Opinión

Las crisis son eventos inesperados que inician con pánicos que se propagan a una alta velocidad afectando todo el sistema, y es que los pánicos suelen ser financieros, que en la mayoría de los casos están precedidos por altos niveles de especulación, incumplimientos de las normas reglamentarias, políticas económicas erradas, falta de liquidez, impago de los compromisos financieros asumidos, entre otros. Es importante establecer que existe una diferencia entre lo que es una crisis económica, que es una situación caracterizada por depresión o inflación excesiva en el ciclo económico, que por lo general el aparato productivo de un país se contrae y se genera escasez de bienes, en tanto, una crisis financiera es una situación caracterizada por inestabilidad en el mercado monetario y crediticio, acompañada por quiebra de bancos y pérdida de confianza del público en las instituciones financieras.

La historia financiera está llena de múltiples crisis asociadas a la presencia de las bolsas de valores y donde la existencia de la especulación es el denominador común en las causas que han provocado los estallidos de las crisis financieras. El caso más reciente es la crisis del 2008 a 2012 la cual se conoce como la crisis económica mundial y que fue originada en los EEUU, denominada como la “crisis de los países desarrollados”, ya que sus consecuencias se observan fundamentalmente en los países más ricos del mundo.

Los efectos de la crisis financiera contagiaron a la economía real, provocando que EEUU estuviera al borde de una recesión económica, lo que obligó a tomar medidas para evitar la caída de la bolsa y la pérdida de beneficios de los principales bancos del mundo. En lo inmediato se produjo una histórica caída bursátil, que arrastró a todas las bolsas del mundo y de paso se concretizó la compra del quinto banco más importante estadounidense, Bear Stearns, por parte del JP Morgan, provocándose así una caída del 90% en las acciones de esa entidad.

En julio de 2008, el banco central de USA, la FED, estuvo obligada a rescatar a las dos emblemáticas principales entidades hipotecarias: Fannie Mae y Freddie Mac, que ha sido considerada la mayor nacionalización de la historia, con un costo al erario público de cerca de 200.000 millones de dólares, se nacionalizó también el banco IndyMac y se rescató la entidad Bear Stearns. Por igual, se destinaron 3.900 millones de dólares para ayudar a hipotecados que no podían pagar sus deudas.

No bien se concluía esa operación de rescate cuando hubo que enfrentar el caso de Lehman Brothers, el cuarto banco de inversión norteamericana, que gestionaba 46.000 millones de dólares en hipotecas, se declaró en quiebra, y el Bank of América se vio obligado a comprar la entidad Merrill Lynch por 31.000 millones de dólares. Más de un año después del comienzo de la crisis sus efectos devastadores sobre la economía se recrudecieron, empujando las bolsas a la baja, lo que obligó al gobierno de EEUU anunciar un plan de rescate multimillonario por el orden de 700 mil millones, el mayor de la historia, cuyo impacto inmediato fue que las bolsas de todo el mundo se dispararon a niveles récord.

En esa misma dirección, la FED de EEUU aprobó la conversión de los dos últimos bancos de inversión independientes, Goldman Sachs y Morgan Stanley, en bancos comerciales, permitiendo así un mayor control y regulación por parte de las autoridades. Pues con tal situación se acababa con un modelo bancario con 80 años de historia, pero también la FED, junto con JP Morgan, tuvo que rescatar a la mayor caja de ahorros del país, Washington Mutual, siendo esta la mayor quiebra bancaria de la historia de los Estados Unidos.

La crisis financiera de USA tiene explicaciones multifactoriales que la justifican y donde sale a relucir la burbuja especulativa vinculada a los activos inmobiliarios, el estallido de la burbuja tecnológica entre los años 2000 y 2001, tal situación produjo una migración de capitales de inversiones a los bienes inmuebles, pero el escenario cambió a partir de 2004, cuando la FED comenzó a subir los tipos de interés para controlar la inflación y desde ese año hasta el 2006 el tipo de interés pasó del 1% al 5,25%.

Es en ese contexto que se explica en una alta proporción las ejecuciones hipotecarias fruto del impago de la deuda que crecieron de forma espectacular, y que ascendió a 1.200.000, lo que llevó a la quiebra a medio centenar de entidades hipotecarias en el plazo de un año y que en el año 2007 el problema de la deuda hipotecaria subprime empezó a contaminar los mercados financieros internacionales, convirtiéndose en una crisis internacional de gran envergadura, calificada como la peor post segunda guerra mundial y que aún mantiene rezagado el crecimiento de la economía mundial.

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