La derogación de la Constitución puesta en vigencia en abril de 1963, significó el último esfuerzo intelectual del sector que proponía la construcción de una democracia liberal en la República Dominicana, hasta que se promulgó la actual Constitución el 26 de Enero del año 2010.
Sin dudas, a partir de su derogación, por la fuerza de las armas, el 25 de septiembre de 1963, el país perdió la oportunidad de construir desde su base, una democracia de tipo liberal, donde la población, de actitud y práctica conservadora, se fuera integrando a la participación ciudadana activa, que es la norma en este tipo de sistema político.
En su libro ¨Crisis de la Democracia de América en la República Dominicana¨, el profesor Juan Bosch atribuyó el golpe de estado al atraso y falta de cohesión de las diferentes clases que conformaban la sociedad dominicana, junto con la voracidad que existía dentro de la oligarquía por repartirse los bienes de la familia Trujillo además del interes de protección geopolítica de los Estados Unidos frente al avance del comunismo en El Caribe.
La mezcla de corrupción en las Fuerzas Armadas y Policía Nacional, conspiración del clero católico y algunos sectores profesionales, más algunas medidas de independencia política de Bosch frente al poder norteamericano, fueron los factores más importantes para la ruptura institucional de septiembre de 1963.
El país de 1963
Hay que observar, que la ignorancia en términos políticos que tenía el pueblo dominicano en esos años, fue usada como el instrumento principal para acusar a Juan Bosch de ser un agente del comunismo internacional.
Quienes llevaban la voz cantante en estas acusaciones eran los jerarcas de la Iglesia Católica. El padre Marcial Silva llegó a pedir a los militares que salvaran al país del comunismo representado por Bosch.
Es parte de la historia política dominicana, que el primer debate que se produjo en una campaña electoral, no fue entre dos candidatos a la Presidencia, sino entre Bosch y el sacerdote español Laútico García, sobre la acusación que éste le hacía a Juan Bosch, de que era comunista.
Juan Bosch contra Láutico García
Vamos a transcribir en palabras de Juan Bosch la historia de este debate: ¨en La Vega por ejemplo, ciudad que era centro de una zona muy católica, un sacerdote se negó a cantar una misa que querían dar los jóvenes del PRD¨porque el PRD es comunista.
Los sacerdotes que habían desatado sobre el PRD la lengua sagrada de los Salmos- una lengua que debía atenerse únicamente a la glorificación del Señor y a la propaganda de la religión- no habían dicho que los dominicanos debían votar por los cívicos o por los socialcristianos, habían afirmado que yo, el candidato del PRD, era comunista, y para hacer frente a esa acusación autorizada por los representantes de Dios en este mundo de miserias, yo tenía que demostrarle al Pueblo que los sacerdotes no decían la verdad.
La tarea no era fácil. El Comité Ejecutivo Nacional del PRD pidió a la alta jerarquía católica que aclarara la situación; la alta jerarquía respondió con un comunicado que no aclaraba nada, y por lo tanto confundía más a todo el mundo.
La alta jerarquía de la iglesia dominicana se lavaba las manos como Poncio Pilátos, mientras un grupo de fariseos gritaba: ¡Suelta a Barrabás! ‘Queremos a Barrabás!.
Rápidamente, creamos una estrategia de emergencia, yo me retiraría como candidato presidencial, y si a pesar de eso la Iglesia no desautorizaba al padre García, invitaría al padre a una polémica a través de la televisión.
Como era posible que el padre recibiera orden de no aceptar la polémica, mi invitación se haría a última hora, cuando ya la jerarquía católica tuviera conciencia de la responsabilidad que le cabría, en caso de que el PRD no fuera a las elecciones.
Salvador Pitaluga, quien sostenía un programa de televisión, se dio cuenta que tenía ante si una oportunidad que difícilmente volvería a tener en años, y habló con el padre García. La idea de Pitaluga era escoger un intelectual de prestigio como moderador, pero yo le dije que debía ser el mismo.
A través de Pitaluga el sacerdote puso una sola condición: que la polémica no se saldría en ningún caso del tema que la provocaba, es decir, su aseveración de que yo era marxista-leninista.
Acepté, desde luego. El encuentro duró varias horas con todo el país pendiente de sus resultados. Pues al mismo tiempo que por televisión, se transmitía por radio.
Probablemente mas de un millón de dominicanos estuvieron hasta cerca de las dos de la mañana pegados a televisores y radios. Muchas mujeres ofrecieron promesas de ir al Santo Cerro y a Higuey -dos santuarios dominicanos- de vestir hábitos, pagar misas y velas, y de hacer penitencia, con tal de que el padre Lautico García no saliera vencedor esa noche¨.
Bosch concluye: ¨El padre Lautico García admitió que yo no era comunista, pero los sacerdotes que habían tomado la vanguardia en la ofensiva contra el PRD no cejaron un paso; al contrario, pasadas las elecciones organizaron la lucha y no la abandonaron ni siquiera después de caído el Gobierno Constitucional.
¨Como me daba cuenta de que sería así, no recibí como señal de paz la admisión de que yo no era comunista, hecha por el padre García ante todo el pueblo¨.
¨¿Insiste usted en no ser candidato presidencial?¨me preguntó el moderador en el último minuto de la entrevista. Y le respondí:
¨No quiero ser candidato porque se que el PRD ganará las elecciones, y si las ganamos, el gobierno que yo presida no podrá gobernar: será derrocado por comunista en poco tiempo¨.
