Opinión

En Santiago no hay derrota, hay trabajo pendiente

Por: Asiaraf Serulle | “Las victorias más grandes nacen de las batallas más difíciles.” Mahatma Gandhi
He escuchado y leído con atención los análisis que hablan del supuesto “desplome” del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) en Santiago. En especial, el artículo “PLD a la deriva” del valorado y respetado amigo, el periodista Ignacio Guerrero, en su columna “Política y Sociedad”, de fecha 8 de octubre del 2025, en el Periódico La Información. Con respeto, pero con firmeza, debo decir que dicha lectura no refleja la realidad de quienes seguimos caminando las calles, recorriendo los barrios, los distritos y las comunidades de esta provincia.

El PLD en Santiago no está muerto ni a la deriva. Está en plena etapa de reconstrucción y renovación, con hombres y mujeres que no se rinden, que trabajan sin descanso, con la fe intacta en los principios de Juan Bosch y en el valor del trabajo político bien hecho.
Reconocemos que hemos cometido errores, que hubo deserciones y desmotivación; sería un acto de negación no admitirlo. Pero también sería injusto ignorar la entrega silenciosa de cientos de dirigentes, presidentes de intermedios, comités de base, jóvenes y simpatizantes que, sin buscar protagonismo, siguen tocando puertas, formando equipos y defendiendo con dignidad la bandera morada y amarilla.

El PLD no necesita funeral, necesita justicia con los que nunca se fueron. Necesita reconocer a quienes se mantienen firmes, sosteniendo la estructura, acompañando al pueblo, creyendo en la unidad y en el trabajo político organizado.
Santiago no está solo. Está lleno de peledeístas comprometidos con la causa, con la esperanza y con la disciplina que siempre nos caracterizó. Y es precisamente en este proceso, donde algunos ven derrota, que yo veo trabajo pendiente.

Como militante de la dirección provincial del PLD en Santiago, reafirmo mi compromiso con la reconstrucción moral, organizativa y política del partido, escuchando a todos los sectores, abriendo espacio al diálogo y asegurando que el PLD vuelva a ser la fuerza política más influyente y respetada de esta provincia.
No negamos los retos, pero tampoco aceptamos el discurso del derrumbe. El PLD ha sabido levantarse de pruebas mayores. Lo hicimos antes, lo haremos otra vez. Porque donde algunos se retiran, otros seguimos sembrando trabajo, fe y compromiso peledeísta.

Santiago será ejemplo nacional de que el PLD puede corregirse sin dividirse, renovarse sin destruirse y ganar sin renunciar a sus valores. Este no es tiempo de lamentaciones, es tiempo de liderazgo responsable, de trabajo con propósito y de unidad con visión.
A los que permanecen firmes, a los que siguen organizando, visitando, creyendo:
no bajen la cabeza. El PLD en Santiago no se rinde, se levanta.
Y cuando Santiago se levanta, el país entero lo siente.

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