Opinión

Los partidos políticos son una expresión de la sociedad y por debajo de ellos existen organizaciones de composición orgánica similar, aunque con menos complejidad pero, casi siempre, con un gran poder de influencia, la mayoría de veces con estilo y métodos muy distinto a los de los partidos.

Entre esas organizaciones tenemos los gremios sindicales a los que los partidos prestan mucha atención por varias razones, entre las que debemos destacar la necesidad de tener influencia en el tejido social que los sustenta además del desarrollo de estrategias de propaganda con fines electorales dirigidos a la toma del poder, generando percepción en la población votante.

Pero resulta una mentira decir que un partido de oposición que gane los gremios tiene asegurado un triunfo electoral congresual, municipal o presidencial, aunque es una verdad incuestionable que los gobiernos necesitan gremios que no les fastidien la vida exigiendo conquistas que podrían ser incumplibles desde el punto de vista económico, como son los casos muy conocidos en nuestra República Dominicana. Pero como estrategia de propaganda es muy factible dar muestra de poder ganando estos colegios profesionales o sindicatos.

Aún faltan casi tres años para las elecciones presidenciales del año 2020 y estamos presenciando un gran afán de la oposición al Partido de la Liberación Dominicana (PLD) por ganar el control de estas organizaciones gremiales, y el más reciente ejemplo ha sido la lucha librada del Partido Revolucionario Moderno (PRM) por ganar la presidencia del Colegio de Abogados de la República Dominicana (CARD), a tal punto que sus estrategas cometieron uno de los errores más letales en una confrontación electoral: una campaña sucia sin calcular sus efectos adversos, la cual consistió en poner a circular todos los medios de comunicación y en las redes sociales una supuesta carta firmada por el presidente del PLD, doctor Leonel Fernández, apoyando a un candidato diferente a Surun Hernández, quien había sido elegido por esta organización para continuar en ese importante colegio.

Con esta torpeza “despertaron al mostruo”, que no fue más que unificar al PLD alrededor de su candidato al CARD, motivando a Leonel a desmentir esa falsedad y, lo que fue peor para los opositores, que el mismo presidente Fernández emitiera el siguiente mensaje, vía su cuenta de Twitter: “Nuestro respaldo irrestricto al doctor Miguel Surun Hernández, quien encabeza la plancha número 1, en las elecciones del Colegio de Abogados de mañana sábado”. Este mensaje fue suficiente para que las tropas moradas del derecho se movilizaran, sin recursos, en menos de 24 horas y le dieran el triunfo a su candidato a la presidencia del CARD.

Esta es una buena lección de marketing electoral: cualquier táctica en una lucha por el poder debe obedecer a una estrategia y no a la ocurrencia momentánea. Lo que intentaron hacer contra el PLD se convirtió en un búmeran que aniquiló las intenciones de la oposición.

Miguel Surun Hernández, de la plancha Dignidad Jurídica, se reeligió como presidente del CAD por dos años más, venciendo a la plancha Innovación Jurídica, cuyo candidato era Enrique García, quien contaba con el respaldo del PRM y sectores de la sociedad civil, a cuyo partido y grupos “les salió el tiro por la culata”.

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