La academia, el Partido de la Liberación Dominicana, organizaciones patrióticas y gubernamentales, entre otras, conmemoraron el 60 aniversario de la gesta de abril de 1965, la principal acción cívico militar del siglo XX, con la que se procuraba restablecer la democracia, que el golpe de Estado al gobierno del Profesor Juan Bosch, castró.
Mediante paneles, conversatorios, exposiciones fotográficas y documentales se recordaron los episodios vividos en los meses en el que el pueblo en las calles, dio el frente a los atropellos de los gobernantes de ese entonces ya la afrenta de la segunda invasión de los Estados Unidos en ese siglo.
A 60 años de aquel acontecimiento se tiene una lección aprendida en República Dominicana y el mundo que inspiró a políticos, intelectuales, artistas y poetas.
Recordamos el poema Versainograma a Santo Domingo del premio Nobel de Literatura, Pablo Neruda, víctima de una cruenta tiranía en su natal Chile en 1973.
El otro abril al que hacemos referencia en el título de este artículo es el que correspondió a 1984 en las calles de República Dominicana.
El lunes 23 de abril de 1984 los barrios populares de la llamada parte alta de la capital dominicana y en provincias del país iniciaron un levantamiento popular que alcanzó su máxima expresión el martes 24 y culminó tres días después con un saldo de cientos de personas muertas.
El levantamiento popular fue conceptualmente bautizado por el profesor Juan Bosch como “poblada”, estuvo precedido por meses de reclamos en contra del alto costo de la vida y contra las negociaciones que el gobierno del presidente Salvador Jorge Blanco realizó con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que estrenaba en América Latina la llamada “Política de Shock”.
En los meses de enero y febrero de 1984, la inflación se disparó en un 700%, lo que se tradujo en un aumento de los precios de los productos básicos.
Estos factores, unidos a otros, provocaron una manifestación popular espontánea con el pueblo en las calles, que fue enfrentado por el gobierno con las armas de la Policía Nacional que produjo cientos de muertos, millas de heridos y varios cientos de presos.
También hubo destrucciones e incendios de propiedades públicas y privadas, saqueos de supermercados y tiendas por lo que, durante varios días fue semiparalizada la cotidianidad económica y social en la RD.
Una de las medidas adoptadas por el Gobierno fue cerrar estaciones de radio y televisión, decisión ampliamente criticada.
El fantasma de aquella tragedia parece rondar en las mentes de los actuales funcionarios, quienes pertenecen al partido, que en 1984, estaban en el gobierno que reprimió al pueblo en las calles.