Opinión

Contaminación visual y actores políticos en santiago

Lo primero que perciben viajeros motorizados y peatones que entran o salen de Santiago de los Caballeros son las gigantescas vallas publicitarias ofertando candidatos y otros productos de consumo en cada centímetro de la autopista, calles y avenidas; así como en todos los rincones de la ciudad, que hoy luce escondida y atiborradas de publicidad, cuyos mensajes inundan los más recónditos recovecos de la conciencia humana, con sus luces, colores e imágenes que confunden a conductores y pasajeros, cargándola de un angustioso estrés, y su secuela de nerviosismo, mareo, dolor de cabeza y otras lesiones psíquicas perturbadoras.

La situación se ha trastornado hasta alcanzar un nivel tan alarmante, que el Consejo para el Desarrollo Estratégico de Santiago (CDES), con el respaldo de más de 50 organizaciones que componen el Clúster Turístico de esta provincia, ha elaborado y sometido a la alcaldía local una propuesta de ordenanza que busca la regulación, prevención y control de los elementos publicitarios que causan contaminación visual en la ciudad y en todo el municipio de Santiago, de cuyo negocios se benefician unas 25 empresas publicitarias y la compañía Trile A Dominicana.

La propuesta de ordenanza elaborada por la cúpula empresarial de Santiago, tiene como objetivos, regular las instituciones publicitarias, negocios, empresas, comercios, partidos y candidatos políticos, entre otros, que utilizan elementos visuales observables desde la vía pública, así como la prevención, y control de las causas, actividades y acciones que provocan contaminación visual, alteración y degradación del paisaje y las cuencas visuales en el municipio de Santiago, además de zonificar la colocación y tipología de los distintos elementos publicitarios en los límites del municipio atendiendo a la división en unidades zonales de planificación (UZP), y establecer las penalidades relativas a los distintos tipos de violación a esta normativa.

Dotada de 10 considerando, 13 capítulos, 47 artículos 2 resoluciones y apoyándose en más de 12 leyes, ordenanzas y resoluciones, la pieza que busca poner fin al uso descontrolado de propaganda política y comercial en el espacio urbano, intenta acallar un grito generalizado de diversos sectores de la población, que se sienten abrumados por la saturación de vallas, pantallas electrónicas, letreros, paneles lumínicos, afiches, y todo tipo de propaganda publicitaria, que abundan en cada intercesión, poste del tendido eléctrico, reata, árboles y paredes de la ciudad.

“La ciudad está siendo sometida a un estrés que deteriora nuestra salud física y mental. En cada esquina uno tiene que hacer un gran esfuerzo para orientarse como la vista ya no distingue cuando manejando, llegamos a una esquina llena de pantallas electrónicas y grandes vallas publicitarias”, manifestó uno de los que participaron en la elaboración de la propuesta de ordenanza que busca regular el problema de la contaminación visual.

La alta concentración de propaganda publicitaria no solo deteriora la salud física y psicológica de los munícipes de Santiago, sino también que ha alejado a las aves de su entorno que se han visto obligadas a emigrar a otros ambientes más propicios para su procreación, mientras que el paisaje urbano también sufre alteraciones que distorsionan la visión estética de la ciudad, imposibilitando su acogida como centro de destino turístico que se promueve en la actualidad, debido a que los turistas que observen esta situación se forjará una opinión adversa sobre esta ciudad y su entorno.

El abuso de propaganda en la ciudad, sobre todo, la concentración de vallas, afiches y pantallas electrónicas en un mismo punto, especialmente en los lugares de mayor tránsito vehicular, representa también un enorme riesgo de accidente entre los conductores, debido a la distracción que generan especialmente los anuncios en movimiento, ya que estos paneles van dirigidos a llamar la atención de los automovilistas.

Además del desorden arquitectónico, la saturación y el peligro para peatones y conductores de vehículos, la sobreoferta de vallas, afiches, pantallas electrónicas, letreros y banderolas, también producen un trastorno que invierte el objetivo de los anunciantes, produciendo un rechazo en la población que abomina el bombardeo visual anárquico a que ha sido sometida, sintiéndose invadida, victimizada y manipulada hasta los rincones más inaccesibles de la privacidad de su conciencia.

La cúpula empresarial de Santiago, junto con las instituciones que conforman el Clúster Turístico de la provincia, han considerado como altamente fundamental modernizar el marco normativo y la toma de conciencia por parte de la ciudadanía en general acerca del cuidado del espacio público: Pero llaman la atención de manera muy especial a los dirigentes de los diferentes partidos políticos, ya que los consideran responsables en gran medida del abuso que se está cometiendo en materia de publicidad.

El liderazgo empresarial y comunitario lanza su grito al cielo, lamentándose de que sea la pre-campaña electoral una de las principales causas de contaminación visual urbana. Cada día estos sectores sopesan la viabilidad de lanzar una contraofensiva entre los electores, para que el ciudadano común castigue con su rechazo a los candidatos que con su colocación indiscriminada de carteles, vallas, afiches, cruzasacalles, etc. Ofenda de manera desmedida y violenta, al patrimonio público que pretenden defender con sus discursos electorales.

Además del desordenado abuso de propaganda política y comercial, que de manera usual y cotidiana inundan cada rincón de Santiago de los Caballeros, el carnaval que recién acaba de finalizar aturdió aún más a los moradores de esta ciudad, donde también tuvieron que soportar la gigantesca concentración de las grandes estructuras de metales formando torres, tarimas, gazebos y pérgolas, embarradas de publicidad de los patrocinadores, que colmó la paciencia de gran parte de la población.

Como la alcaldía local forma parte del Clúster Turístico y del Consejo para el Desarrollo Estratégico de Santiago, se espera que propuesta de ordenanza que busca la regulación, prevención y control de los elementos publicitarios que causan contaminación visual en la ciudad y en todo el municipio, sea aprobada por el Consejo de Regidores y su aplicación cuente con una voluntad política que vaya más allá de la retórica y de las poses que a veces priman en el comportamiento de los actores partidistas del folklor dominicano.

La ciudad y sus habitantes les estarán sumamente agradecidos.

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