Opinión

“Se puede engañar a algunos todo el tiempo y a todos algún tiempo, pero no se puede engañar a todos todo el tiempo”. Abrahan Lincoln

Si en nuestro país se hiciera el esperado ordenamiento territorial, lo cual está prescrito por mandato legal, todas las cuencas hidrográficas altas deberían ser declaradas áreas protegidas, al menos en sus vertientes directas a los ríos, y en las cuencas medias la utilización de los recursos naturales renovables solo debería permitirse si se trata de actividades sostenibles. Nuestra mayor riqueza es ecológica y está en las cuencas.

Pero como dijo un editorialista de un periódico nacional, en referencia al caso Miranda, “los ecologistas de este país son tuertos”, expresión que no puede ser más cierta porque donde se debería mirar y denunciar el verdadero desastre ambiental que ha ocurrido y sigue ocurriendo en la República Dominicana, con probables pérdidas de cientos de especies de nuestra biodiversidad, es en las cuencas altas de casi todos los ríos, incluyendo en nuestras más representativas áreas protegidas, donde diariamente ocurren procesos de tumba y quema que no solo destruyen los bosques y la biodiversidad que guardan, sino también el suelo que arrastrado por la erosión se pierde para siempre, dañando los cauces y segando las presas.

¿Cómo empezó el caso Miranda? Comenzó con una denuncia de dos ecologistas de quienes soy amigo pero con los que no necesariamente coincido en la visión conservacionista. Dijeron que de permitirse la extracción minera en Loma Miranda, desaparecerían cientos de especies de la biodiversidad dominicana y numerosos ríos que proveen de agua a la presa de Rincón, impidiendo el riego en cientos de miles de tareas de tierra del Valle de La Vega Real dedicadas a la producción de arroz y otros productos agrícolas, poniendo en peligro la seguridad alimentaria del pueblo dominicano.

La declaración se convirtió en noticia, logrando sensibilizar a la sociedad y transformando a Loma Miranda en un campo de batalla para ambientalistas ortodoxos que no quieren entender el significado de la palabra “renovable”, para los incautos que se dejan conducir, los inconformes que viven de la denuncia y la protesta (aquí entran los llamados revolucionarios de izquierda que se han quedado sin rumbo y sin bandera), y los que se benefician (aquí entran la mayoría de los diputados y senadores que solo tienen ojos para el 2016).

Poco a poco un asunto de simple falta de credibilidad en la Falconbridge (Xtrata Niquel), por no haber resuelto en un tiempo prudente el impacto visual negativo en varias de sus explotaciones, y en el Ministerio de Medio Ambiente, por su anulada capacidad para evaluar estudios de impacto ambiental, para supervisar y monitorear de cerca este tipo de explotaciones, y para obligar a la empresa a restaurar adecuada y rápidamente los lugares minados, se transformó en una exitosa guerra mediática dizque por la supervivencia ambiental. Tan así fue que ya en abril de 2013, una encuesta Gallup revelaba que más del 80% de los dominicanos desfavorecía la explotación de minerales en Loma Miranda.

La Academia de Ciencias de la República Dominicana y la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), sin haber hecho estudios propios sobre el caso, desde el principio se sumaron a la denuncia y posteriormente a la demanda de que Loma Miranda fuese declarada Parque Nacional, desconociendo que de acuerdo con la Ley 202-04 de Areas Protegidas y con la clasificación y descripción de la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza), el sitio de Miranda no tiene méritos para ser un Parque Nacional y tampoco para ninguna otra de las categorías de áreas protegidas reconocidas. Si Miranda califica, entonces todas las demás lomas del país deben ser declaradas también como áreas protegidas.