La mano de la Iglesia
Tal como ocurrió un siglo y medio antes en Europa, la Iglesia dominicana asumió durante el gobierno de Bosch, la voz y acción de los conservadores nacionales, representados por los grupos oligárquicos creados durante el régimen de Trujillo.
Los campesinos iletrados, eran fácilmente manipulables con el apoyo y participación de la iglesia en las llamadas manifestaciones de ¨reafirmación cristiana¨.
Esta alianza de los cortesanos del régimen tiránico, la oligarquía, el clero y el poder militar, nos puede dar una idea del estadío de evolución en que se encontraba la sociedad dominicana inmediatamente después del ajusticiamiento del Trujillo.
Existía en las regiones rurales grandes latifundios, con una relación tipo feudal tardío, junto con propietarios de pequeñas parcelas que fueron repartidas en la dictadura.
En las ciudades, en cambio, existían unos pocos importadores que hacían negocios millonarios con el gobierno, especialmente las fuerzas armadas y la policía nacional, y miles de pequeños comerciantes y chiriperos, con una clase profesional escasa.
El escaso desarrollo social dominicano
La República Dominicana de 1960, era un país muy atrasado en relación a otras sociedades vecinas a la nuestra.
En la isla, abandonada a su suerte durante varios siglos por España, no se produjo la formación de las fuertes burguesías nacionales asociadas al desarrollo del colonialismo.
Y posteriormente, la inestabilidad política primero y duración del régimen trujillísta después, habían impedido el desarrollo de una burguesía nacional de propietarios, que defendiera sus intereses, promoviendo un sistema, que como la democracia liberal, provee espacios para el desarrollo capitalista.
Juan Bosch en 1963 no era ni comunista, ni marxista, ni leninista; era una persona convencida de que la democracia liberal era el sistema político que garantizaba el desarrollo y el progreso, pero le tocó gobernar un país sin las condiciones sociales que que le hubieran permitido sobrevivir.
Apoderarse de los bienes del Estado
Los resultados políticos del golpe de estado, no tuvieron nada que ver con la lucha ideológica entre liberales y conservadores, que es el motivo de estos trabajos, antes bien, los representantes de los partidos políticos derrotados por Bosch y la cúpula de las Fuerzas Armadas, solo tenían como objetivo apoderarse del Estado.
Era la época de un Estado con bienes derivados de la riqueza de Trujillo.
La herencia la reclamaban los cívicos y sus aliados, que se planteaban usar esa riqueza para continuar con el control social a que había sometido al país la dictadura.
Es por esto, que antes que un gobierno de corte militar y tendencia conservadora y represiva, lo que surge es una Junta Civil, apoyada por los militares, encabezada por Emilio De los Santos.
Es interesante observar, como la oligarquía aliada a una parte de las fuerzas armadas y al sector más conservador de la iglesia católica, no intenta fortalecer el gobierno de facto, como había ocurrido en otros lugares de América Latina, antes al contrario, se dedicaron al saqueo de la riqueza nacional.
Mientras el Triunvirato se debilitaba y cambiaba varias veces de integrantes, gran parte de la riqueza acumulada durante 30 años de dictadura se repartió como botín después de una conquista antigua.
La vuelta a la Constitución de 1963
Del desorden y la corrupción surgieron sectores dentro de las Fuerzas Armadas que pidieron el regreso al poder de Juan Bosch.
La consigna de los militares que pedían la vuelta de Bosch, era poner de nuevo en vigencia la Constitución de 1963, aquella carta de libertades liberales que construirían una democracia funcional en el país.
Los dos integrantes del ¨diunvirato¨; Donald Reid Cabral y Ramón Cáceres Troncoso, miembros de destacadas familias de la oligarquía dominicana, intentaron por todos los medios evitar el golpe de estado contra el gobierno de facto que presidían, lo cual ocurrió, cuando en la tarde del 24 de Abril de 1965, el Capitán Peña Taveras apresó al Jefe del Ejercito, acción que derivó en un enfrentamiento armado entre facciones militares.
División militar y vuelta de los conservadores
Lo ocurrido en esos años es parte de la historia: los enfrentamientos se produjeron especialmente en la Capital, Barahona y San Francisco de Macorís, el resto del país permaneció neutral y no participó en la lucha armada.
Fue muy fácil para los sectores conservadores acusar de comunista al bando constitucionalista, ya que, muchos de los sectores marxistas radicales tomaron las armas a favor de la vuelta al poder de Juan Bosch.
En esta situación, y por lo que ocurría en Cuba, además de la complicidad que habían tenido en el golpe de estado, el gobierno de Lindon Johnson envió 42 mil marines a territorio dominicano para restaurar el orden a favor del sector conservador.
La invasión fue bendecida por la Organización de Estados Americanos y vimos en nuestras calles a tropas de los regímenes militares de America Latina: Brasil, Paraguay, Nicaragua y otras naciones.
El fin del enfrentamiento se produciría meses después, al celebrarse en 1966 en un nuevo proceso electoral, donde se enfrentaron Juan Bosch, esta vez con sus fuerzas disminuidas por la debilidad del sector liberal de la nación y las fuerzas heredadas de la era de Trujillo, los grupos oligárquicos y la masa conservadora tradicional del país, que representaría Joaquín Balaguer.
La semana próxima analizaremos las diferencias entre la Constitución Liberal del PRD y Bosch de 1963 y la Carta Magna Conservadora de Balaguer de 1966.