En el artículo anterior resaltamos la relevancia de la autonomía de los Centros Educativos para convertirlos en instituciones competitivas; también resaltamos la importancia no solo de la definición de estándares educativos, sino que la comunidad educativa tenga conocimientos de ellos y desarrollen estrategias efectivas para lograrlo.
Ahora bien, esto no se logra si no existe una política de descentralización real del sistema educativo dominicano y de familias y docentes conscientes y comprometidos con el rol que les corresponde en el proceso educativo de los niños, niñas y adolescentes.
En un sistema centralizado se generan retraso en la toma de decisiones, alta dependencia de las instancias superiores, menos competencia y ejercicio de la creatividad entre las unidades y una muy alta ineficiencia en el uso de los recursos.
Los defensores de la centralización defienden la tesis de que solo así se logra un mayor control, uniformidad en los procedimientos y decisiones, buena comunicación, facilidad en el control y evaluación, una mayor responsabilidad, evita desperdicios y duplicidad de tareas. Sin importar para estos que los libros de textos, los materiales educativos, Etc. lleguen de manera tardía e insuficientes a los Centros Educativos, así como los recursos financieros que se les transfiere para el mantenimiento y limpieza de los planteles escolares.
En los sistemas descentralizados se toman las decisiones en lugar donde se genera la demanda, dando mayor autonomía a los directores, agilidad en la toma de decisiones, creatividad para resolver problemas, optimización y mejor uso de los recursos, motivación, retención del talento y el uso de conocimiento específico.
Todo esto con una carta de ruta (los planes) con una misión, (que los estudiantes ingresen, permanezcan y aprendan) y con la visión de cómo lograrlo (sus competencias y su liderazgo).
Con un valor agregado, la descentralización dinamiza las economías locales y esto a su vez les brinda mayores oportunidades a las poblaciones que forman el contexto de los Centros Educativos.
En el artículo siguiente y dentro de este mismo contexto escribiremos sobre la importancia de las familias como actores del proceso educativo de sus hijos e hijas, porque para lograr que aprendan no es suficiente el presupuesto, se necesita el compromiso y el reconocimiento de ellos para lograrlo.