Opinión

Modelos pedagógicos, Docentes y Sociedad I

Hablar de los modelos en que se ha desarrollado la pedagogía, es hablar de descripciones colocadas en representaciones esquemáticas, bien definidas y sistémicamente desarrolladas, con el objeto de construir formas de conductas puntuales en los seres humanos escolarizados. Las conductas trabajadas a través de la escuela, responden al poder del Estado, pero se van deformando en la interacción social si en el proceso de comunicación no se logra convencer a la persona que está en el aula, de que lo que se arguye es conveniente para ella. Esto ha sido así desde que apareció la escuela tal y como la conocemos hoy, pero se ha ido complicando al pasar de las calendas, hasta llegar al fenómeno actual, debido al desarrollo humano contemporáneo. El niño de hoy no es el niño del siglo pasado, el de ahora – si no ha cruzado del homo sapiens al homo videns- lo está haciendo sin que nos demos cuenta. Los directivos y los docentes debemos aceptar, que nos encontramos en plena revolución multimedia y que ésta revolución, está transformando al homo sapiens en homo videns en un proceso que empezó hace decenas de años y se ha acelerado en el primer decenio del siglo que disfrutamos. La cultura escrita que desarrollamos nosotros en reemplazos continuos de nuestros ancestros, con mucha pulcritud y coherencia gramatical, va siendo quitada del camino, por la cultura de la imagen. Esta cultura ha estado construyéndose desde que apareció la televisión, revolucionando la información de una forma determinante, colocando al mundo creado por el hombre en un nuevo estadio histórico, en donde lo visible se coloca por encima de lo inteligible, acabando de una forma peligrosa con el pensamiento abstracto, con las ideas claras y distintas. Hoy lo que se ve, se lee y se oye, tiene credibilidad por encima de lo que no se ve. Esta realidad trae mucha incertidumbre, la que confunde a los ciudadanos en sentido general.

Nadie puede detener el avance continuo y persistente en aumentar su velocidad, de la edad multimedia que se desarrolla hoy como un fenómeno social sin precedentes. ¿Está la escuela en capacidad de enfrentar con éxito ese desafío? ¿Los análogos profesores que administramos las escuelas y las aulas entendemos el alcance de esta realidad de cambio?

Lo que acabamos de exponer, se puede afrontar como problema o como reto, depende de la actitud con que responda cada directivo, y lo que es más importante, cómo responda cada profesor en el desarrollo de sus clases. Teóricamente nos encontramos en un momento de la historia educativa, en donde los docentes están trabajando con el modelo por competencias, como respuesta a lo que está exigiendo el mercado, pero sabemos que no esta tan así, debido a la resistencia del profesorado a cambiar el paradigma anterior, asumiendo que estuviera desarrollándolo, porque los cambio de modelo –en nuestro caso- han sido dado con una rapidez inusual. Esa situación se empeora, debido a nuestra típica reacción tardía. Nos encontramos ahora en el desarrollo del modelo por competencia, el que se propone desarrollar personas “competentes.”

Es así, en la actualidad el sistema educativo dominicano, siguiendo a occidente, se articula de acuerdo con el llamado modelo por competencia. Esto significa que todos los elementos del sistema se orientan a la adquisición de competencias y capacidades en el manejo de los elementos y situaciones de la realidad que nos rodea. En este punto creo importante, que a grosso modo hablemos de los modelos –supuestamente del pasado- para que el lector pueda situarse mejor en lo que estamos tratando de decir. En ese orden, podemos afirmar, que la Ilustración universalizó el modelo pedagógico que inicia la historia de la educación tal y como la concebimos hoy en día, se trata del Modelo Instructivo. En ese modelo, todos los elementos del sistema escolar estaban orientados a la instrucción, es decir, al aprendizaje del contenido de las ciencias por parte del estudiante, para ser bebido como medicina que sana a la medida del cambio necesario para la época, que necesitaba desaprender algunas formas muy crueles de interacción social; no es necesario explicar demasiado los antecedentes del renacimiento y las actitudes cerradas expuestas como algo dogmatico.

El siglo XX nos trajo, el llamado modelo conductual, en donde todos los elementos del sistema escolar se orientaban hacia la adquisición de conductas. Claro está, las conductas que la sociedad necesita que el ente social exhiba, así como las destrezas y habilidades que el mercado necesitaba. Lo importante para ese momento no era saber los conceptos, sino alcanzar la destreza y las habilidades de saber buscarlos y organizarlos para lograr su aplicación en el ámbito social. Es bueno aclarar en este momento, que los modelos pedagógicos no surgen gratuitamente, ni por azar, ni por capricho, ellos responden a las diferentes concepciones del mundo y de la vida. Claro, esas concepciones no son trabajadas por la base social, sino por quienes manejan el verdadero poder en la sociedad, es decir, los que componen la clase dominante.

El modelo instructivo fue característico de la escuela de la Ilustración. La Ilustración descubrió que el conocimiento y la racionalidad eran el motor del desarrollo humano, y la escuela se propuso garantizar ese desarrollo proporcionando al niño, a lo largo de su recorrido o currículo escolar, los mensajes conceptuales que codifican la realidad en forma de conceptos, clasificaciones y reglas o principios generales. Es así, como se concibe el objeto principal del aprendizaje, que tenía la forma de mensaje conceptual de la realidad, propio de las Ciencias. En cambio, el modelo conductual –que sustituye al anterior- nace de una concepción pragmática de la vida, que entiende que ésta es, una sucesión de situaciones, a las que la persona debe responder, en la forma más adecuada. La Psicología conductista puso el fundamento teórico, de que la conducta humana, no es sino, una respuesta de la persona al estímulo del entorno, surgiendo así, el modelo pedagógico que el mercado necesitaba en ese momento, para que le sirviera de impulso a sus calculadas pretensiones.

La tarea de la educación entonces, consistió, en crear en el individuo, los mecanismos para que pudiera ser capaz de dar las respuestas adecuadas a las diferentes situaciones que, a lo largo de la vida, iban a constituirse en estímulos, para la adquisición de nuevas conductas, para de ese modo, responder a las nuevas necesidades creadas por el sistema.

El hombre de hoy es sensible al hecho de que la persona es fruto y objeto de una relación interactiva con la realidad que le rodea. En este modelo, el mismo conocimiento es fruto de esa interacción de la persona con su entorno. El modelo de la construcción de conocimiento vino a sustituir al modelo conductista. Y lo hizo, porque el mundo cambio, y se cristalizó la idea de que la relación con el entorno condiciona los afectos, sentimientos y emociones de las personas. Entonces se asume, que la persona individual o colectivamente, ejerce un permanente efecto modificador de la realidad que rodea su accionar. Es por eso, que la educación se plantea, como una adquisición de competencias y capacidades que permiten a la persona establecer una integración productiva con la realidad de su entorno. En efecto –y como es natural- el nuevo modelo no se crea en el vacío, él es una combinación con el anterior –construcción de conocimientos- ahora desde el aula se intenta armar un perfil de egresado capaz de hacer, no solo de saber; poniendo en práctica los aprendizaje adquiridos en el aula, es decir, las competencias se aplican al desarrollar los conocimientos.

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