Hablan los hechos

El Congreso dirigido por el Partido de la Liberación Dominicana ha impulsado la mayor cantidad de iniciativas relativas a la modernización del Estado, como son la nueva ley de presupuesto, la Ley de Contraloría, la Ley de Cámara de Cuentas, la Ley de Libre Acceso a la Información…

“…todos los proyectos importantes que han surgido, todas las leyes de importancia que República Dominicana ha tenido para su desarrollo y el desenvolvimiento democrático han surgido fruto del ascenso del Partido de la Liberación Dominicana”.

En consecuencia, yo te puedo establecer sin temor a equivocarme, que los períodos de gobierno del Partido de la Liberación Dominicana, tanto en el Ejecutivo como en el Congreso Nacional, han permitido a República Dominicana desarrollarse y ser un país diferente.

Si nosotros vemos lo que somos hoy y lo comparamos con lo que éramos en el pasado, diríamos que “éramos una aldea y nos hemos convertido en una metrópolis”.

Pero lo que no puedes olvidar bajo ninguna circunstancia, aunque quieras, es que el PLD es el responsable del progreso y desarrollo de la nación dominicana.

El preámbulo extraído de una entrevista al diputado por Santo Domingo Norte, Rubén Darío Maldonado Díaz hecha por la Lic. Gaudy Crispín, coordinadora de la Unidad de Poder Legislativo del Observatorio Político Dominicano de FUNGLODE, también sirve para explicar la desesperación que acongoja a determinados sectores empresariales, políticos y sociales entremezclados con los mismos intereses locales y foráneos.

Son opositores urgidos por la aprobación de la Ley de Partidos que les resuelva sus problemas existenciales, los mismos que promueven las más descabelladas acciones con esperanza de algún día volver al gobierno a continuar el desastre instaurado del año 2000 al 2004. Los mismos que procuran desprestigiar al país en los foros internacionales, acusándonos xenófobos, de racistas y de propiciar la apatridia por ejercer su derecho a la soberanía, como cualquier nación libre.

El PLD es una organización totalmente diferente, es un partido de principios, que se rige por una dirección política que asume roles protagónicos en su conducción, que consulta desde arriba hasta abajo para tomar las decisiones trascendentales.

En estos días, desde los litorales opositores -políticos y civiles- se ha desatado una inusual promoción de la reelección presidencial, abiertamente o de forma solapada.

Se apoyan unos y otros en la extraordinaria aceptación de un presidente al que combatieron hasta el último instante de la campaña electoral y durante el cómputo de los votos, con trampas e intentos de escamotear el triunfo peledeista, incluidas.

Los miembros del PLD y los lectores de Vanguardia del Pueblo pueden comprobar que ese tema no constituye ninguna preocupación para el partido morado.

El PLD está inmerso en la puesta en marcha de todas las resoluciones del Congreso Norge Botello, en el fortalecimiento de sus organismos para asegurarle al país el mejor instrumento para alcanzar el mejoramiento de la calidad de vida de todos los dominicanos y dominicanas, tradicionalmente marginados de las riquezas nacionales.

En este contexto, la oportunidad resulta propicia para abogar por que se evite confundir la opinión interesada de algunos con el conocimiento de la realidad que vive el PLD, la cual le permite abordar cualquier tema político sin la menor preocupación, y tomar la decisión que más convenga a los objetivos partidarios, que son los del pueblo dominicano.

La equidad, la comida de la gente, el empleo, la seguridad social, la salud, la educación son los temas que preocupan al partido de la liberación Dominicana, y por los cuales ha estado trabajando, algo que resulta imperdonable para los enemigos de este pueblo.

Su preocupación por lo que pase al interior del PLD, o con alguno de sus líderes, no es más que una expresión de la peor hipocresía y eso lo sabemos, porque además es evidente.

Pero no se inquieten, como en otras coyunturas los herederos de Juan Bosch sabrán tomar las decisiones más convenientes para el país, aunque quizás no coincidan con las pretensiones de los adversarios.

A dos años de las elecciones generales todos deberíamos estar empujando el carro del progreso en la misma dirección que accionan el gobierno del Presidente Danilo Medina y el PLD, para seguir impulsando el desarrollo nacional y de paso no ser aplastados por la locomotora de la modernidad.

Ese es el real dilema del momento, aun cuando la fila de presidenciables y la fábrica de presidentes a que ha hecho alusión el Presidente del Partido de la Liberación Dominicana exacerben el nerviosismo hasta niveles inimaginables y aloquen la imaginación de algunos.

últimas Noticias
Noticias Relacionadas