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La hepatitis C es una infección crónica que afecta a entre 130 millones a 150 millones de personas en el planeta, y provoca entre 350 mil y 500 mil muertes al año, según datos ofrecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

El organismo internacional publicó recientemente los primeros lineamientos para el tratamiento de esta enfermedad, donde procura la detección, el cuidado y el tratamiento de personas infectadas con hepatitis C y que coincida con la disponibilidad de medicinas orales más efectivas y seguras, conjuntamente con la promesa de nuevos medicamentos en los próximos años.

La OMS estará trabajando con los países para introducir estas guías como parte de los programas de tratamiento para que estén disponibles y accesibles para todos los afectados.

En las Américas, entre 8 y 11 millones de personas padecen infección crónica con el virus de la hepatitis B, y 7 millones, hepatitis C.

Esta enfermedad supone una pesada carga para los sistemas de salud, por los elevados costos que entraña su tratamiento, y que es en muchos países la principal causa de trasplantes de hígado.

Recomendaciones

Los nuevos lineamientos hacen nueve recomendaciones claves, entre las que figuran el aumento de las personas que reciben tamizaje por hepatitis C, asesoría en cómo mitigar el daño en el hígado para quienes están infectados y cómo se selecciona y proporciona tratamiento apropiado para una infección crónica de hepatitis C.

Tamizaje

La OMS recomienda exámenes de detección para quienes tengan riesgo alto de infección, seguido por otro examen para quienes den positivo, para establecer si tienen o no infección crónica de hepatitis C.

Mitigar el daño hepático

Como el uso del alcohol puede acelerar el daño al hígado causado por la hepatitis C, la OMS recomienda a las personas con hepatitis C que reciba una evaluación sobre el alcohol. Además, los lineamientos dan asesoría en la selección de los exámenes más apropiados para evaluar el grado de daño hepático en quienes tiene hepatitis C.

Tratamiento

Las guías presentan recomendaciones sobre tratamientos existentes basados en inyecciones, al igual que nuevos regímenes sobre medicinas orales. La OMS dará actualizaciones periódicas de sus recomendaciones para los tratamientos con medicamentos, en la medida en que nuevas medicinas antivirales se vayan registrando y haya nueva evidencia.

Prevención

Las recomendaciones de 2014 también resumen para los hacedores de políticas y los trabajadores de la salud, aquellas intervenciones que se pueden realizar para prevenir la transmisión de la hepatitis C.

Esto incluye medidas para asegurar la seguridad en procedimientos médicos, inyecciones en cuidado de salud y entre las personas que se inyectan drogas.

Las tasas de infecciones nuevas de hepatitis C aún son demasiado altas en muchos países por la reutilización de equipamiento o la falta de tamizaje en las transfusiones de sangre.

La hepatitis es una inflamación del hígado causada generalmente por una infección vírica. Se conocen cinco tipos principales de virus de la hepatitis: A, B, C, D y E. La hepatitis B y C tienen el mayor impacto sobre la salud pública porque causan infección crónica que puede llevar a una cirrosis o a un cáncer de hígado.

La hepatitis A y E se puede propagar a través de comida y agua no segura, y tiene el potencial de causar brotes en ciertas poblaciones.

La hepatitis C se transmite comúnmente a través de la exposición a sangre contaminada.

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