Por Fausto Triana (10 mar . PL) Santiago de Chile, Aunque el lenguaje diplomático y las sonrisas afloran a cada momento, la derecha encabezada por la Unión Demócrata Independiente (UDI) lanza dardos contra la futura presidente de Chile, Michelle Bachelet.
Estamos a dos días de un nuevo ciclo político, pero para colaborar con este nuevo gobierno es necesario tener las reglas claras, saber con qué alma de la izquierda va a gobernar Bachelet, dijo el diputado UDI, Ernesto Silva.
En particular, el legislador fustigó la actitud de la próxima jefa de Estado respecto a Venezuela, alineándose con las críticas del gobernante saliente, Sebastián Piñera, quien ha marcado particular terreno con la derecha últimamente.
Bachelet ya puso sus cartas sobre la mesa al respecto: su administración ofrecerá apoyo al gobierno y al pueblo venezolano para encontrar una salida democrática a la crisis la vecina nación.
Y es probable que se entreviste con Nicolás Maduro mañana en la tarde en esta capital.
Nosotros siempre vamos a buscar que los derechos humanos sean realmente garantizados; no nos parece adecuado que pueda haber acciones violentas buscando desestabilizar un gobierno democráticamente elegido, indicó Bachelet.
Las declaraciones de Silva y otras figuras de la UDI están a tono con el discurso triunfalista por un lado de Piñera y sus más cercanos colaboradores, en el sentido de transmitir una impresión de un legado extraordinario en su mandato.
También acerca de proyecciones de línea dura en el caso de la situación interna venezolana, el papel de la Alianza del Pacífico en detrimento de la Celac (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños) y los nexos con sus vecinos.
Precisamente la revista Punto Final, del Partido Comunista de Chile, refirió en un artículos de opinión las obsesiones de Piñera y la derecha de mostrar «el enorme legado» que deja tras cuatro años al frente del Palacio de La Moneda.
«Por medio de una gira de despedida, diseñada explícitamente para ese objetivo, todo el verano Piñera lo ha dedicado a mostrar sus balances alegres y sus informes comparativos con la gestión del gobierno anterior», comentó.
El análisis mencionó las denominadas «becas Piñera», «mecanismos contractuales diseñados para permitir que un número significativo de personeros políticos designados por la actual administración se incrusten a largo plazo en el aparato estatal»
Asimismo, apuntó hacia una serie de «leyes de amarre» que beneficiarán a grandes grupos económicos en los dominios de pesca, licitación del litio, concesiones eléctricas y otros.
Recordó además que según la revista norteamericana Forbes, Piñera elevó su patrimonio personal de mil millones a más de dos mil 500 millones de dólares en cuatro años.
Pese a los intentos de la derecha de desbarrar en anticipo a Bachelet en favor de edulcorar la imagen de Piñera, expertos económicos subrayan la difícil tarea que le espera a la mandataria con un país en proceso de desaceleración.
Las desigualdades en el plano social y económico son los lastres más pesados que enfrenta la gobernante aun cuando la estrecha nación sudamericana mantuvo un crecimiento sobre el cinco por ciento, baja inflación y desempleo en 6 por ciento.
Para emprender un ambicioso programa de reformas, médico cirujana que ya comandó La Moneda (2006-2010) cuenta con gran popularidad a partir de su cómoda victoria en las elecciones de noviembre, con el 61 por ciento de respaldo.
Cuenta con mayoría en la dos cámaras parlamentarias, la presencia de Isabel Allende, la hija del extinto gobernante Salvador Allende, al frente del Senado y la Nueva Mayoría que convoca a enjundioso abanico de ideologías.
Subida de los impuestos, educación universal gratuita, mejoría en el sistema de salud pública, pensiones y cambios sustanciales en la Constitución, se inscriben entre sus grandes objetivos.
No solo los desafíos se encuentran en rebasar los obstáculos de la derecha, sino igualmente a negociar con los movimientos sociales que van desde estudiantes, ecologistas y grupos de pueblos originarios que ya sacudieron al país en 2011.
En política exterior, Bachelet se plantea transformar cierto aislamiento de Chile con sus vecinos del continente y Latinoamérica, el fortalecimiento de los lazos con Unasur y Celac, y nexos normales con Venezuela.
Durante sus cuatro años en La Moneda deberá atender la implementación del fallo de La Haya que asignó a Perú el dominio económico exclusivo de la zona marítima entre 80 y 200 millas náuticas, y una demanda interpuesta por Bolivia sobre la salida al mar.
Con Brasil, soplan mejores vientos. La presidenta Dilma Rousseff, convidará esta semana en Chile a Michelle Bachelet a visitar el gigante sudamericano como gesto de aproximación diplomática.
De hecho Dilma dará su primer paso de buena voluntad al venir a Chile, algo que no hizo durante el cuatrienio de Piñera.
Las relaciones entre Chile y Brasil se enfriaron después de que Piñera privilegiara una estrategia comercial con la Alianza del Pacífico, formada en 2011 por Chile, Colombia, Perú y México.
Recuperaremos el impulso inicial de la Alianza, como una plataforma comercial para proyectarse colectivamente en la región asiática, indicaron fuentes diplomáticas.
Sin embargo, la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) debe constituirse en «punto de confluencia» de las iniciativas de integración de América del Sur, mientras que la Celac debe ser una instancia de «coordinación política» en la región, acotaron.