Opinión

Conocí y comencé a tratar a Leonel a mediados de los ochenta, pero sobre todo a partir de 1991, año en que llegué a la presidencia del Colegio Dominicano de Economistas (CODECO), cuando los dos nos desempeñábamos aún como profesores de la UASD.

Conocía de su prestigio como intelectual y como político. Ya para el tiempo al que me estoy refiriendo Leonel era miembro del Comité Político del PLD.

Recuerdo que fue el compañero que escogió el Profesor Juan Bosch para que le acompañara como candidato a la vicepresidencia de la República.

El PLD no ganó, porque la competencia electoral se polarizó entre el PRD y el PRSC, pero Leonel hizo un trabajo loable y honorable como candidato a la vicepresidencia, que lo posicionó dentro y fuera del partido de cara al futuro.

Pero también Leonel estuvo a la cabeza de la propuesta de reforma que concibió el PLD en la línea de producir cambios en la Constitución vigente, que databa de 1966, introduciendo la doble vuelta, la prohibición de la reelección presidencial, la separación de las elecciones presidenciales de las congresuales y municipales, los colegios cerrados, el Consejo Nacional de la Magistratura y también el establecimiento del 50% más un voto para ganar las elecciones presidenciales. Mediante esta reforma también se redujo el período del último gobierno de Balaguer a dos años y quedaron convocadas nuevas elecciones presidenciales para el 1996.

Esta reforma constitucional terminó consolidando su posicionamiento colocándolo a la cabeza del relevo generacional que, por mandato de la biología, se daría en el futuro inmediato en el PLD. Claro, en esa transición impuesta por la naturaleza humana, el PLD adoptó un liderazgo colegiado, pero a la cabeza de ese liderazgo ha estado Leonel Fernández.

Pero Leonel no buscó nada de eso de manera premeditada, deliberada y planificada. Eso le llegó por generación espontánea. Sin embargo la vida le sonrió siendo un hombre maduro pero de muy corta edad: 42 años

Antes de cumplir los 60 años de edad, ya Leonel Fernández tenía como activos en política el haber sido presidente en tres períodos de gobierno y de haber llevado al PLD a la victoria en cinco torneos electorales.

Y todo eso ha sido posible gracias a la fuerza extraordinaria de su liderazgo en la sociedad dominicana. El liderazgo de Leonel no solo es político, sino que también es un liderazgo que tiene una base social sólida en la sociedad. Sobre el lomo de la fuerza de su liderazgo tuvo que montarse el PLD para poder ganar las elecciones de 2012.

Pero en el trasfondo de ese liderazgo político y social de Leonel está su gran obra de gobierno, impresa con letra de acero en todo lo que hizo en todas las áreas, ámbitos y competencias que tienen que ver con las funciones de un Estado en la sociedad de hoy.

Su magna obra fue una obra de transformación: transformó físicamente la República imponiendo un nuevo trazado en la Capital y en el resto del país.

Además, fue siempre muy espléndido, honorable y humilde en el ejercicio del poder, a tal punto que permitió la participación de todo el mundo en sus gobiernos, incluyendo a algunos de los que hoy son sus más enconados y encendidos adversarios, es decir nunca osó anular o arrinconar al PLD para evitar su participación en sus gobiernos.

Los otros, todos, ocuparon la mayoría de las posiciones en sus gobiernos.

¡Cuánta grandeza de espíritu, cuánta honorabilidad, ha tenido siempre Leonel Fernández!

Pero Leonel no solo fue presidente de tres gobiernos, sino que probó y demostró que tiene sobrada madera y temperamento de un verdadero estadista, de un estadista consumado, experimentado y probado, no sólo manejándose en el plano interno, sino también en el plano internacional.

La oposición creyó, y también algunos del PLD, que podía utilizar el asunto del déficit fiscal para convertir a Leonel Fernández en un cadáver político. Claro, esa campaña mediática, que tenía como sustrato la calumnia, la mentira y el invento, afectó, en el momento, los niveles de popularidad de Leonel, pero no había manera de destruir su liderazgo convirtiéndolo en un cadáver.

El déficit fiscal no está tipificado en el mundo ni como un delito ni mucho menos como un crimen; es, por el contrario, un hecho de la economía, que se produce en cualquier país del mundo, y que debe ser enfrentado con sabias medidas de política económica. Pero tampoco el déficit es extraño ni a las economías de las empresas ni a las economías de las familias.

El déficit fiscal que dejó Hipólito Mejía en el 2004 fue superior al que dejó Leonel en el 2012, sin embargo Leonel Fernández redujo ese déficit monstruoso, que representaba más de un 8% del PIB, a la mitad en apenas dos años. Lo que se necesita es visión y acción para reducir el déficit fiscal y mantener la disciplina de las finanzas públicas. Tampoco hay que pasar a la austerización salvaje o tipo shock del gasto público, máxime si se está ante una declinación del crecimiento económico en el plano interno y el entorno internacional está envuelto en una gran crisis económica.

No obstante esa campaña mediática mentirosa, calumniosa e injuriosa, Leonel conserva la vitalidad de su liderazgo y sigue siendo el líder más importante del PLD y del país.

Vista la historia, la siempre incontrovertible e irrebatible historia, el nombre de Leonel es sinónimo de victoria, y sin él de candidato presidencial en el 2016 no será posible la victoria electoral del PLD.

Pero, además, las elecciones del 2016 no son solo presidenciales, por lo que Leonel de candidato a la Presidencia tendrá un efecto multiplicador que empujará enormemente las candidaturas congresuales y municipales en todo el país. ¡Ningún otro candidato producirá esa magia y ese impacto!

¡Los legos, que no conocen ni dominan las profundidades de la política, viven inventando diagnósticos electorales en el aire y haciendo falsas profecías electorales porque sólo están pensando y proyectando al futuro sus propios intereses!

Si Leonel no es candidato presidencial en las elecciones del 2016 preparémonos para entregarle el poder a la oposición en ese mismo año.

últimas Noticias
Noticias Relacionadas