Opinión

¡La educación ya no es garantía!

¿Trabajo? Lo siento, no hay posición para usted. ¿Trabajo? Es lo más que puedo pagarle. ¿Trabajo? No aparece nada para mí. ¿Trabajo? No sé para qué estudié.; Estas son las respuestas que se escuchan día a día por parte de los empleadores y de esos jóvenes recién egresados que buscan empleo por primera vez.

La inserción en el mercado laboral es la transición más influyente en la vida de un profesional recién egresado. Es inmensa la frustración por la cual pasamos los jóvenes al querer pasar a esta nueva etapa de nuestras vidas.

¿Experiencia laboral, 2 o 3 años? ¿Bromeas? ¿Cómo adquiero esa experiencia si no me das la oportunidad? ¿Hay alguna lógica detrás de ese requerimiento?

El desempleo se ha vuelto insensible a la preparación académica. Y es que parece increíble el llegar a pensar que ¡La educación ya no es garantía!

Para los arquitectos el panorama laboral no se muestra en colores brillantes. Pese a la gran carga de ser los responsables de producir los cambios más impactantes en la sociedad, ya que los proyectos generalmente afectan a todos los que le rodean, tienen que prácticamente regalar sus servicios, ojo! Si les dan la oportunidad.

Al arquitecto no solo se le demanda la satisfacción de su cliente sino también la satisfacción de la sociedad a la que afecta el proyecto. Impacto visual, comentarios, apropiación del entorno, etc. Son algunos de los elementos que tienen relevancia a la hora de desarrollar un proyecto en la ciudad.

Los puestos de trabajo para estos profesionales son limitados, el sector de la construcción lo acaparan las grandes empresas constructoras y microempresas que cuentan con aquellas conexiones que les permiten introducirse en el mercado.

Los bajos salarios no permiten solventar una calidad de vida óptima. Urge que le prestemos atención a la situación laboral de los jóvenes, no nos estamos dando cuenta que poco a poco destruimos el sistema de educación. Un joven ve la educación como el medio para llegar a obtener un lugar en el ámbito laboral de la sociedad, lo que se traduce a la única oportunidad de llegar a concebir un futuro para sí y su futura familia.

Es responsabilidad de los sectores públicos y privados el desaparecer de una vez por todas, la frase que al paso del tiempo se vuelve célebre: “La educación no sirve a la hora de buscar trabajo”.

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