Opinión

El próximo martes (8/11/2016) se celebrarán las elecciones de los Estados Unidos, unas elecciones marcadas por la estrecha ventaja entre los principales candidatos y por los escándalos que sacuden ambas candidaturas.

Los candidatos con mayores posibilidades son la Ex Secretaria de Estado (canciller) Hilary Clinton y el Magnate Donald Trump, ambos candidatos han sido agobiados por escándalos que, de una u otra forma han evitado que exista una diferencia importante entre las mediciones que se hacen.

Muchos analistas y políticos han afirmado que Estados Unidos deberá elegir entre lo malo y peor.

Es importante recordar que Trump, logró agenciarse la victoria dentro del Partido Republicano, dejando en el camino a figuras como Marco Rubio, Jeb Busch y Ted Cruz.

También hay que señalar que Hilary la vio muy difícil para obtener la candidatura por parte de los Demócratas, ya que tuvo que enfrentar hasta el último momento al Senador Bernie Sanders, quien con su discurso socialista fue ganando adeptos dentro y fuera del Partido Demócrata, en especial en la juventud.

Para ganarle a Sanders Hilary hizo chivo en los debates, lobismo ante las autoridades del partido y muchas “truchimanerias”. La idea era que este político, atípico en la sociedad norteamericana no pasara. Sanders no pasó, el establishment Demócrata lo impidió.

En el caso de Trump, aunque hubo muchísimos esfuerzos por parte del establishment Republicano para no dejarlo pasar, lo logro.

Pienso que la sociedad norteamericana dejo claro, en ambas convenciones, que estaban cansados de lo tibio, que querían personas con posturas reales y no con medias tintas, tanto del lado conservador, como del lado liberal.

Sanders con su discurso socialista calo bien profundo, todas las encuestas afirmaban que ganaría sin problemas a cualquier candidato Republicano, en cambio, Hilary impuesta por los sectores del poder no ha logrado sacar una ventaja considerable a Trump, un candidato atípico que, como dicen se dice en el argot popular dominicano: “se ha burlado del sistema”.

¿Quién ganará el martes? Que predigan los brujos, yo me limitaré a expresar mi solidaridad con los norteamericanos, puesto que tendrán que escoger como dijo Assange entre el cólera y el sida.

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