Uncategorized

Las primarias de Chile y el poder de los independientes en el PLD

La semana pasada escribimos acerca de los sorpresivos resultados de las primarias que, para las elecciones presidenciales que se celebraran el noviembre de este año, se produjeron en Chile, donde un candidato inscrito como independiente y sin partido como Sebastian Sichel ganó por la coalición de derechas ¨Vamos Chile¨, y Gabriel Boric, un diputado de un lugar tan lejano como la Antártida y de un partido minoritario, ganó por la coalición de izquierda ¨Apruebo Dignidad¨.

Tanto Sichel como Boric eran candidatos sin posibilidades para las encuestas que se hicieron antes del domingo electoral donde se echaron los votos en las urnas, pero a la ¨hora de la hora¨, no solo se impusieron cómodamente, sino que los independientes y sin partido demostraron que tienen la capacidad de decidir solo por simpatía o cercanía, sin influencias de otro tipo, una elección en este nuevo mundo político que se esta creando en nuestras narices.

Ni hablar de lo que ocurrió en Perú, donde Pedro Castillo es hoy presidente electo y tomará posesión esta misma semana, un profesor de una escuela rural de una de las zonas mas pobres del país andino, que causalidad que tampoco tenía partido y tuvo que buscar uno prestado llamado Peru Libre para ser candidato, ejercerá el poder ejecutivo de uno de los países mas ricos del continente, por obra y gracia de los mas pobres del país, será ¨el primero de sus verdaderos iguales¨.

A dos años y algunos meses de las elecciones nacionales en la República Dominicana, solo uno de los partidos con posibilidades tendrá la oportunidad de elegir su candidato por el método de las primarias, no tenemos dudas de que el PRM intentará, no importa el rumbo que lleva su gobierno, reeditar la ganancia electoral con el actual presidente, aunque es muy probable que las circunstancias hayan cambiado en forma muy negativa para esa agrupación política.

Hay que puntualizar aquí, que la época post-covid aun no ha comenzado, y que la situación con la pandemia se proyecta prolongará todo el año 2022, por lo que si antes se acusaba al presidente de la Republica actual de ser aburrido y no tener sabor como las tazotas (eso lo inventó su compañero de partido Hipolito Mejía), pues sus cuatro años de gobierno van exactamente por el mismo camino.

Pues llegando a la conclusión mas que cierta, de que el PLD será el único partido que tendrá la oportunidad de elegir en forma directa y por el voto popular a su candidato para las elecciones del 2024, sus posibilidades de crecimiento sobre esta realidad podrían decisivas, aun antes de que se produzcan las elecciones, porque sería el único partido que tiene espacio para llenar las expectativas de ese mas del 40% de los dominicanos que hoy en día se declaran no partidistas.

Plantearse en este momento donde la tendencia mayoritaria en prácticamente toda America Latina y gran parte del mundo donde se practica la democracia, y por lo tanto elecciones, opciones puramente partidarias y apegadas al tradicionalismo de décadas pasadas, es simplemente un ejercicio inútil en un mundo que cambia de modo acelerado mientras un grupo de políticos pretende, como algunos generales derrotados de la antigüedad, vivir de glorias pasadas que nunca mas volverán.

Un simple análisis numérico, con pandemia o no de lo que ocurrió en el año 2020, es una imagen de lo que podría ocurrir en el 2024, si no existe un partido que sea capaz de interpretar de modo inteligente lo que dicen esos números, que son mas que interesantes.

En el 2016, con un padrón electoral mas pequeño, Danilo Medina obtuvo 2.9 millones de votos para ser reelecto; en el 2020 Luis Abinader, a pesar del crecimiento vegetativo de la población, consiguió para su candidatura 2.1 millones de votos, solo que con una abstención del 51%, contra la media histórica del 25%, hoy Abinader es presidente con el voto de solo un 26% del padrón electoral.

De estos resultados se derivan muchas preguntas pero sobretodo una que debe estar en la cabeza de todo aquel que piense sin pasiones ni intereses particulares sobre cual será el papel del PLD en las próximas elecciones del 2024: ¿fue esa abstención en resultado del miedo de la población a la pandemia o verdaderamente fue el resultado de que los independientes que votaron consistentemente por el partido morado durante muchas elecciones consecutivas se cansaron de los mismos nombres y las mismas caras?.

De la respuesta electoral que den los llamados a participar en las primarias del PLD saldrá la respuesta a esta interrogante, porque la realidad es que el destino ha puesto en las manos de ese partido el escoger su propio destino, si esa abstención es la representación de esa mitad del electorado que hoy día se declara sin partido y se da una respuesta acorde con esa realidad, entonces pasaría lo que en Chile, una nueva generación asumirá la representación con todas las bazas para ganar las elecciones.

Hay una realidad que ronda en todos los procesos electorales de America Latina en los últimos años, la sustitución, en algunos casos definitiva de los partidos tradicionales, siglas que ya no significan nada para millones de millennials y centennials a quienes mas que la historia, lo que les interesa es el liderazgo colectivo que sea capaz de plantearles soluciones a sus problemas de empleos, vivienda, educación y seguridad, que cada vez se tornan mas complejos en un mundo tan cambiante.

¿Es extemporáneo compartir pensamientos como estos?, eso lo podrían pensar quienes no toman en cuenta que es el pasado lo que construye el futuro, de lo que hagamos y pensemos hoy se derivará lo que ocurrirá en los años porvenir.

Noticias Relacionadas