Observen como son las cosas. El coordinador de la Comisión Ambiental de la UASD ya no habla de biodiversidad ni de hidrología y mucho menos de ciencia, ahora él dice que Loma Miranda es un sentimiento nacional y que por eso debe ser convertida en Parque Nacional. ¡¡¡Válgame Dios, cuánta desfachatez!!! Así funciona mi Alma Mater. Por el otro lado no es diferente. Casi dos años después de iniciado el debate sobre Miranda, sus promotores no habían hallado como justificarlo científicamente, pero hace poco la Academia de Ciencias anunció, como si fuera un descubrimiento nuevo, haber encontrado en el lugar un ejemplar de Caimito Blanco. El Caimito Blanco o Caimito Rubio, como más se le conoce, ya había sido reportado hace casi seis años (Sept. 2008), en el informe “Plantas Protegidas en Loma Miranda”, preparado por la empresa consultora Golder Associates. El nombre técnico de esta planta es Goetzea ekmanii, de la familia Goetzeaceae, es endémica de La Española y considerada rara y amenazada, mayormente vista en territorio haitiano. En este caso, lo que corresponde, cual que sea el destino de Loma Miranda, es tomar las medidas necesarias para proteger y multiplicar el ejemplar encontrado, para lo cual está el Jardín Botánico Nacional

En lo que sí se ha convertido Loma Miranda es en un tema político y por esa circunstancia puede ser declarada Parque Nacional, pero no porque ambientalmente reúna méritos para ello. Y lo digo con conocimiento de causa. Conozco bastante bien la biodiversidad cordillerana del Cibao y de otros lugares del país, por lo que desde el principio me pareció extraña la alarmante denuncia. Decidí recorrer el sitio y ¡eureka!, como pensaba, la flora y la fauna que observé en Loma Miranda es la misma de muchos lugares de la Cordillera Central. En cuanto a la hidrología, en Loma Miranda solo nace un río, el Jaguey, que aunque pequeño no deja de ser significativo, pero para nada tiene que ver con la Presa de Rincón y con las áreas agrícolas que ésta moja. Además, de acuerdo con su ubicación (la del río), una operación minera no tiene porque dañarlo.

Se que dado los intereses envueltos estoy corriendo el riesgo de quedarme solo en esta posición y hasta embarrado de maledicencia y lodo mercurial, pues ya algunos se han atrevido a decir que me vendí. A ellos les digo que el único que me ha comprado y no necesitó emplear dinero fue Cristo en la Cruz. Yo defiendo mis convicciones, que ética y moralmente son coherentes con las enseñanzas que recibí del Prof. Juan Bosch, y profesionalmente son coherentes con los conocimientos que aprendí en por lo menos cuatro universidades donde hice estudios de grado, post grados y maestría. Por eso puedo decir con plena seguridad, que la argumentación sobre la cual se levantó el revuelo de Miranda no se corresponde con estudio científico alguno ni es cierto que haya ningún peligro inminente para nuestra biodiversidad ni para nuestra agricultura. Es una mentira más grande que la Loma misma.

Donde sí hay un peligro inminente de dislocar el sistema nacional de áreas protegidas de la República Dominicana, es si se aprueba el proyecto de ley que declara Parque Nacional a Loma Miranda, ya que además de no calificar como tal, en su Art.3 se viola la Ley 202-04, al consignar la administración del parque a una Junta o Consejo bajo la modalidad de co-manejo, cuestión que es atribución única del Ministerio de Medio Ambiente.

Uno no puede explicarse como es que ni senadores ni diputados, pero tampoco el Ministerio de Medio Ambiente, han reparado en el texto. Vean nada más lo que el dice textualmente el Art. 3:”la gestión del Parque Nacional Loma Miranda se hará bajo la modalidad de co-manejo, regenteada por una Junta de Desarrollo o Consejo de Administración conformado por las organizaciones comunitarias e instancias civiles, eclesiásticas y no gubernamentales que trabajaron activamente en contra del proyecto minero de la Falcondo Xstrata Nickel y en favor de la conservación de los recursos y bienes naturales que hoy justifican la existencia de esta área protegida”.

No quiero ni imaginarme el lío que se armaría con ese tropel de organizaciones, instituciones y personas, cada una con diferentes objetivos y fines, peleándose por controlar un pedazo de la Loma. Solo nos resta decir, ¡A Dios que reparta suerte!.

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