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Minsk, (Servicios especiales de Vanguardia del Pueblo) Los acuerdos alcanzados en las negociaciones en Minsk representan una seria esperanza para un arreglo negociado del conflicto en Ucrania, expresó aquí el presidente francés, Francois Hollande.

En comentarios a la prensa, tras el término de las pláticas con sus pares de Rusia, Alemania y Ucrania, Hollande afirmó que el progreso conseguido en el formato del gran cuarteto constituye además un alivio para Europa.

Confirmó, al igual que el resto de los líderes reunidos hasta el mediodía de este jueves, que se conciliaron posiciones para un alto al fuego inmediato en el Donbass y la solución política del conflicto ucraniano, como única alternativa.

El presidente ruso, Vladimir Putin, comunicó a la prensa que los representantes del Grupo de Contacto suscribieron un documento contentivo del conjunto de medidas para la implementación de los acuerdos de Minsk.

Ese formato está integrado por Rusia, la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa, así como las regiones rebeldes de Donetsk y Lugansk, y Kiev, en la figura del expresidente ucraniano Leonid Kuchmá.

Solo ha sido rubricado un documento a instancias del Grupo de Contacto, puntualizó Putin al aclarar que el gran cuarteto emitió una declaración conjunta, que refleja nuestro respaldo a ese proceso, dijo, sin contener las firmas de los cuatro gobernantes.

El presidente Petro Poroshenko, a su vez, afirmó a la prensa de su país que las negociaciones transcurrieron en una atmósfera tensa para la delegación ucraniana.

Según Poroshenko, fueron impuestas «prácticamente condiciones inaceptables, de renuncias y entregas». No fue fácil para la parte ucraniana, declaró el estadista.

Indicó que Kiev no aceptó lo que consideró ultimátum y mostramos nuestra posición en cuanto al alto al fuego sin condiciones previas, manifestó.

Tras la comparecencia por separado ante la prensa, los mandatarios abandonaron la sede de la reunión, al ser despedidos por el presidente anfitrión, Alexander Lukashenko. La cita a este nivel generó expectativas como la última oportunidad, quizás, para frenar el conflicto fratricida en el sureste ucraniano.

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