Hablan los hechos

República Dominicana: la necesidad de compartir una agenda social, económica y ambiental

Artículo 14.- Recursos naturales. Son patrimonio de la Nación los recursos naturales no renovables que se encuentren en el territorio y en los espacios marítimos bajo jurisdicción nacional, los recursos genéticos, la biodiversidad y el espectro radioeléctrico. (Constitución de la República Dominicana)

La República Dominicana está ubicada en una isla, compartida con Haití, con características muy particulares que la hacen comparable, por sus riquezas minerolópticas e hídricas, con un continente y en condiciones de competir con países grandes.

Se trata de condiciones que nos permite presentar posiciones más fuertes al momento de sentarnos a negociar con las grandes multinacionales. Un caso que sirve de ejemplo es la renegociación del contrato con la minera Barrick Gold, donde quedó demostrado que el valor de las riquezas mineras de nuestro país nos puede beneficiar.

La posesión de tantas riquezas puede convertirse en un arma de doble filo, que nos beneficie o nos perjudique, en función de la forma de aprovechamiento, el destino de los recursos y la visión de futuro que puedan tener los actores de toma de decisió que tiene a su cargo la planificación de nuestro país.

La preservación de nuestro medioambiente se ha convertido en una de las principales agenda de esta generación, al igual que este, los temas económicos y sociales también representan retos. Parecería contradictorio, ya que se entiende que generar riquezas y bienestar humano, provoca un impacto negativo a los recursos naturales, y esto no necesariamente es así.

Los avances científicos y tecnológicos nos han demostrado que podemos hacer un uso sostenible y responsable de los recursos naturales; para el año 1984 la Asamblea General de las Naciones unidas reunió por primera vez a la Comisión General sobre Medioambiente y Desarrollo y, partiendo de que era posible para la humanidad construir un futuro más próspero, se comisionó a un grupo, encabezado por la doctora Gro Harlem Brundtland, entonces Primera Ministra de Noruega, para la elaboración del que se llamó Informe Brundtland.

El informe “Nuestro Sentido Común” o informe Brundtland, publicado en 1987, vino a poner de frente el concepto de desarrollo con el de sostenibilidad ambiental, hacer ver que el modelo que se estaba desarrollando cobraba muy cara a la naturaleza y a demostrar que a base de voluntad política, reglas claras y ejercicios transparentes de aprovechamiento sostenible, era posible aprovechar los recursos naturales para el bienestar social, desarrollo económico y protección medioambiente global.

Fue a partir de ese informe que se inició implementar la frase “desarrollo sostenible o sustentable” como una forma de hacer ver a la humanidad que los recursos naturales, renovables y no renovables, deben estar al servicio de los seres humanos, siempre y cuando hagamos un uso de estos, que permita mejorar la calidad de vida, sin comprometer las necesidades de las generaciones que vendrán.

El informe Brundthand fijó objetivos a lograr, en aras de generar un cambio en el modelo de aprovechamiento de los recursos naturales, renovables y no renovables, dentro de los cuales estuvieron los siguientes:

“La conservación de los ecosistemas debe de estar subordinada al bienestar de los seres humanos, pues no todos los ecosistemas podrán ser conservados vírgenes”.

“El uso de los recursos no renovables debe de hacerse del modo más eficiente posible”.

Esto significa que el bienestar del ser humano, no sus acciones depredadoras, debe de ser el objetivo principal de todas las acciones y que, en función de la ciencia y la tecnología, podemos y debemos llevar a cabo un aprovechamiento, lo más eficiente posible, de los recursos no renovables.

Es a partir de lo antes expresado que la actual generación, sobre todo el liderazgo político y social, debemos de entender que nos encontramos en un momento crucial, que dependiendo de las decisiones que tomemos ahora, se determinará el bienestar de las futuras generaciones, el desarrollo económico de la nación y la preservación de nuestros medioambiente.

Nuestro país tiene grandes tareas por delante, sin las cuales no nos será posible alcanzar un desarrollo económico, el cual es de vital importancia, ya que los países, dependiendo de su fragilidad económica y posición geográfica, serán más impactado por el fenómeno del cambio climático y tendrán menos posibilidades de mitiga los efectos del mismo, según consta en el “Informe Stern”, publicado por el Reino Unido en el año 2006.

La República se encuentra ante el reto de consensuar una agenda que nos garantice un desarrollo sostenible, aprovechando los recursos, renovables y no renovables, que posee nuestro territorio y elaborando una agenda nacional con políticas claras, reglas definidas, con una visión de futuro que garantice que los recursos provenientes del patrimonio de las riquezas de la nación, sean capaces de reflejarse en el bienestar de nuestro ciudadanos, garanticen el desarrollo del país y nos ayuden a sustentar planes de verdadera protección ambiental.

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