Hablan los hechos

Han transcurrido 10 años de aquel Septiembre del 2008 cuando explotó la gran crisis en el sector inmobiliario de EE.UU que se traspasó al sector financiero e impactó en la economía real y se transmitió a la economía global generándose una hecatombe que arrastró a las entidades más emblemática del mercado financiero a escala planetaria. En igual sentido, dicha crisis involucró a los diferentes Bancos Centrales del mundo desarrollo para poder mitigar la expansión de la crisis.

Es en ese contexto que los Bancos Centrales de EEUU, Canadá, Japón, Suiza, Inglaterra y el BCE inyectaron 180,000 millones de dólares para enfrentar la crisis financiera. En adición, el congreso Norteamericano logró la aprobación de U$ 787,000 millones y la Fed ejecutó la conversión en Bancos Comerciales a los Bancos de inversión Goldman Sachs y Morgan Stanley, con lo que unido a las quiebras de otras entidades, literalmente, la Banca de inversión desaparecía en Wall Street.

Para EE.UU, el plan de rescate de la crisis del 2008 fue equivalente al 5.6% del PIB de esa nación, el cual era 1.3 veces superior que el costo de la guerra de Irak, superior al plan Marshall del 1947 para la reconstrucción de Europa de la post guerra que fue de 5.4% y del New Deal de Roosevelt para sacar a EEUU de la gran depresión que fue de 5.4% del PIB.

El plan se denominaba el principio de la recuperación de EE.UU y el objetivo fundamental era la creación de entre tres y cuatro millones de empleos ya que desde el 2007 hasta la explosión de la crisis se habían perdido alrededor de 3.6 millones de empleos y millones de persona corrían el riesgo de perder su casa. En tal sentid, el plan destinó una impronunciable cifra que se distribuyó en U$ 308,300 millones a gastos, U$ 267, 000 millones para ayuda social directas y U$ 212,000 millones a rebajas de impuestos.

Para EE.UU, el plan de rescate de la crisis del 2008 fue equivalente al 5.6% del PIB de esa nación, el cual era 1.3 veces superior que el costo de la guerra de Irak, superior al plan Marshall del 1947 para la reconstrucción de Europa de la post guerra que fue de 5.4% y del New Deal de Roosevelt para sacar a EEUU de la gran depresión que fue de 5.4% del PIB. Uno de los orígenes de la gran crisis se encuentra cuando en el año 2001, luego de los atentados terroristas del 11 de septiembre, la FED (Banco Central) redujo su tasa de interés de 6,5% a 1%, con la finalidad de facilitar los créditos, poner dinero en la calle y reactivar la economía norteamericana.

Algo histórico ocurrió en el año 2006 cuando los embargos aumentaron a 1, 200,000 llevando a la quiebra económica de muchas entidades hipotecarias, pero esto no quedo allí, la crisis inmobiliaria se transfirió a la bolsa de valores trayendo abajo el índice bursátil de la construcción en un 40%.

En ese contexto se interpreta que la banca de EEUU relajó al máximo su política de concesión de préstamos, llegaron a conceder hipotecas con el fin de comprar viviendas sin cuestionar sobre los ingresos, ni depositar una entrada. Pero resulta que el precio de las viviendas empezó a subir, lo que llevo a muchos a la especulación, produciéndose de esta manera el fenómeno conocido como “burbuja inmobiliaria” e hizo ricos a muchos y empobreció a la mayoría.

Una de las formas de crédito que se dio en esa época fueron las hipotecas subprime, que consistían en prestarle dinero a una persona con un mal historial crediticio. Sin embargo, a partir del 2004, la FED empezó a subir la tasa de interés como una medida para frenar la inflación y ya obtener créditos no fue tan fácil, por tanto, la demanda de viviendas cayo y, con ella los precios.

Transcurrido exactamente una década, la economía de EE.UU no logra reencontrarse con su tradicional patrón de crecimiento, a pesar que creció a un ritmo anual del 2,3 % en el primer trimestre de 2018, levemente por debajo del 2,9 % registrado en el último trimestre del año pasado.

