de dominicanos que perdieron la vida reclamando sus
derechos en las calles de Santo Domingo.

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