Si algo ha quedado demostrado después de ese proceso de tensión interna que acaba de vivir el Partido de la Liberación Dominicana es que esa organización política y su dirigencia alta tienen una gran vocación de poder.
Las diferencias entre los seguidores y los dos líderes fundamentales, Leonel Fernández y Danilo Medina, llegaron hacer tan marcadas que, en un momento se llegó a pensar de manera colectiva que era inminente la división del partido de la estrella amarilla que fundara el extinto profesor Bosch en diciembre de 1973.
Pero además de esa vocación de “seguir arriba” qué citamos más arriba de los peleideìstas, hay otras razones que no se ven ni han sido expresadas que hicieron posible el conocido acuerdo histórico de 15 puntos que diera a conocer hace unos días el secretario general del Partido de la Liberación Dominicana, doctor Reynaldo Pared Pérez.
Es innegable que este acuerdo no se produce por el simple hecho, repito, sólo por la gran vocación de poder que tienen los pele deístas por ya tener un ejercicio gubernamental ininterrumpido de 12 años, -no- existen otras razones que paso a explicar.
La –no- realización de ese acuerdo entre los peledeìstas le traería consigo a ese Partido un inexorable desplazamiento de la conducción y administración del Gobierno y el Estado Dominicano de forma inmediata.
Asimismo, la continuación de esa crisis significaba la prolongación al país de la tormentosa carga de estrés que lo mantuvo por alrededor de 39 días, con sus noches, al borde de desfallecer en términos espirituales y económicos.
Otra consecuencia sería la agudización de las contradicciones internas de esa organización política la que los conduciría a un debilitamiento tal que le tardaría quizás varios lustros para recomponerse y estar en condiciones de convertirse en una opción de poder.
También, quien podría descartar que el nuevo partido que pudiere resultar ganador en las elecciones de 2016 desate una cacería abriendo expedientes e investigaciones en contra ex funcionarios importantes de las pasadas gestiones del PLD que ya han sido cuestionado por la opinión pública.
De igual manera, -la no realización de este acuerdo- hubiera significado para la nación dominicana la deseada posición de vulnerabilidad y desorden que quieren las potencias del mundo para materializar sus planes geopolíticos en la Isla Española.
Y Finalmente, pregunto: ¿El país ganó con el acuerdo del PLD?…