Para Agosto del 2005 los precios de las viviendas y la tasa de ventas comenzaban a descender de una manera nunca antes vista anteriormente; las ejecuciones hipotecarias, o embargos, comienzan a crecer espectacularmente por el impago de las deudas y las entidades financieras comenzaron a sentir problemas de liquidez para devolver a los inversionistas. Algo histórico ocurrió en el año 2006 cuando los embargos aumentaron a 1, 200,000 llevando a la quiebra económica de muchas entidades hipotecarias, pero esto no quedo allí, la crisis inmobiliaria se transfirió a la bolsa de valores trayendo abajo el índice bursátil de la construcción en un 40%.

En tales circunstancias, iniciado el tercer trimestre del 2008 la bolsa de Nueva York, retira su rubro hipotecario a New Century, por insolvencia y presunto delito contable, esta era una importante entidad financiera inmobiliaria del país. Con esta cartera financiera en crisis y lejos de aliviar la economía, los efectos de la crisis financiera comienzan a contagiar a la economía real del país, y a pesar de las medidas correctivas tomadas, no se lograba evitar la caída de la Bolsa y todo era rodeado de incertidumbre, el cual se extendió por las economías industrializadas, emergentes y en desarrollo.

La incertidumbre se encuentra ahora en el ámbito del comercio, después que Trump ha declarado la aplicación de la guerra comercial a varios países amigos, consistente en elevar los aranceles a las importaciones de acero y el aluminio, y amenazar con aumentar los gravámenes a numerosas importaciones de China

Transcurrido exactamente una década, la economía de EE.UU no logra reencontrarse con su tradicional patrón de crecimiento, a pesar que creció a un ritmo anual del 2,3 % en el primer trimestre de 2018, levemente por debajo del 2,9 % registrado en el último trimestre del año pasado. No obstante, se proyecta que el PIB terminará con un crecimiento interanual entre 2,6 y 2,9 %, impulsado por el estímulo fiscal y con un 4,1% de población activa en situación de desempleo.

La incertidumbre se encuentra ahora en el ámbito del comercio, después que Trump ha declarado la aplicación de la guerra comercial a varios países amigos, consistente en elevar los aranceles a las importaciones de acero y el aluminio, y amenazar con aumentar los gravámenes a numerosas importaciones de China. Por tales razones es que el FMI ha advertido de los perniciosos efectos de que las tensiones escalen hasta desencadenar una guerra comercial, con medidas de corte proteccionistas cruzadas que perjudican la dinámica del comercio global.

Aunque hoy en día la economía de EE.UU ha dado señales de estar recuperándose lentamente de la recesión económica que siguió a la crisis financiera de 2007 a 2008, las medidas que se han tomado en los últimos dos años no parecen orientadas a contribuir con la recuperación plena, sino que favorecen la presencia de conflictos innecesarios.

Aunque hoy en día la economía de EE.UU ha dado señales de estar recuperándose lentamente de la recesión económica que siguió a la crisis financiera de 2007 a 2008, las medidas que se han tomado en los últimos dos años no parecen orientadas a contribuir con la recuperación plena, sino que favorecen la presencia de conflictos innecesarios. Se trata de la ejecución de una visión cortoplacista y coyuntural de la política económica lo que para el ex Presidente de la FED Ben Bernanke, se trata de actuar “momento equivocado”, por lo que su temor es que el crecimiento se venga abajo cuando su efecto empiece a difuminarse en 2020.

También, los tambores por la preocupación suenan desde el FMI, el cual insiste en que es el momento de reparar el tejado antes de que llegue la tormenta. Pues la proyección de ese organismo es que EE UU crezca un 2,9% este año 2018, bajando a un 2,7% en el 2019 y a un 1,9% en 2020, lo que plantea un escenario de desaceleración e incertidumbre en el corto plazo, el cual se agrava con el ritmo ascendente e indetenible en el endeudamiento público que puede conducir a una crisis peor a la del 2008.

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