Opinión

Por: Carlos Manzano | El estado de vulnerabilidad que vive la sociedad dominicana, ha creado condiciones de pobreza tal, que hace que muchos políticos, que sustentan su popularidad en el intercambio de favores, oculten sus prácticas clientelares en diferentes programas de la administración pública, sobre todo en aquellos relacionados con la asistencia social.

Estas prácticas, tienen como tendencia incrementar su posicionamiento en el electorado, procurando beneficiar a sus comunidades, ofreciendo “asistencia social” o transferencias monetarias, dependiendo de las necesidades que tenga el cliente político.

Sin embargo, el alto nivel de financiamiento que se precisa para promover y realizar estos programas, hace que los mismos recaigan principalmente en el partido político que controla el Poder Ejecutivo o el Poder Legislativo.

Consultar y evaluar el destino de los fondos de forma exhaustiva de los diferentes programas de asistencia social se vuelve sumamente necesario cuando la discrecionalidad e incertidumbre sobre la utilización de éstos es altamente preocupante.
En este sentido, dar seguimiento al uso y destino de los fondos destinados al gasto social se hace imperativo, principalmente cuando existen incrementos irregulares en ciertos períodos del año, como es el caso de las festividades navideñas.

Debemos promover la vigilancia y el cumplimiento de un manejo transparente de los programas sociales, procurando la rendición de cuentas como un principio fundamental, con el fin de erradicar los rasgos clientelares en los beneficios otorgados a la población.
Se deben propiciar los mecanismos de participación ciudadana necesarios que procuren la valoración y vigilancia de los programas asistenciales y su utilización como medida, más que todo, para el desarrollo humano.

La transparencia es fundamental para generar confianza. Cuando los funcionarios que manejan programas sociales son abiertos respecto de su función, del proceso de entregas y de los límites de la confidencialidad, los ciudadanos se sienten más confiados y respetados.

Es fundamental una comunicación clara y honesta sobre las expectativas, los procesos y los resultados potenciales de las ayudas sociales. Esto permite que los ciudadanos estén debidamente informados, y a la vez, reduce los sentimientos de confusión o manipulación
La ciudadanía y la sociedad demandan cada vez más una mayor información sobre las distintas actuaciones que se realizan desde el poder con los fondos públicos.
Debemos aspirar al libre uso de la información pública de una forma fácil y accesible, procurando conocer qué, quiénes, cómo, cuándo y cuánto gastan los responsables en las diversas políticas de asistencia social que desarrollan.

El éxito de las políticas de transparencia depende de que la información sea accesible y disponible para todos los usuarios. Una política pública es transparente si es comprensible, si la información está disponible y se garantiza el derecho de acceso a la información pública. Lo demás es pura retórica.

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