Opinión

La huelga general que, desde el 30 de enero, timoneó la directiva de la Federación de Asociaciones de Profesores de la UASD (FAPROUASD) fue “levantada” este viernes 9, concediendo un “plazo de 30 días” a las autoridades de la UASD y del país para satisfacer el “conjunto de reivindicaciones” que motivaron dicha huelga.

Aumento de un 5% a los salarios de los profesores es la principal demanda que exige FAPROUASD.

El Rector de la UASD ha reiterado que el presupuesto de este año de la academia es deficitario en más de 30 millones de pesos mensuales. Que la institución no dispone de recursos para hacer dicho aumento.

Es decir, la responsabilidad para “satisfacer la reivindicación de FAPROUASD” la remitirán al Poder Ejecutivo o al Congreso Nacional, para lo cual concedieron un “plazo de 30 días”.

La “asamblea levantó la huelga” con la condición de que “si en esos 30 días el Rector no ha obtemperado ante la demanda ni el gobierno ha entregado el monto de dinero suficiente para cubrir el 5% para los aumentos, entonces se realizará otra asamblea para determinar el nuevo plan de lucha.

Ante el panorama que se vislumbra en los próximos días para la UASD, como consecuencia de la posible lucha que, nuevamente, emprendería la dirigencia de FAPROUASD, nos hacemos las siguientes preguntas:

¿Estará la UASD en condiciones reales de satisfacer dicha demanda?

¿Las autoridades universitarias tienen la suficiente calidad para gestionar más dinero al gobierno nacional que les permita aumentar en un 5% los sueldos de los profesores y empleados de la UASD?

Si no aparecen “los cuartos” en el perentorio plazo de los 30 días que se otorgó, ¿la asamblea de profesores sería capaz de aprobar otra huelga?

¿Cuál es el papel o la posición de los diferentes candidatos a la rectoría, vicerrectorías, decanatos y direcciones de las escuelas y departamentos ante las incertidumbres que se proyecta en torno al futuro inmediato de la UASD?

¿Otra huelga pondría en peligro el desarrollo y culminación del actual semestre académico, dejando fuera de las aulas a más de 190 mil estudiantes?

¿Cuántos estudiantes se verían inducidos a la deserción definitiva o a emigrar a otras universidades ante una nueva paralización de la docencia en el recién iniciado semestre?

¿Qué hará la otrora activa Federación de Estudiantes Dominicanos en caso de otra huelga?

¿Cuántos millones de pesos pierde la Universidad (mejor dicho, el pueblo dominicano) por cada día de suspensión de la docencia en la UASD?

¿Se habrá cuantificado el daño que producen las frecuentes suspensiones de la docencia a la imagen de la UASD y el deterioro del peso específico de la Academia ante la opinión pública y la sociedad dominicana?

“Luchar con razón, con ventaja y sin sobrepasarse” es una sabia y oportuna sugerencia para los dirigentes de FAPROUASD y los diferentes candidatos a dirigir la academia para el próximo cuatrienio.

Es justo y necesario que el sentido común y los intereses de la Primada de América se coloquen por encima de los intereses personales, de grupos profesorales, de candidaturas, de partidos políticos y que los dirigentes de FAPROUASD se empoderen de sensatez y prudencia.

Así, y solo así, salvaremos a nuestra querida Alma Máter del descrédito total y del colapso hacia donde la están empujando intereses espurios y ajenos a la verdadera esencia y misión de la UASD, patrimonio cultural y social del pueblo dominicano.

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