Emiliano Pérez Espinosa

En mi artículo: “Hacia una Revolución Educativa con Calidad (1)”, afirmé que: «El Presidente, Lic. Danilo Medina, está ejecutando la mayor, la más grande, la más impresionante, la más inmensa, e importante revolución educativa de la República Dominicana. La misma comprende los niveles preescolares, primarios, secundarios e intermedios. Además, incluye la construcción de las infraestructuras escolares, con un número récord de edificios y aulas escolares, equipados con cocinas y comedores para la alimentación de nuestros niños».
También decía que: «Nuestra Revolución Educativa exhibe con orgullo el programa de las “tandas extendidas”, el cual va combinado con las estancias infantiles y la capacitación de los nuevos educadores, orientados a una nueva realidad mundial, con el objetivo expreso de darle un golpe mortal a la ignorancia que tanto daño hace a cualquier país».
Agregué que: «Esta revolución está siendo complementada con la novedosa iniciativa del CAID, dirigida por la primera dama Lic. Doña Cándida Montilla de Medina, que es un programa de Educación Especial, con el trabajo eficiente del Infotec, y el programa de becas del Ministerio de Educación Superior, Ciencia, y Tecnología (MESCyT) y la revisión de las normas de funcionamiento de las universidades, a cargo de la Lic. Doña Alejandrina Germán».
Terminé diciendo que pensaba “que nuestra revolución quedaría más completa, si se acompaña con una revisión curricular permanente, consistente, agresiva, sincronizada y monitoreada con la Estrategia Nacional de Desarrollo (END) y con la agenda 2030 de las Naciones Unidas, para poder competir a nivel internacional”.
Un ejemplo de esa revisión curricular, es la sugerencia de Don Juan que dice: “No podemos conocer la historia de la República Dominicana, si no conocemos la historia de España a fondo; y la historia de España no puede conocerse, si no se conoce la historia del pueblo árabe”.
Estoy convencido que conjuntamente con la revisión curricular, debería incluirse un nuevo y más progresista paradigma de análisis de nuestra historia, que dicho sea de paso podría ser una de la más grandes e importante contribuciones del Presidente Lic. Danilo Medina a nuestra Revolución Educativa, en lo que respecta al contenido de nuestra verdadera identidad como país, la cual ha sido falsificada por muchos años.
En el presente artículo # 2, intentaré pasar revista a algunos eventos que tienen que ver con nuestras herencias históricas, pero desde otro punto de vista o paradigma, conectados a esa revisión curricular.
Por ejemplo, la mayoría de los historiadores coinciden en que la península Ibérica que hoy llamamos España, estaba habitada en la parte sur por los Vándalos y los Visigodos. que profesaban el paganismo y luego la religión cristiana traída por los judíos luego de la destrucción del su templo de Jerusalén en el año 70 después de Cristo (d. C.) por los Romanos.
Ellos aseguran que tanto los Vándalos como los Visigodos fueron desplazados y conquistados por los árabes en el siglo VIII, específicamente en el año 711, por el Califato Islámico conocido como Omeya, el cual dominó hasta el año 1492, cuando cayó vencido el último bastión del Califato en Córdoba.
Es decir que los islámicos fueron también desplazados por los Reyes Católicos Fernando II de Aragón e Isabel I de Castilla del control y del poder político, en la península Ibérica que hoy conocemos como España, con una acción llamada la reconquista en el año 1492 y los dominicanos, que fuimos colonizados por los Españoles, somos cristianos y/o católicos, pero con mucha influencia de la cultura árabe por lo antes dicho.
En el área del idioma castellano, por ejemplo, los sustantivos arroz y azúcar, que representan dos productos básicos de la dieta y la economía de los dominicanos, vienen del idioma árabe. Ambos productos fueron introducidos a la región del Al Andaluz, conocida hoy como Andalucía, en la parte sur de España, por los árabes en sus años de control de la península.
Demás, en los años subsiguientes, a nuestra isla fue importado, de manera violenta, un gran número de esclavos desde el Oeste de África, los cuales mezclaron sus genes, su cultura, su religión con los aborígenes, los europeos y se ha producido lo que es hoy la República Dominicana, según todos los estudios antropológicos conducidos al presente.
En conclusión, cuando proponemos una revisión curricular con un nuevo y más progresista paradigma en los análisis de nuestra historia, nos referimos a que nuestro sistema educativo debe tratar de ofrecer otras explicaciones, como las que he tratado de desarrollar en este articulo con relación a la realidad de nuestras herencia del Oeste de África, española/árabe, y aborigen.
De esta manera nuestros jóvenes no se formarán con ideas, opiniones erradas de su verdadera identidad y pasado histórico y, muy importante, podrán entender de donde vinieron, donde están y hacia dónde van, porque como decía Don Juan: “El que no sabe de dónde viene, donde está o para dónde va, ya llegó”.