Al mismo tiempo que en la Argentina se realizaba la marcha mas grande no partidista sobre el tema de la violencia de género, en una pequeña comunidad del centro de la República Dominicana se gestaba una desgracia que ejemplifica lo que esta ocurriendo con nuestra sociedad.
#Niunamenos fue el llamado que hicieron un grupo de periodistas de genero femenino, ante la escalada de violencia y muerte que, contra las mujeres se ha hecho visible a través de las portadas de los periódicos y las noticias que llegan a montones en las redes sociales.
Miles de ciudadanos y ciudadanas se movilizaron para pedir una solución política a un problema político, como llamaron a la violencia machista, y para que el gobierno y sus instituciones tome medidas que disminuyan este problema tan arraigado en nuestros países.
Mientras alla en el lejano cono sur del continente esto sucedía, tres mujeres, salían a tomar alcohol en una noche de fiesta con un individuo armado con una pistola, como usan los machos de nuestro país, y con historia de violencia sobre su pareja, una joven de solo 23 años de edad.
Es decir, la mezcla perfecta para producir la tragedia perfecta: un arma en manos de un civil, un pasado de violencia, maltratos, golpes, encierros, conocidos por todos los que habitan el barrio de una de las occisas y la carga de alcohol asociada quizás a otras sustancias que ya son tan comunes que cualquiera con poco dinero las puede conseguir.
En mi caso tengo una sola hija, siempre me recuerda que le advertí desde pequeña, que nunca permitiera que nadie la obligara a hacer lo que ella no quisiera, y que para eso le iba a pagar la mejor educación que pudiera solo para que no le soportara majaderías absolutamente a nadie.
Fue la solución que encontré ante los abusos que se cometen en la República Dominicana en contra de las mujeres, y mi preocupación por el futuro de mi hija mayor, mientras mas dependientes son, mas se consideran los abusadores con las puertas abiertas para la violencia de todo tipo.
¿Quién tiene la culpa de la tragedia de Moca?, quizás toda la sociedad que miró indiferente los maltratos a que era sometida una pobre muchacha, que probablemente por ser pobre, se deslumbró ante los ¨teneres¨de un asesino en potencia.
Probablemente la familia, que no supo intervenir a tiempo y poner en su lugar a quien maltrataba a su hija o podríamos echarle la culpa a las forma tan disipada en que se venden bebidas alcohólicas en el país, hasta la intoxicación sin límite ninguno.
Podría ser que pensemos en la facilidad con que cualquiera se pone un arma al cinto, como viviéramos en un pueblo del lejano oeste norteamericano, donde por cualquier quítame esta paja había un duelo en plena calle.
No sabemos quien tiene la culpa, lo que si sabemos es que mientras en Buenos Aires se multiplicaban los letreros de #Niunamenos, en la República Dominicana hoy se llora la tragedia de que un animal disfrazado de ser humano nos hace contar #Tresmujeresmenos en nuestro país.
